Desconocido 26 de Agosto de 2018
Se supone que estas serían unas buenas vacaciones, debería de estar en alguna isla con mis amigos jugando y divirtiéndonos no en esta horrible oficina con muchas pilas de papeles y carpetas para chequear.
Esto es un asco porque mi padre creyó que sería bueno que aprendiera cuanto antes cómo manejar las empresas, quedan todavía dos años para tomar mi lugar como presidente y por su gran idea estoy perdiendo mi tiempo y pasando unas terribles vacaciones.
— Ahh!! odio esto porque tengo que estar aquí, ni siquiera mi padre está aquí — entonces me di cuenta y golpeé mi cara, podría irme cuando quisiera.
Me levanté y agarré mi chaqueta, dejé todo en su lugar y salí de la oficina, suficiente papeleo por un día.
Al salir fui por las escaleras no quería que nadie me viera sino iban a empezar con preguntas, papeleo y bla bla bla. Mientras bajaba hacia el estacionamiento iba pensando en que en dos semanas tendré que empezar la universidad, estoy cursando ya mi tercer año en administración de empresas.
<yupi!!, noten mi entusiasmo>
Es la carrera que eligieron mis padres pensaron que sería lo mejor ya que pronto me volveré el presidente de la empresa y así, pero la verdad no me interesa nada de esto. Y aun así tengo que seguir sus órdenes, todo por su bien, ¿Ya se habrá olvidado de mí?, esperemos y no.
Al llegar al estacionamiento me dirijo directo a donde aparqué mi moto, lo único bueno de ser presidente es que mi lugar está justo enfrente de la puerta del estacionamiento, lo cual significa que no tengo que andar perdido por todo el estacionamiento buscando mi moto. Me coloco el casco y arrancó hacia casa, espero y mis padres no están ahí.
Hoy el día esta un poco nublado espero y no llueva, aunque me gustan los días lluviosos se parecen a mi vida, oscura y tormentosa. Estoy tan cansado de todo lo que pasa, tener que estudiar una carrera que no quiero, no poder ver q la persona que quiero y tenerla lejos. Espero y este bien, porque solo por esa persona es que resisto tanto.
— ¡Cuidado! — frene de golpe, por estar en mis pensamientos casi atropello a alguien.
— Lo siento mucho señora — me disculpe enseguida.
— Estos niños de hoy en día no tienen nada de cuidado — grito a los cuatro vientos, ya me había disculpado que más quería.
Espere a que avanzará y arranque de nuevo hacia mi casa quería llegar a dormir al menos un poco, estos días no había podido dormir nada cada que cerraba los ojos se aparecía la misma escena, ellos se la llevaron y no volvieron, todo por mi culpa.
Llego a casa, aparco e ingreso, al entrar encuentro a mi nana yendo hacia la cocina.
— Hola nana, ¿Cómo estás? — la salude con un beso.
— Hola mi niño, bien y tu pareces cansado tienes unas ojeras y mírate estas tan flaco — comentó señalándome. — Vente a comer algo recién prepare tus favoritos panqueques con fresas —.
— Estoy bien nana, pero no le diré que no a esos panqueques, muero de hambre literalmente — comente haciendo que ella riera y yo también.
— ¿Y como te a ido en estos días?, no los haz pasado en casa — preguntó.
— Estos días he estado en la oficina, ya sabes mi padre quiere que me ponga al día con el papeleo — conteste abrumado.
— Se que no quieres hacer esa carrera, entonces ¿Porqué lo haces? — qué ella me lo preguntar de nuevo era algo común.
— Ya te lo he dicho nana, lo hago por que no quiero que lastimen a las personas que me importan — dije.
— Lo se mi niño pero a veces hay que ser egoísta, piensa más en ti ¿si? —dijo.
— Tratare de hacerlo nana — dije, asintió no muy convencida.
Estaba en todo su derecho yo nunca se lo cumplía y era porque no podía pensar solo en mi, por mi cabeza solo rondaba que si no cumplía las órdenes de mis padres, algo malo pasaría.
— Nana voy a estar en mi habitación —.
— De acuerdo mi niño, te llamo para la merienda — dijo y yo asentí como niño pequeño.
Ella hacía las mejores comidas del mundo y yo era afortunado de tenerla como cocinera y como nana.
Con pereza subí las escaleras hasta llegar a mi habitación, entre y comencé a desvestirme, necesito un baño ya.
Mientras me bañaba pensaba en como estaría, que tanto habría cambiado, pero sobre todo si me recordaría. Salí del baño peor de los que entré, me puse una remera negra y un pantalón deportivo del mismo color. Agarre mi gritara y empezó a tocar una canción de Paulo Londra y de Piso 21.
" Tanto tiempo que ha pasado
Y ver todo lo que soñamos algún día ya te he terminado
Me duele pensar que lo que quería no lo tengo ya a tu lado
Eso me tiene tan frustrado
Y ya no aguanto las ganas de poder decirle
Quiero decirte que te amo
Que a pesar que pasa el tiempo, más te extraño
Que sigo solo y que tu ausencia me hace daño
Sé que yo te fallé
Pero siempre estaré
Quiero decirte que te amo
Que a pesar que pasa el tiempo, más te extraño
Que sigo solo y que tu ausencia me hace daño
Sé que yo te fallé
Pero siempre estaré
Siempre estaré, mi lady
Me volviste crazy
De esa noche donde te encontré tan sexy
Me quedé mirándote como un imbécil
Hasta que se me dio el momento para decir
Que es un bombón, que es mi ilusión
Que siempre fue la bella del salón
De chiquito me enamoró
Fue la primera en llamar mi atención
Y sé que es tarde para un perdón
Pero quiero decirle yo, oh
Que no la olvidé
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Editado: 31.08.2022