Primavera, 설렘 & Us

Capítulo 2: Secretos bajo la luna llena

La noche en el pueblo era fresca, y la luna llena, como una antigua confidente, iluminaba el pequeño parque donde solían reunirse desde niños. Los seis amigos estaban sentados en círculo, compartiendo historias y risas, mientras el aroma de los tés calientes se mezclaba con el susurro del viento. Era su ritual nocturno, una tradición que los mantenía unidos incluso cuando la vida los alejaba por breves momentos.

Man-wol, envuelta en su chal preferido, observaba a Minjun con disimulo mientras él contaba una anécdota sobre su último viaje a Seúl. Sus ojos brillaban con admiración, pero también con la tristeza silenciosa de quien sabe que ese amor nunca será correspondido. Hyun, sentado a su lado, la observaba a ella, sintiendo el peso de su propio secreto. A veces, cuando nadie lo miraba, su mirada se detenía en Man-wol con una ternura que solo él conocía.

Zara, siempre directa, preguntó de pronto:

—¿Alguna vez han sentido que están a punto de decir algo y luego… no lo dicen? —Sus palabras cayeron en el grupo como una piedra en un lago tranquilo.

Ha-Ru, con su humor peculiar, respondió:

—¡Claro! Yo siempre quiero decir que odio el kimchi, pero si lo digo, mi abuela me mata.

Todos rieron, pero el silencio que siguió fue elocuente. Haneul, atenta a las emociones de todos, tomó la mano de Minjun y le lanzó una mirada cómplice, mientras él le sonreía con esa dulzura que solo ella conocía bien.

Minjun, siempre el pacificador, dijo suavemente:

—Es mejor un buen amigo que un mal amor, ¿no? —Sus palabras resonaron en el grupo, recordando la regla no escrita que los había protegido durante años.

Man-wol asintió, aunque su corazón latía con fuerza. Hyun, al escuchar la frase, apretó los puños, preguntándose si algún día tendría el valor de romper esa regla.

Zara, viendo la tensión, decidió cambiar de tema:

—¡Vamos a hacer una promesa! —propuso, levantando su taza—. Que, pase lo que pase, siempre seremos amigos. Y si alguno se enamora, ¡que nos lo diga primero!

Todos levantaron sus tazas, riendo, pero bajo la luz de la luna, cada uno guardaba en silencio sus propios deseos y miedos. El vínculo que los unía era más fuerte que cualquier romance, pero la primavera, con su promesa de nuevos comienzos, parecía susurrarles que tal vez, solo tal vez, había espacio para algo más.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.