-¡oniomano!-
Se escucho un gran estruendo caer al suelo y en como en la pequeña caja se rompían miles de cristales. seguido de un gran ardor en mi rostro, a lo que simplemente atine a sonreír lascivamente con una de las esquinas de mis labios.
Si, ahí estaba de nuevo, la preciosa Laia Snotingaham. Rechazando otro de mis mil y un regalos costosos dedicados especialmente hacia ella.
Para ser honesto, ayer en la noche, cuando me infiltre en su recamara para dejárselo, ya estaba listo para el inminente rechazo que siempre llega cada vez que le obsequio algo.
Y… esta mañana definitivamente no fue de las mejores. Así que a propósito he decido tomar territorio de la entrada principal, sabiendo que ella vendría directo a buscarme. pero que mas puedo hacer si ella con su rostro de enojo tan hermoso que tiene hace de la peor mañana una de las mejores para mi.
-auch…buenos días a ti también preciosa Laia-
-¿que eres?, algún tipo de masoquista-dijo con su típica cara de fastidio hacia mi.
-que mas puedo hacer, si me encantan los seudónimos intelectuales con los que me has llamado durante mas de 8 años-
-pues espero que este se te quede gravado, ya que es el ultimo. no quiero volver a verte en mi rango visual, ni a ti ni a tus repugnantes regalos- sentencio dándose la vuelta lista para irse.
La tome del brazo con un poco de fuerza, para que no se fuera. mientras me agachaba para recoger la caja que yacía en el suelo.
Ella se volteo y me miro, pude notar que en sus preciosos ojos grises había mucho enojo y quizás en el fondo vi un toque de tristeza como si quisiera llorar.
Pero que tiene, nunca en 8 años había visto esa mirada en ella.
-mas le vale que me suelte chetwynds-
-mira-dije sacando el collar de númerosos diamantes de la caja-¿de verdad te parece repugnante?, dado a que dijiste eso, supondré que ni siquiera viste su interior. ni de este regalo ni de los anteriores-
-pues se equivoca “su real majestad" digo repugnantes, porque eso son para mi. nada que usted pueda comprar con su dinero, va ser de mi agrado y mas si piensa que de esa manera ,mi corazón se derretirá por perlas y diamantes- dijo mientras soltaba su brazo con fuerza de mi agarre -y le voy a pedir un favor-dijo con una sonrisa indiferente -¡¡NO VUELVA A TOCARME CON SUS REPUGNANTES MANOS!!-dijo con una voz firme y una mirada demandante a lo cual me ha dejado helado.
¿Repugnantes manos? Así que ella me tiene asco.