Primero loco que cuerdo Vol.5

Capítulo 8: ¡Jo jo jo, feliz navidad para todos!

Hoy es 24 de diciembre.

En algunos lugares celebran la navidad, mientras que en otros no.

Hay lugares donde los niños abren sus regalos la mañana del 25 al despertar, mientras que en otros, los abren el día 24 a medianoche.

Muchos cenan pavo, otros pollo, pato, e inclusive lechón, pero al final, la cena es con el mismo fin. Comer juntos y felices.

Hay quienes reciben juguetes, pero también los hay quienes no, ya sea por problemas económicos, familiares, entre muchos otros.

De la misma forma, hay quienes tienen que pasar sus navidades en soledad, a veces por no tener a alguien que les haga compañía, o por el hecho de que nadie quiere pasar su navidad junto a él.

Cada familia, de cada vecindario, de cada ciudad, de cada país, de cada continente lo celebra de una forma distinta. Y nosotros no somos la excepción.

En mi casa son extravagantes desde la mañana, mi papá se pone un disfraz de Santa y toma su desayuno de esa forma, mientras que mi mamá hace lo mismo con un disfraz de la señora Clos, o Mamanuela. En cada lugar del mundo tiene un nombre distinto.

"Creo que Santa tenía una esposa o algo así, no lo recuerdo."

Las clases habían terminado de manera oficial hace unos días, pero con ello empezaron muchas cosas.

Mi papá pidió unas vacaciones, así que lo tendré en casa por un tiempo, y mi mamá hizo lo mismo. Los padres de Lily también obtuvieron un tiempo de vacaciones, así que, nos espera un largo tiempo "en familia".

Muchos de los padres de mis amigos hicieron lo mismo, quizás para poder celebrar a gusto esta festividad.

Al final, cada uno celebró de forma distinta.

En el caso de El club de los amigos, lo sometimos a una votación, y todo resultó en un intercambio de regalos.

Elegimos los nombres al azar, y no serán revelados hasta la hora del intercambio.

De ese modo, todos nos dividimos en dos grupos, los chicos por un lado y las chicas por otro.

Estábamos reunidos en la puerta de un enorme centro comercial, Leo, Álex, Marco, Julio, y yo.

Si, lo sé, Marco y Julio no son de nuestro club, pero al final decidimos unirlos al intercambio para hacerlo aún más emocionante.

Como eran nombres secretos, todos los chicos nos separamos una vez dentro, acordando reunirnos en la puerta a cierta hora.

Todos se veían confiados o entusiasmados, quizás porque ya sabían lo que querían comprar, mientras que yo… estaba cargado de pánico.

"¿Qué hago…? ¿Qué sería bueno para ella…? ¿Qué debería de regalarle a Alicia?"

Mi suerte es un completo desastre.

De todas las personas que participaron en el intercambio de regalos, me tocó con la que menos le agrado. Literalmente me hubiera gustado recibir a cualquier otro, pero esto es lo que la suerte decidió.

Pensé en muchas opciones de regalo, pero ninguna era barata, legal, o libre de riesgo para mí.

Comencé a deambular por las tiendas.

Hallé una tienda de ropa bastante buena con una gran variedad de prendas, pero lo descarté casi de inmediato.

"No sé qué talla de ropa usa Alicia, y si le doy un tamaño equivocado puede que me haga algo…"

………

……

Luego me fijé en una tienda de juguetes, donde había una sección de animales de peluche muy lindos, pero también lo descarté.

"Ella ya tiene a Bunny, y conociendola, no aceptará a otro peluche de buena manera…"

………

……

Pasé por una tienda de artículos de cocina, principalmente porque Lily me comentó en alguna ocasión que Alicia estaba aprendiendo a cocinar, pero también lo descarté.

"No importa el utensilio que imagine… en mi mente hay una imagen de Alicia usándolo contra mí."

Comencé a rendirme.

No importaba la tienda que revisara, siempre había algún detalle sobre Alicia que me obligaba a retirarme.

Me detuve, con los brazos cruzados y ambos ojos cerrados, pensando en un nuevo lugar para ir, pero entonces, algo me interrumpió.

Sentí un ligero golpecito en mi hombro y me giré para ver de qué se trataba.

—Hola Tomas, ¿estás de compras?

Se trataba de Emilia.

Ella estaba de pie frente a mi, con un conjunto de ropa para invierno de color blanco. A primera vista se notaba que se trataba de un conjunto costoso.

Llevaba una bolsa celeste en su mano, con algo aparentemente liviano en su interior, pero eso no fue lo que más llamó mi atención.

Debajo de su gorro blanco, Emilia llevaba el cabello suelto, muy diferente a su estilo habitual en la escuela, y por extraño que parezca, su rostro parecía casi rejuvenecido.

Si me lo preguntaras, era como tener enfrente a una persona completamente diferente.

—Tú… eres Emilia, ¿cierto? —pregunté dudoso.

—¿Hm? Claro que soy yo, ¿te golpeaste la cabeza o algo?

—Em… no, no es eso, es solo que… te ves diferente de lo habitual, y me tomó un poco por sorpresa.

—¿Te refieres a esto? —preguntó Emilia señalandose a si misma— Suelo llevar el cabello suelto cuando no estoy en la escuela, y ahora que puedo dormir las horas necesarias, creo que me veo más joven.

—S-Si, claro, te ves bien, te ves bien.

"¿Cómo le digo que se ve menos amargada sin que suene grosero?"

—En fin, ¿qué estabas buscando? —preguntó Emilia claramente interesada— Pareces estar perdido.

—Verás, —respondí con un suspiro de resignación— unos amigos y yo organizamos un intercambio de regalos, pero me tocó una persona con la que no tengo una buena relación, así que estoy en un callejón sin salida.

Emilia lo pensó por un momento, llegando a una conclusión lógica.

—Si no sabes qué darle, ¿por qué no solo le das dinero en efectivo? Nunca conocí a alguien que se quejara por recibir dinero gratis.

"Hm… si, eso suena como una buena idea. Pero ¿qué cantidad sería lo adecuado?"

*Bzzt* *Bzzt*

Escuché el sonido de una pequeña vibración, cuando encontré a Emilia contestando una llamada con su teléfono.



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En el texto hay: comediaromantica, drama, aventura

Editado: 07.03.2023

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