CAPÍTULO 1

~CRISTINA~

Tomiria es un pueblo un poco marginado del resto debido a sus diversos y enigmáticos casos sin resolver, casos a los cuales nunca se les halla explicación, como la desaparición de personas en los últimos años o la época en la que algunos de los habitantes del pueblo comenzaron a recibir cartas que revelaban sus secretos; debido a esto, muchos abandonaron el lugar.

Pero a pesar de eso, Tomiria sí tiene cosas buenas, como la última semana de clases. Cada día está marcado por una celebración a los estudiantes: el lunes, en cada escuela, los niños que cursaron último año de infantil hacen juegos variados y rememoran sus mejores recuerdos de esa etapa; el martes se hace lo mismo, pero con los alumnos de último grado de primaria; el miércoles, los de último año de secundaria presentan un musical resumiendo toda su etapa; y el jueves, los de bachillerato se gradúan, y en esta el director de estudios del pueblo da un discurso de despedida para ellos.

La razón por la que el director viene con los de bachillerato no es solo porque se gradúan, sino porque bachillerato es la última etapa de estudio que se realiza en el pueblo. Tomiria es lo bastante grande como para tener varias escuelas e institutos, pero no cuenta con espacio para universidades; por eso, la mayoría de los que terminan el bachillerato se van a la ciudad a seguir sus estudios. Además, durante las dos semanas siguientes se van de excursión a la ciudad para conocerla mejor.

Pero el sábado de esa última semana escolar llega lo más esperado para los de secundaria: " SÁBADO DE FIESTA".

Todos los de secundaria siempre tienen ganas de que llegue ese gran día, aunque solo lo celebren quienes terminan la secundaria. La razón por la que todos desean que llegue ese gran día es porque cada año pasa algo especial, algo bueno; como el anterior, cuando un gran famoso vino a visitar el pueblo aquel sábado e invirtió mucho en los comercios de Tomiria. Pero yo, a diferencia del resto, cada vez que pienso en ese "gran" día se me encoge el estómago; nunca he tenido ganas de que llegara ese día. No sé por qué, pero presento que algo malo va a pasar ahí; siempre que la gente lo menciona, siento un escalofrío y mi cuerpo tiembla un poco a veces.

-Por favor, Cris, ven con nosotras hoy -me suplica Nieves.

-Sabes lo importante que es esta noche para nosotras, pero no es lo mismo si tú no estás -la sigue Liniel.

-Ya os lo he dicho mil veces, no iré, y si hace falta, lo repetiré mil veces más -me opongo- tengo malos presentimientos, como si...

-Algo malo fuera a pasar -me interrumpe Camila- sí, sí, ya sabemos, siempre dices lo mismo sobre el "SÁBADO DE FIESTA".

-Porque es que algo malo va a pasar.

-Sí, vale, pero ven con nosotras, por favor, y si algo pasa, Cris, no solo te irás tú, sino todas, ¿verdad chicas? -les pregunta Liniel a Nieves y Camila.

-Pues claro -responden estas al unísono.

No estoy muy convencida. Esa sensación extraña sigue en mí, como un eco en mi pecho. Pero con lo seguras que parecen las chicas, acabo aceptando, al fin y al cabo no tengo nada planeado para esta noche. Seguimos conversando hasta que oímos unos golpecitos en la puerta del cuarto de Camila, y acto siguiente entra Sofía, su madre.

–Chicas, Merry me acaba de llamar y me ha dicho que Artemisa y Valeria ya están de camino, así que bajad a desayunar rápido antes de que vengan.

–Gracias, mamá, ya bajamos.

Merry es la madre de Artemisa, y ella nos había dicho que cuando Valeria y ella salieran de su casa, su madre llamaría a Sofía para avisarla y así prepararnos para cuando lleguen.

#ARTEMISA#

Valeria y yo acabamos de salir de mi casa, y lo primero que nos recibe en la calle es un viento helado que nos golpea el rostro. Estamos a finales de primavera, casi en verano, y hace un frío que recuerda al final del otoño, como si estuviéramos a punto de entrar en invierno. La temperatura es tan baja que parece que en cualquier momento va a nevar. En los últimos dos años, el clima ha cambiado drásticamente: en otoño e invierno experimentamos calor, mientras que en primavera y verano nos enfrentamos al frío.

—Si hubiera sabido que haría tanto frío, le habría hecho caso a mi madre y me habría puesto el abrigo que me recomendó —se lamenta Valeria.

—Tranquila, Val, estoy segura de que ni siquiera nuestras madres habrían imaginado que haría tanto frío. El clima de hoy en día supera las expectativas de cualquier científico —le respondo, y parece que mis palabras logran arrancarle una sonrisa después de su mal día.

Valeria llegó a mi casa de muy mal humor, ya que acababa de discutir con su madre por el abrigo, y también había tenido un altercado con su molesto hermano gemelo Haru, por una apuesta o algo así.

-¿Crees que las chicas habrán conseguido convencer a Cris para que vaya a la fiesta de esta noche? -le pregunto.

-No sé, ella estaba muy convencida de que no iría por nada del mundo.

-Ya, pero la gente a veces cambia de opinión así que es posible que ella también cambie de opinión.

-Pero no siempre.

Y así, comenzamos un largo debate sobre si las personas cambiaban o no de opinión. Estamos tan concentradas en nuestra conversación que casi pasamos de largo la casa de Camila, si no hubiera sido porque vi a Nieves metiéndose en el garaje. No sería mala idea ir y darle un susto pero seguramente las chicas ya nos están esperando y no quiero perder tiempo.

Al llamar al timbre casi me caigo al ver a la persona que nos abre la puerta: ¡NIEVES!

Ella parece darse cuenta de mi gran susto ya que me pregunta si estoy bien.

A ver, la única forma de acceder al interior de la casa de Camila es por la puerta principal, donde estamos nosotras, y si Nieves estaba en el garaje, ¿cómo le hizo para aparecer dentro de la casa?

-¿Holaaa? ¿tierra llamando a Arteee? ¿estás bien chica? -vuelve a preguntarme Nieves mientras que Valeria agita su mano por mi cara de arriba abajo.