Primer Misterio

CAPÍTULO 2

%LINIEL%

Nadie podía creerlo que nuestros ojos veían: Cristina estaba agachada con un cuchillo en su mano al lado de una persona tumbada en el suelo que nos daba la espalda, pero el cabello blanco que llevaba, ahora manchado un poco de sangre, solo una persona en todo el pueblo lo tenía, Nieves, y, alrededor de quien se parecía a mi mejor amiga había un pequeño charco de sangre rodeándola.

Estaba totalmente segura de que lo que todos en ese momento estaban pensando era: ¿Cristina ha matado a la supuesta Nieves? .Mi amiga se levantó tirando el cuchillo a un lado e intentando decirnos algo, pero no pudo, ya que el resto la interrumpió.

—No te nos acerques, asesina —habló alguien.

—Sí, quédate ahí, donde cometiste un crimen —gritó otro.

—Tranquilos todos, ya he llamado a la policía, y ya están de camino.

Por más que mi amiga intentara hablar, le era imposible. Aparte, Cristina no tenía mucha fama en el instituto; casi nadie quería ser su amiga. Simplemente nos tenía a las chicas, a mí y un par de compañeras de clase (aunque no se juntaban mucho con ella) como amigas.

Algunas personas no se acercaban a ella por una pelea que tuvo con un niño cuando íbamos a 1º de secundaria. Nadie sabe bien cómo llegaron al punto de pegarse, pero ese niño acabó muy mal, tanto que lo tuvieron que internar en un hospital por un mes, y después de eso se marchó del pueblo. Ese chico y su familia eran muy queridos en Tomiria, además de que eran los más ricos y aportaban mucho a la economía del pueblo, por lo que tras saber lo sucedido algunos padres empezaron a prohibir a sus hijos juntarse con Cris.

Los maestros trataron de controlar la situación y alejarnos del baño hasta que, al cabo de unos minutos, la policía y la ambulancia ya estaban en el lugar. En todo momento intenté ver dónde estaban el resto de mis mejores amigas, pero con tanta gente me era imposible. Mis padres llegaron poco tiempo después de que la policía llegara. Seguramente los profesores los habrían llamado a ellos y al resto de padres que vinieron a por sus hijos.

En el camino de vuelta a casa, mis padres no dijeron nada, aparte del momento en que me preguntaron si estaba bien. Pero después de eso no volvieron a hablar, y les agradecí por ello porque en ese momento estaba en estado de shock; no podía aún comprender lo que había pasado. Muchas preguntas se formularon en mi cabeza, como si realmente era Nieves la que estaba en el suelo o si Cristina la había matado de verdad.

Cuando llegamos a casa, subí directamente a mi habitación, me tumbé en la cama y comencé a llorar. No podía ser Nieves la que estaba muerta y Cristina no era una asesina. Todo esto tenía que ser un malentendido o alguna broma de mal gusto; no había razón por la que Cristina quisiera matar a alguien. Aunque muchos la temen u odian, ella era buena persona.

El sonido de una notificación de mi teléfono me sacó de mis abrumadores pensamientos. Me levanté de la cama y cogí mi móvil, cuando lo encendí vi un mensaje del grupo que tenía con las chicas. Rápidamente puse la contraseña y vi que era un mensaje de Valeria pidiéndonos que nos encontráramos en el sitio donde solíamos ir (unas escaleras que estaban afuera de una tienda de chucherías, donde la mayoría de las veces solíamos catalogar a los chicos que pasaban por allí). Respondí con un simple "OK" y apagué el teléfono.

$VALERIA$

—No puedo creerlo, ¿Cristina?... ¡No! Ella no es capaz de hacer algo así. Aunque parezca alguien que no le gusta estar con la gente y cosas así, ella no es capaz de matar a alguien.

Intentaba convencerme a mí misma, pero me era imposible porque todo apuntaba a que ella la mató. Pero quizás ella no lo hubiera matado, y si no fue ella, ¿quién fue? ¿Por qué alguien querría matar a Nieves? Todo era muy confuso. Necesitaba preguntarle a las chicas, a ver si alguna podía explicarme qué es lo que estaba pasando. Necesitaba respuestas y sabía que ellas también las necesitaban, porque al fin y al cabo, nosotras éramos las que más habíamos perdido, a dos mejores amigas.

—Cielo, ¿estás bien? ¿Necesitas algo más? —me preguntó mi madre desde la puerta de la habitación, seguramente habría escuchado mis gritos y se habría asustado.

—No, tranquila mamá, estoy bien, gracias.

—Vale, pero si necesitas algo, avísame, ¿ok?

—Bueno mamá, sí hay algo que quería pedirte —ella entró al final a la habitación y se sentó a mi lado en la cama.

—Dime.

—Yo quería saber si podía ir a casa de...

—No —respondió ella firme y calmadamente, sin siquiera dejarme terminar.

-Pero... ¿por qué no? -pregunté algo alterada.

-Porque lo de esta noche ha sido algo muy grave y cada padre querrá a sus hijos en su casa. Además, después de lo de esta noche sabes que las cosas cambiarán y no volverán a ser lo mismo que antes. Tu relación con tus amigas ya no será igual, ¿lo entiendes, no?

-No, no lo entiendo. No entiendo por qué no me dejas ir a ver a mis amigas, y el hecho de que todo cambiará después de lo de esta noche me da más razones para ir a verlas. Necesitamos apoyarnos...

-No, lo que ha pasado esta noche es algo que puede llegar a ser traumático. Puede que a ti aún no te haya hecho mucho efecto, pero ¿y si quizás tus amigas están mal, tan mal que ni siquiera pueden hablar? Esto es algo nuevo, nunca antes habéis presenciado un asesinato. No pienses solo en ti, cielo, piensa también en tus amigas y cómo estarán ellas; tal vez estén aún en shock por lo que pasó. Déjalo hasta mañana, ¿vale?

Simplemente asentí con la mirada fija en la ventana. Ella se levantó, me abrazó y después salió del cuarto, dejando la puerta medio abierta. Me levanté y la cerré completamente para después agarrar mi móvil y mandarles un mensaje a las chicas.

Después de recibir una respuesta de Liniel, Artemisa y Camila, esperé a oír que mis padres entraran a su cuarto. Paso siguiente, salté por la ventana, por esa misma ventana por la que había saltado muchas veces con mis amigas, donde ninguna salía herida (sin mencionar la vez en la que Nieves la saltó y se rompió una pierna; nunca llegamos a decirles a nuestros padres que la causa fue la ventana de mi cuarto).



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Editado: 21.12.2025

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