Vigésima Pregunta: ¿Apoyo?

Xiāohuàn, Héngwǔ y Kit se encontraban ya en las gradas, listos para ver el primer partido del chico. En él, se enfrentaría a la facultad de economía, misma a la que pertenece Ha-Joon, y por ello el joven médico lo buscó por todos lados para ver si asistiría, mas no lo encontró.

—Corrígeme sí estoy mal, Zhào Xiāohuàn, pero estas buscando a Cha Ha-Joon, ¿verdad? —preguntó Héngwǔ serio, respondido por el chico de blanco con un simple movimiento de cabeza afirmativo—. Dudo que lo encuentres aquí. Tengo amigos que viven cerca de él y me dicen que siempre llega casi corriendo a su habitación. Está estudiando como nunca el sujeto, sin descanso. —Aquellas palabras mortificaron un poco el joven de piel oscura, mismo que agachó la mirada.

—¿Qué hacer eso no es malo? Todo el día estamos estudiando ardua en clases, y seguir haciéndolo en casa desde que despiertas hasta que duermes no suena saludable —comentó Kit con una mano sobre el mentón y una expresión de aburrimiento.

—Así es. Está demasiado obsesionado por alcanzar el primer lugar que terminará causándose algún tipo de malestar. Ese ya es su problema, por antipático, aunque… —Aquello hizo que los dos chicos que estaban al lado de Héngwǔ voltearan a verlo, intrigados por lo que iba a decir. —Deberíamos advertirle. No me cae bien, pero eso no signifique que debamos dejarlo a su suerte. El sujeto no tiene amigos y difícilmente creo que alguien se le acerque por sus actitudes nefastas que tiene. Podríamos hacerle una intervención —propuso el chico de rojo, para luego Kit y Xiāohuàn mirarse impresionados el uno al otro.

—Suena bien. Buena idea, Yáng Héngwǔ —felicitó el chico con heterocromía a su amigo, dándole un par de palmadas en la espalda, cosa que sonrojó un poco al matemático—. Tienes un buen corazón, es un aspecto… muy… lindo de ti. —Xiāohuàn lo mencionó con la mirada baja, apenado, cosa que coloró el rostro de Héngwǔ tanto que sus lentes parecieron apañarse.

—¿Estás bien? Parece que tienes fiebre, Yáng Héngwǔ —mencionó Kit al momento de sujetar su frente y la de su amigo para verificar su temperatura, aunque él rápido se movió nervioso para evitar esto.

—¡Bùde! ¡Estoy bien! —Mientras se excusó y retiró del lado de la joven, Héngwǔ resbaló y estuvo a punto de caer, mas fue sostenido por Xiāohuàn, a quien le dio la espalda por un momento. Esto hizo que ambos cayeran al suelo, el matemático sobre el médico, para luego el primero voltear hacia arriba para ver el rostro de quien lo había tratado de ayudar.

—¿Estás bien?

—¡Duìbùqǐ! ¡Esto es mi culpa!

—冷静的(Lěngjìng de)[Tranquilo]. ¿Te golpeaste?

—Emm… Wǒ… Bùde —dijo apenado el joven, a la par que Xiāohuàn lo abrazó de momento y el otro chico se acurrucó ahí donde estaban, olvidándose un momento de todo.

Durante un pequeño lapso de tiempo, el sonido aplastante del lugar se fue calmando hasta volverse silencio. A perspectiva de Héngwǔ, el hostil ambiente se había transformado por completo en uno callado y pacífico. Sintió los brazos de Xiāohuàn abrazándolo ahí en el suelo, sosteniéndolo, su espalda apoyada en su pecho y sus cuerpos tan cerca que le parecía detectar el calor de ambos combinándose.

Durante esos pocos segundos, cada sentido del matemático se concentró sólo en Xiāohuàn, no había nadie más alrededor de ambos, ni nada. Estaban ambos sumidos en un espacio vacío, en donde lo único que se sentía era su calor, lo único que se escuchaba eran sus latidos y lo único que se podía ver eran los rostros sonrojados de ambos.

—Menos mal. ¡Venga! De pie. —Héngwǔ reaccionó.

—¡Eh! Sí, ya voy. —El joven, tembloroso, se puso de pie, y cuando miró hacia enfrente, notó como Kit lo observaba, curiosa y con los ojos bien abiertos.

«Demonios, creo que se dio cuenta», pensó Héngwǔ de momento, mortificado por su reacción.

—¡Pfff! ¡HA, HA, HA, HA, HA! ¡No puedo creer que se hayan caído así! Qué malos reflejos tienes, Yáng Héngwǔ. Nunca había visto a nadie tropezar así, y menos que se llevara de encuentro a alguien más. Menos mal que Zhào Xiāohuàn es nuestro amigo —comentó de forma burlesca la chica, cosa que le sacó una risa nerviosa a Héngwǔ, para luego sentarse y mirar hacia la cancha, desde donde Lìān observaba molesto, o más bien celoso.

Al darse cuenta de esto, Héngwǔ sonrió al chico de manera presumida, cosa que hizo molestar más al deportista, quien frunció el ceño un poco al mostrar sus dientes y hacer que una de sus cejas temblara del coraje que sentía al momento.

«¡Maldito Yáng Héngwǔ! ¡Seguro se cayó a propósito! Menudo tramposo», concluía en su mente el chico de azul, para luego llegar Hānáng, Měiméi y Yuèzhé a sentarse junto a los chicos.

—¿Listos? ¡Ya va empezar! ¡Qué emoción! Espero Wú Lìān se luzca mucho.

—Lo hará, Yóu Měiméi. Siempre lo hace —aseguró el chico de rosa para luego sorber un poco de su café helado.

«Es tu momento de brillar, Lìān. Héngwǔ perdió contra Kit, pero tú puedes ganar y ser la estrella. Estoy seguro que eso impresionará mucho a Zhào Xiāohuàn», mientras pensaba aquello, Hānáng veía a su amigo, mismo que lo vio y le dedicó una sonrisa, mismo gesto que le regresó el pequeño, pues entendían a la perfección cuál era el plan, por eso Hānáng se sentó al lado de Xiāohuàn.

El partido dio inicio, y Lìān estaba más que listo para brillar, tanto así que después del primer silbatazo, consiguió robarse la pelota con una velocidad increíble, a pesar de que cayó de buenas a primera en manos enemigas.

El público se emocionó y gritó efusivo, cosa que plantó una sonrisa de asombro en Xiāohuàn de inmediato.

—No recuerdo haber visto a una sola persona con la velocidad que tiene Lìān —comentó de momento Hānáng, escuchado por Měiméi y Xiāohuàn más que nada—. Su habilidad para introducirse en puntos ciegos de los jugadores y arrebatarles el balón es simplemente mágica. No hay nadie en nuestra provincia que lo haya superado. Dudo que alguien de la universidad pueda. —Ambos chicos voltearon asombrados hacia Lìān, mismo que se dirigía a toda velocidad hacia la canasta enemiga, mas, en lugar de anotar él, lanzó el balón a uno de sus compañeros, mismo que recibió el balón y tiro, sin éxito.