Comenzó un día como cualquier otro. El joven Álex no sabía lo que estaba próximo a suceder, hasta que su novia actual, Alicia, le dio una noticia que resultó amenazante.
—Se me escapó el hecho de que somos novios durante la cena… y ahora mis padres quieren conocerte.
Ellos tenían planeado presentarse como pareja la noche de la lluvia de estrellas, pero debido a un problema de último minuto los padres de Alicia no pudieron asistir al evento, y esa misma noche, durante la cena a Alicia se le escapó el nombre de Álex, y el dato de que era su novio. Algo que obviamente sus padres no lo pasaron por alto, y lo invitaron a almorzar unos días después con la intención de conocerlo.
………
……
…
Eso nos lleva al presente.
Álex está de pie, enfrente de la puerta de la casa de Alicia, llevando una vestimenta elegante y a la vez casual, debido a que no tenía idea de lo que debía vestir en momentos como estos, pero lo que más le preocupaba de todo, era cómo reaccionaría el padre de Alicia. Aquel hombre clasificado en su mente como "un gigante aterrador".
Tragó saliva, dio un muy largo respiro para tranquilizarse, y se dispuso a tocar el timbre, pero antes de que pudiera hacerlo la puerta se abrió, y justo cuando Álex pensaba lo peor, su mente se tranquilizó al ver que no era el padre, sino una mujer de estatura promedio, bastante hermosa por cierto.
Esta mujer tenía el cabello corto, con una mezcla casi homogenea de color negro y morado, sus ojos eran de un brillante color morado similares a un par de amatistas. Su color de piel era bastante pálida similar a Alicia, y vestía una blusa negra con unos jeans azules que dejaban notar sus curvas de mujer, algo que la hacía todavía más atractiva de ver.
Álex no sabía qué decir o hacer, y solo pudo quedarse en su lugar moviendo la boca pero sin poder pronunciar ninguna palabra.
—¿Uh? ¿Qué sucede jovencito, te perdiste? —preguntó aquella hermosa mujer con una voz tranquila y a la vez dulce.
—Y-Yo-Yo… bueno, yo… yo vengo a… bueno, vine a… para, bueno, yo…
Las palabras se le trababan sin parar, era como si su cerebro se hubiera desconectado por un instante. Pero sacudió su cabeza, aclaró su garganta y habló.
—E-Es un gusto conocerla, señora. Verá, mi nombre es Alexis Mercier, y he venido por su invitación a almorzar en su casa.
—¡Oh! No puede ser, eres tú ¿cierto? —preguntó sorprendida— Eres el novio de mi Alicia, ¿no es así?
—B-Bueno, si, soy yo. Un placer conocerla. —respondió asintiendo aún nervioso.
—Es increíble, cuando Alicia nos dijo que tenía novio no pensé que sería un chico tan guapo. Oye, ¿no tienes un hermano mayor por ahí o si? —preguntó en voz baja guiñando un ojo.
—¿Eh…?
—Jajaja, no, no, descuida, solo estaba bromeando, mira, soy casada. —afirmó mostrando su anillo de compromiso en su dedo— Vaya, los jóvenes de hoy en día no aguantan una broma, te pusiste pálido cuando te lo pregunté, jiji. Bueno, pero no te quedes ahí, vamos, pasa, pasa.
Álex aceptó la invitación y entró seguido por aquella mujer, pero en cuanto cerró la puerta, el bullicio explotó.
—¡Familia, nuestro invitado estrella llegó, vengan a recibirlo!
De distintos lugares de la casa comenzaron a llegar una pareja de ancianos, los abuelos, unas tres personas más, dos mujeres y un hombre, los tíos por parte de la madre. Y entre ellos, se pareció la última cara que Alex deseaba ver. "El gigante aterrador."
El ambiente se volvió más silencioso que cueva abandonada, y tanto los abuelos como los tíos se veían ligeramente preocupados, a excepción de la madre, la cual intervino en la escena nuevamente para mostrar su explosiva personalidad.
—Vamos querido, no te pongas así, este joven tan guapo es Álex, el primer novio de nuestra hija, hay que recibirlo como se merece.
El papá miró a Álex a los ojos, provocando en él un fuerte escalofrío que lo hizo sentir la necesidad de correr, pero lastimosamente los demás se le adelantaron.
Tanto los abuelos como los tíos de Alicia, dieron distintas excusas tontas e improvisadas y salieron de la casa sin demora, dejando a Álex completamente solo con el "gigante". Bueno, y con la madre también.
A los pocos segundos bajó finalmente Alicia, encontrando a su padre mirando de manera amenazante a Álex, quien parecía estar apunto de hacerse en sus pantalones.
—Alicia. —habló el padre dirigiéndose a su hija— Creo que tu novio no se siente bien, tal vez deba ver a un médico.
—Jiji, —se rió la madre— no es nada de eso querido, lo que sucede es que lo acabas de asustar.
—Oh. Lo siento, no me di cuenta de que te habías asustado, no fue mi intención.
Álex negó con la cabeza sin poder formular ninguna palabra en respuesta, y Alicia no tardó nada en correr hacia él, y rescatarlo del gigante.
—Por favor, perdona a mi papá. Sé que puede dar algo de miedo al principio, pero no es alguien malo, lo juro.
—Em… No, descuida, lo entiendo. —respondió Álex.
—¡Muy bien, creo que es momento de comenzar con nuestro almuerzo, vengan todos! —exclamó la madre dando saltitos de felicidad hacia el comedor.
………
……
…
Todos se sentaron alrededor de la mesa mientras que la mamá de Alicia se encargaba de servir la comida en los platos. Era una mesa rectangular, los padres juntos en uno de los lados largos de la mesa, y Álex y Alicia enfrente.
El almuerzo de hoy era muy variado. Podías elegir entre puré de papa, bistec, una variedad de tres tipos de ensaladas, un jugo de naranja, de manzana, limonada, estofado de carne, sopa de fideos, entre otras cosas.
Álex simplemente comió lo que le ofrecieron.
—¿Por qué hay tanto? —preguntó Álex confundido.
—Oh, eso, es que vinieron a visitarnos algunos familiares lejanos. —respondió la madre.
—Ellos eran mis abuelos, y mis tíos. —agregó Alicia— Llegaron de sorpresa, por eso mis padres no pudieron ir a ver la lluvia de estrellas.