Primavera, 설렘 & Us

Capítulo 15: El Verano de las Segundas Oportunidades

El pueblo los recibió con el calor suave del verano y el sonido de las cigarras. Al principio, el reencuentro fue extraño: Hyun y Man-wol se saludaron con una distancia incómoda, como si el tiempo y el dolor hubieran tejido un muro invisible entre ellos. El grupo lo notó, pero nadie quiso forzar nada. Cada uno llevaba su propio equipaje emocional, y la alegría de estar juntos era suficiente para llenar los silencios.

Los días se fueron llenando de aventuras y risas. Volvieron a recorrer los caminos de su infancia, nadaron en el lago bajo el sol ardiente y organizaron picnics improvisados en la colina de siempre. Zara y Haneul se encargaron de los juegos, Minjun trajo su música y Ha-Ru sorprendió a todos con recetas nuevas. Poco a poco, la incomodidad entre Hyun y Man-wol fue cediendo. Una tarde, mientras recogían fresas en el huerto de la casa, sus manos se rozaron y, por primera vez en días, se miraron a los ojos sin miedo. El amor, paciente y silencioso, volvió a florecer entre ellos.

Las noches eran mágicas. Hacían fogatas junto al río, compartían historias bajo las estrellas y bailaban descalzos sobre la hierba húmeda. Una noche, Hyun se acercó a Man-wol mientras todos dormían y, en voz baja, le confesó que nunca había dejado de amarla. Ella, con lágrimas en los ojos y una sonrisa temblorosa, le respondió con un beso que selló todas las promesas rotas.

El verano se convirtió en una sucesión de momentos inolvidables: excursiones en bicicleta, guerras de globos de agua, confesiones a la luz de la luna y planes para el futuro que, por primera vez, parecían posibles. El grupo, más unido que nunca, celebró cada día como si fuera el último.

La última noche, se reunieron alrededor de una gran fogata. El aire olía a madera quemada y a despedida. Zara, que había estado especialmente callada ese día, se levantó de su asiento y miró a sus amigos con una mezcla de nervios y emoción.

—Quiero decirles algo —dijo, captando la atención de todos—. En realidad, quería reunirnos este verano no solo porque los extrañaba… sino porque tengo algo que mostrarles.

Todos la miraron, sorprendidos. El fuego crepitó, iluminando los rostros expectantes del grupo. El misterio quedó flotando en el aire, como una promesa de que esa noche, algo importante estaba a punto de cambiar sus vidas para siempre.




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