Hemos llegado a la mitad de este mes. Algunas cosas cambiaron para bien, mientras que otras lo hicieron para mal.
Desde el día de mi cumpleaños, la tensión con la presidenta del consejo se ha vuelto cada vez más notable.
Últimamente, cada vez que la encuentro por accidente, ella me saluda y me sonríe de una forma bastante amable. Yo le devuelvo el saludo por mera cortesía, pero aún así se siente extraño.
En algunas ocasiones, Álex la ha encontrado mirándome desde la lejanía, y siempre lo hace con una deslumbrante sonrisa, que por alguna razón me hace sentir aterrado.
La he ignorado todo lo posible, pero con cada día que pasa, se hace cada vez más complicado. Incluso llegué a desarrollar cierta paranoia pensando que ella está por ahí oculta, mirándome.
Hice todo lo posible para evitar que Lily notara mi incomodidad, pero si esto continúa, será solo cuestión de tiempo que lo averigue.
Justo ahora acaba de empezar el receso, pero no me dieron ganas de salir al patio.
Me quedé sentado en mi lugar mientras charlaba con Lily y Leo. Todo estaba tranquilo, hasta que…
—Timy, ¿terminaste de revisar tu nuevo celular?
Lily se refiere al teléfono que Leo me dio como regalo de cumpleaños. Al ser este el modelo más reciente del mercado, tiene tantas funciones que me llevó unos días aprender a manejarlas. Al menos una parte de ellas.
Saqué mi teléfono de mi bolsillo y lo sostuve entre mis manos.
—He tenido mis avances, pero creo que sería más fácil aprender a conducir que dominar esta cosa al completo. —respondí soltando una pequeña risa.
En eso, uno de mis compañeros de clase vio accidentalmente mi nuevo teléfono celular, y no pudo evitar exaltarse.
—¡N-No puedo creerlo, ¿cómo hiciste para conseguirlo?!
Todo el mundo giró en dirección al chico que alzó la voz, y un segundo después, todos se fijaron en lo que traía entre mis manos.
Los alumnos no tardaron en correr hacia mí atraídos por el objeto que me dieron en mi cumpleaños.
—¡¿C-C-C-Cómo hiciste para comprar uno cuando son carísimos?! —preguntó una compañera de mi clase.
Intenté explicarles a todos que yo no lo compré, pero fui interrumpido por el fortachón.
—¡Es increíble, ¿cierto?! ¡Mi hermano Tomas tiene amigos capaces de darle regalos como este!
En ello, una rafaga de preguntas cayeron sobre mí.
—¡No puede ser, ¿qué clase de amigos tienes?!
—¡¿Podrías presentarnos a tus amigos?!
—¡A mí también preséntame, ¿puedes?!
—¡¿Alguno de tus amigos está buscando novia?! ¡Quiero vivir tranquila sin trabajar!
—¡¿Me dejarías ser tu amigo?! ¡Prometo que no te arrepentirás!
—¡No, mejor se mi amigo! ¡Mis padres tienen un restaurante, podrías comer gratis! ¡¿Te interesa?!
—¡Oye, ¿me prestas tu nuevo teléfono?! ¡Quiero saber cómo se siente algo más caro que mi casa!
"Solo dejenme en paz…"
Estuve apunto de explotar, pero Leo volvió a intervenir, esta vez para volver a empeorar las cosas.
—Mi hermano Tomas es un tipazo, aún recuerdo cuando rompió ese récord mundial en el parque.
Todos se giraron hacia Leo con asombro, murmurando cosas como: "Es cierto", "¿Como pude olvidarlo?", "¿Ese era él, cierto?", "Su muñeco tenía cabeza de gato".
Pero el golpe final vino después.
—¿Y cómo olvidarlo? Incluso tiene su propio club de fans dentro de la escuela.
"¡¡Callate Leo!!"
Al escuchar lo del club de fans, todos corrieron en manada hacia el exterior buscando dónde inscribirse. Algunos incluso dejaron sus clubes para unirse a "el club de fans de Tomas".
"¡¡¿Por qué dijiste eso, Leo?!!"
Lo miré a los ojos buscando una explicación, pero él simplemente me respondió lo que Leo creía era el problema.
Se acercó a mí y me habló susurrando.
—No te preocupes hermano… no les dije que fui yo quien te dio ese regalo.
"¡¡Ese no es el problema!!"
Desde ese día, "el club de fans de Tomas" ganó veinticinco miembros nuevos, lo que obligó a esa gente a cambiarse a un nuevo lugar por falta de espacio.
Sala del consejo estudiantil - Ubicación de Marco y Rin
Es algo natural ver a la presidenta dentro de la sala del consejo, incluso se rumorea por la escuela que ella pasa más tiempo ahí que en su salón de clases.
Sabiendo eso. ¿Cómo hace para mantenerse en el primer lugar de toda la escuela? Casi nadie lo sabe, ya que son pocos los afortunados que la conocen realmente junto a todos sus "trucos".
Se menciona esto debido a la extraña situación que se está llevando a cabo en la sala del consejo estudiantil.
Es un día muy ocupado para el consejo, el evento de navidad organizado por la escuela está a pocos días de empezar, y es necesario todas las manos posibles para ayudar.
Marco Ádillan, el secretario; y Rin White, la vicepresidenta, han tenido que cargar con todo el trabajo los últimos días. Esto se debe a que la presidenta casi no se presenta a ejercer su labor debido a que está muy ocupada "supervisando" su próximo trabajo.
Marco tiene otras labores además de la escuela y trabajar en el consejo, motivo por el cual tiene que irse más temprano en ciertas ocasiones.
Esto significa que todo el trabajo, la mayor parte del tiempo, al igual que todas las quejas, peticiones, y revisiones recaen sobre los pequeños hombros de Rin.
Afortunadamente para ella, el día de hoy Marco tiene la tarde libre, lo que la ayudará a quitarse un poco el peso de encima. Pero eso no evita que todo su pesar salga al exterior.
—Juro que cuando vuelva a ver a esa tipa, voy a arrancarle todo el cabello mechón por mechón, muy lentamente… —murmuró Rin mientras terminaba de hacer unas cuentas.
Ya que el consejo carece actualmente de un contador, el trabajo de la contabilidad, presupuestos, y demás, recaen sobre los otros miembros. Y en este caso, principalmente sobre Rin.
—No tienes que ser tan excesiva. —comentó Marco revisando algunas peticiones— Sabes como se pone cuando algo se le mete a la cabeza.