Primer lugar

Trigésima Segunda Pregunta: ¿Exposición total?

—¡Cha Ha-Joon! ¡Espera! —gritaba el joven médico, cosa que detuvo al chico de economía una vez que estaba alejado de la multitud, camino a su facultad.

—¿Qué pasa, Zhào Xiāohuàn? ¿Vienes a insultarme por haber quedado en el primer lugar? —preguntó el chico, algo que molestó un poco al joven de piel negra, mas tomó compostura y prosiguió con su plan.

—No, para nada. Quiero hablar bien contigo.

—¿Sobre qué?

—Sobre ti, Cha Ha-Joon —aseguró el de blanco, algo que suavizó el rostro de Ha-Joon—. Por favor, veámonos después de clases, donde quieras.

—¿Qué? ¡Claro que no! ¡No tengo nada de qué hablar con alguien como tú! —declaró el hombre y se dio la vuelta, detenido por la respuesta de Xiāohuàn.

—¿En verdad siempre has sido así de altanero y grosero? ¿Es éste realmente Cha Ha-Joon? Porque yo no lo creo.

—¿De qué diablos hablas? ¡Tú no me conoces! —gritó muy molesto el de amarillo, observada la seriedad de Xiāohuàn.

—Sí me dices que éste eres tú. Que ese clasismo y menos precio viene de tu corazón, entonces te voy a creer y no te voy a molestar más —prometió el médico, algo que hizo enojar todavía más a Ha-Joon.

—¡Acepta que voy a vencerte, Zhào Xiāohuàn! ¡Haces esto para…!

—¡Te he estado buscando desde hace ya tiempo! —aseguró el chico al interrumpir a Ha-Joon—. Estuve buscándote en tu facultad y en otros lados, pero salgo una hora después de ti y no pensaba ir a molestarte de la nada a tu habitación. Además, no sé dónde vives… El punto es que no tiene que ver con los resultados de hoy. Traté de verte después de cada examen, pregúntales a tus compañeros, pero saliste muy rápido y te felicito de corazón por haberlo hecho. Ahora, sólo contéstame lo que te pregunte, por favor. Fuiste grosero conmigo desde que te conocí, y quiero saber si ésta es tu personalidad, tu actitud, tu forma de pensar. ¡Dilo! —exigió el chico con toda la fuerza que había en su ser. Dicho, observó cómo Ha-Joon cerró los ojos con fuerza, apretó puños y ya labios, para la final enseñar los dientes y responder.

—¡No lo sé! —gritó el economista, molesto y a punto de quebrarse en llanto—. ¡Déjame tranquilo! Tengo que ir a clase… —pidió más tranquilo y con la voz baja.

—Está bien, pero veámonos después de eso. Hay que conversar.

—¿Para qué? —preguntó enojado de nuevo Ha-Joon.

—Pues me gustaría que fuéramos amigos. O que al menos no hubiera rencores entre nosotros. Por favor, Cha Ha-Joon. Podemos hacer las cosas bien —rogó el joven, desviada la mirada del de amarillo por unos instantes. Luego, el economista respiró hondo y respondió.

—No tengo intenciones de unirme a tu grupo de «chicos listos». Déjame estudiar a gusto, Zhào Xiāohuàn. —El chico se fue sin que los gritos de Xiāohuàn lo detuvieran, hasta que aquel se rindió y lo dejó retirarse.

«Tengo que apresurarme. ¡Maldición!», pensó el joven y se dirigió a su facultad, donde tomó las clases de siempre, para luego ir a buscar a Phun. El mayor estaba preparándose para hacer guardia en el hospital universitario.

—¡Phi’Phun Hao!

—¡Nong Fox! ¡Sawadee! ¿En qué puedo ayudarte? —preguntó el gāojí a Xiāohuàn, mismo que, apenado, hizo algo que no creía tener que.

—¿Sabes dónde está viviendo Cha Ha-Joon? —Esa pregunta dejó al joven un tanto desconcertado, mas al final respondió.

—No, no tengo idea. Quien debe saber es Yamashita Kazuhiko. Lo conoces. ¿no? Todo Sakura mēru tiene las direcciones de los chicos. Pregúntale a él. —Xiāohuàn agradeció y pensó en retirarse, pero Phun lo detuvo. —¡Alto! ¿Pasó algo? —Esto hizo que el chico respondiera un tanto apenado, mas no quería que su gāojí se quedara con una impresión errónea de él.

—Es sólo que no me gusta estar mal con los demás. Cha Ha-Joon no es una mala persona, lo sé. Quiero tratar de hacer las paces con él y llevar todo esto de una manera sana, como lo hago con Wú Lìān, Yáng Héngwǔ y Kit. —La respuesta dejó pensando un poco a Phun, mismo que terminó por responder.

—¿Sabes? A veces es mejor moverse y dejar que las personas se den cuenta de su error. Me parece noble que quieras resolver esto a pesar de ser tú la «victima», por así decirlo, pero creo que tienes que preocuparte por ti antes que por él, quien seguramente no tiene intenciones de quedar bien con nadie. Sólo digo que lo hagas hasta donde veas que no te afecta, ¿está bien? —Xiāohuàn asintió ante esto, cosa que le generó una pequeña sonrisa a Phun, mismo que lo dejó irse.

Xiāohuàn fue hasta el local de Sakura mēru, pero lo encontró cerrado, así que decidió ir al día siguiente sin falta.

A la mañana siguiente, el medico llegó hasta el Sakura mēru, donde se encontró con una de las chicas que atienden el local, de cabello rubio y piel muy bronceada, misma que atendió a Xiāohuàn.

¡Gudu moringu! ¿En qué puedo ayudarte, Zhào-kun? —preguntó la joven de manera muy alegre y con un acento muy marcado.

—¡Níhǎo! Estaba buscando a Yamashita Kazuhiko-senpai. No sé si ya esté aquí… —dijo un tanto apenado el joven.

—¡Ara, ara! ¿Acaso vienes a declararle tu amor a Kazu-chan? —cuestionó otra chica de cabello oscuro lacio muy hermoso.

—¡Akane-chan! ¡No digas eso! ¡Vas a espantar al pobre Zhào-kun!

—¡Claro que no, Arika Onee-chan! —respondió a su compañera la joven de cabello negro—. ¡Vamos, cuéntanos, Zhào-kun!

—皆, 辞めて (Mina, yamete)[Todos, déjenlo]! —ordenó una voz tranquila desde el fondo, acercándose el buscado con el mensajero que le da los paquetes de Héngwǔ a Xiāohuàn—. No agobien al pobre Zhào-kun con esas preguntas raras —pidió Kazuhiko con una hermosa sonrisa.

—¡Kazu-chan! ¡Kichi-chan! ¿Qué estaban haciendo allá atrás solos tanto tiempo? ¿Estaban besándose acaso? —preguntó Akane curiosa y con un rostro depravado.

—¿Me pregunto hasta donde llegará el descaro de una 腐女子(Fujoshi) como tú? —mencionó Kichiro a su compañera, decepcionada de escuchar eso.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.