Primavera, 설렘 & Us

Capítulo 14: Felicitaciones y Fracturas

El chat grupal, que llevaba meses en silencio, explotó en notificaciones tras el mensaje de Hyun. Las felicitaciones llegaron rápido, pero todas sonaban forzadas, como si las palabras pesaran más de lo habitual.

Zara: “¡Wow, Hyun! Felicidades… ¿Quién es la afortunada?”

Haneul: “¡Enhorabuena! Espero que seas feliz.”

Minjun: “No puedo creerlo, bro. ¡Felicidades!”

Ha-Ru: “El primero del grupo, bro. ¡Felicidades!”

Man-wol no escribió nada al principio. Sentía un nudo en el estómago, como si el mundo hubiera cambiado de golpe y ella no encontrara su lugar. Esa noche, incapaz de dormir, marcó el número de Hyun. Después de varios tonos, él contestó, su voz apagada y distante.

—Hola, Man-wol.

—Hola, Hyun. ¿Por qué no me dijiste nada antes? ¿Por qué este silencio… y ahora esto?

Hubo un silencio largo al otro lado de la línea. Hyun suspiró.

—No fue mi decisión, Man-wol. Mi padre… después de aquella mañana, me llevó a casa y me prohibió verte, hablar contigo, incluso salir solo. Me quitó el teléfono, controló mis movimientos. Todo se volvió una prisión. —Su voz temblaba—. Lo del compromiso… fue un acuerdo familiar. No tuve opción. Solo ahora me han devuelto el teléfono y… necesitaba decírselo al grupo antes de que lo supieran por otro lado.

Man-wol sintió que las lágrimas amenazaban con salir, pero se contuvo.

—¿Y tú? ¿Estás bien? ¿Esto es lo que quieres?

Hyun guardó silencio un momento.

—No lo sé. Solo sé que no quiero perderlos a ustedes, ni a ti. Pero ahora mismo, no tengo fuerzas para luchar contra todo.

La llamada terminó con un adiós ahogado, y Man-wol se quedó mirando el techo, sintiendo que el invierno no terminaba nunca.

Al día siguiente, el grupo volvió a escribir. Las felicitaciones se mezclaban con preguntas y silencios incómodos. Nadie sabía cómo actuar, pero todos sentían que algo se había quebrado.

En medio de la incertidumbre, Ha-Ru propuso en el chat:

—Oigan, ¿qué tal si hacemos una reunión este verano? Una despedida de soltero a lo grande, como en los viejos tiempos. Todos juntos, en el pueblo.

Minjun apoyó la idea enseguida:

—¡Sí! Aunque sea la última vez, tenemos que vernos. Nada de excusas.

Por primera vez en meses, una chispa de esperanza recorrió el grupo. Man-wol, aún con el corazón herido, escribió:

—Estoy dentro. Por nosotros.

El verano prometía ser distinto. Y nadie sabía aún si sería un cierre… o un nuevo comienzo.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.