Primer Aullido

CAPÍTULO 4: El lago

El entrenamiento fue duro, incluso siendo novata clarissa no me dejaba descansar un minuto, la reina Alpha era dura y exigente, pero sobre todo muy protectora con los suyos. me acuerdo una vez que veníamos de la escuela y escuchamos aullidos a lo lejos, Adrián hizo que nos apresuramos, venían siguiéndonos, claramente no iban a dejarnos las cosas tan fácilmente.

- Espero que tengas muchas energías para el entrenamiento de hoy, porque será intenso - dijo Adrián con tono neutro.

- ¿Ustedes no hacen otra cosa aparte de entrenar?, ¿no se divierten? - les pregunté a los chicos. 

- Escucha Ashley, sé que eres nueva y mitad humana, pero nosotros la pura sangre no podemos darnos el lujo de permitir a otras manadas tomar lo que nos pertenece - me dijo Ryan en un cierto aire divertido; era más que obvio que las personalidades de cada uno estaban formadas, Adrián el hijo de la Alpha y futuro líder, Ryan el divertido y james el chico que a duras penas lograba acercarme para trabar una amistad.

- Además, prometiste a Clarissa dar todo tu esfuerzo para combatir contra William - replicó James con una voz tensa al pronunciar ese nombre.

- Y siempre cumplo mis promesas, pero hay días en los que es bueno relajarse y divertirse, somos adolescentes - ¿Espera, eso lo dije yo?, jamás en mi corta vida habría creído que YO hablaría así.

Media hora después logré convencer a los chicos de ir al lago cake, nombrado así por el fuerte olor a pastel que salía de la pequeña fábrica cerca del lugar.

- ¿y bien? - les dije con una gran sonrisa en mi rostro.

- ¿bien qué? - dijeron al unísono 

¿En serio no captaron la indirecta?, alguien tiene que ayudar a estos chicos; corrí hacia el lago ya sin mi chaqueta del colegio, mis zapatos del colegio y mis medias. si Lisa me viera ahora pensaría que me volví loca.

- vamos, que esperan - luego de varias caras de cuestiones serias y divertidas, todos nos encontrábamos divirtiéndonos en el lago, James y Ryan trataban de hacer ahogadillas mientras Adrián y yo nos salpicamos juguetonamente. ya fuera del lago, los chicos se transformaron en lobos para secarse más rápido, por mi parte no había logrado esa habilidad y me estaba secando con mi chaqueta, pero un olor extraño me llamó la atención, no parecía el olor habitual de la manada Bright Moon, sino más bien a esos dos chicos que llegaron con mis amigos.

- ¡Ah!, ¿chicos? - ellos miraron enseguida, aun con su forma de lobo pudieron entenderse a la primera señal de peligro y se formaron una posición para que yo estuviera a salvo.

 




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