Primer Amigo (miloxcamus Yaoi) Camilo

Capitulo 1 (Primer Amigo)

-Hola, me llamo Milo- Un pequeño niño de no más de tres años, con unos cabellos cerúleos, desordenados, sus ojos azules profundo, sonreía extendiendo su manita a otro menor de cabellos aguamarina.

Este pequeño, que se encontraba solo, en una parte de la zona de entrenamiento, miraba expectante a quien se había atrevido hablarle.

-Hola- Respondió algo tímido, con la mirada baja.

-¿Cómo te llamas?- Sonrió, sentándose a lado del niño.

-Camus- Se sentía tan cohibido por esta cercanía, sus ojos violetas abiertos por que este atrevido.

-¿Por qué te quedas aquí solito?- Le comenzó a cuestionar, pues siempre había tenido curiosidad, pero no se animaba a hablarle por que el otro parecía formar una barrera entre él y los demás, para no conversar.

-Me gusta estar solo- Respondió en automático, fijando su mirada de nuevo al atardecer.

-¿Enserio?- Se sorprendió, sin dejar de ver al pequeño Camus –Creí que Shaka es el único que le gusta estar solo- Rio divertido –Pero… ¿No te sientes triste por eso?-

-No, me gusta la soledad- No presto atención a los comentarios del otro, de seguro terminaría burlándose de su forma reservada de ser.

-Y ¿Tienes algún amigo?- Le pregunto con curiosidad, balanceándose en su lugar, mientras juega con sus pies.

-No- Suspiro desganado, al fin de cuentas… Lleva poco tiempo, la diferencia de idiomas es algo muy difícil de superar, su personalidad reservada y las advertencias que el patriarca le dio, por su cosmos, lo tenía bastante retraído.

-Entonces… Eso significa que yo seré el primero- Hablo muy animado, casi como un potente grito, dando un brinco en su asiento para ponerse de pie.

-¿Cómo?- Aun siendo un niño, es bastante inteligente captando con mucha rapidez el nuevo idioma, pero le costaba de repente.

Sonrió, dándole la mano de nueva cuenta al peliaguamarino –Lo que digo, es que seré tu primer amigo ¿Esta bien?- Ladeo su cabeza, sonriendo bastante animado.

Sorprendido el pequeño Camus, por aquellas palabras, nadie se había acercado a hablarle con tanta familiaridad, tratar de conocerlo, y ofrecerle su amistad.

Dudo en aceptar aquella pequeña mano, para sostener la suya, pero… No quería seguir solo, puede que no sea la persona más sociable del mundo, sin embargo todos necesitan a una persona con quien hablar.

Aceptó aquella primera mano amiga, y Milo lo sujeto con fuerza, obligándolo a ponerse de pie.

EN ese momento el futuro caballero de Acuario nunca imagino que su vida tomo un rumbo que nunca se imaginó.

Desde ese momento, Milo y Camus permanecieron juntos.

Entrenando juntos, estudiando, aunque Camus era el que lo hacía, mientras el pequeño futuro Escorpión, se la pasaba tonteando y haciendo bromas para hacer reír al peliaguamarino.

Castigos que tuvieron que cumplir, por más de alguna vez desobedecer el toque de queda.

¿Cuántas noches se quedaron en el templo del otro?

Solo para dormir juntos, mientras contaban historias entretenidas, fantásticas, de terror, cualquiera es aceptable para estos dos niños.

Con un poco de esfuerzo Camus logro abrirse a los demás pequeños aprendieses dorados.

Puede que no se volvieran sus amigos tan cercanos como lo es el peli cerúleo, mas ahora ya no sentía la presión de una soledad perpetúa al no tener cerca de Milo.

Las veces que se consolaron mutuamente, porque uno lo logrará controlar el frio que su cosmos despedía y provocaba lesiones a sus amigos.

Ocasiones en que Milo, salía lastimado en combates con los mayores, insultándolo por cualquier cosa, no demostraba sus lágrimas, pero al estar solo lo hacía.

En brazos uno del otro, es el lugar más seguro que estos dos pequeños conocían como seguridad.

De a poco esa amistad comenzó a volverse fuerte y evolucionar a algo más.

No podían negar sus mejillas rojas al verse tan cerca uno del otro, al tocarse con simples roces sus manos, y las apartaban con timidez.

Los celos que sentían al momento de que otro estuviera cerca de su “Amigo”.

Ocasiones en que no entendían que es lo que sentían y por esa razón, la frustración dejaba ver lo peor de ellos.

Los acontecimientos venideros, que a ambos sacudieron demasiado, el momento de tener siete el santuario cambio demasiado y sus compañeros igual.

Mas se mantenían juntos, no importaran las circunstancias ellos estarían.

Ahora siendo caballeros dorados a una corta edad, tenían más por que seguir adelanté.

En el momento que Camus como el nuevo acuario, debía emprender una misión muy importante a Siberia en donde entrenaría a dos pequeños, para ser caballeros.

Teniendo catorce años más o menos, al momento de irse.

Esa noche que debía partir, su mejor amigo, lo detuvo.

Tenían que despedirse por ahora, sería la primera vez en que durarían años sin verse, y sus corazones no querían alejarse, pero s una orden y debían obedecer.

-¿Te iras hoy?- Pregunto, por enésima vez.

-Sí, debo partir en unos minutos- Suspiraba, sentando junto a Escorpio en el coliseo, justo en el mismo punto en donde se conocieron.

-¿Cuándo regresaras?- Otra que ya había preguntando tantas veces.

-No lo sé… Puede que tarde mucho tiempo- Contestó con cierta tristeza en su voz.

-Te iré a visitar cada que pueda- Sonrió justo como aquella vez, en su infancia.

-Si- Sonrió a medias –Sé que lo harás-

-No te libraras de mi tan fácilmente- Abrazo de lado al otro –El trato de ser mejores amigos es para siempre- Hablando con tanta confianza, sobre su relación.

-Lo se…- Trataba de sonreír, pero… Le incomodaba que solo su relación se basara en la amistad.

Pasaron así unos minutos, Acuario rodeado por el brazo de Escorpio, ambos mirando el firmamento nocturno.

No se atrevían a decir nada, el silencio no es incómodo, lo saben tolerar, pero en esta ocasión se sentía tan diferente.

Como si no decir nada fuera una pérdida de valioso tiempo que les queda.




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