Todo continúa directamente donde terminó el año anterior.
Era la mañana del primero de enero, y yo seguía escribiendo mi propia historia en aquel libro que Lily me regaló. Lo hice durante la madrugada, tomándome algunas pausas para decidir qué poner y qué no en aquellas páginas.
Logré escribir hasta el capítulo 3, hasta que mi teléfono marcó las 6:30 AM, decidiendo terminar por el momento.
Cerré aquel libro y lo coloqué a un lado, dándome la oportunidad de descansar.
Estaba realmente cansado, y al estar en la habitación de Lily, pensé en dormir una pequeña siesta sobre aquel escritorio, cuando una voz me llamó por detrás.
—Pareces cansado… ¿No quieres dormir un poco?
Me giré hacia ella, encontrando a Lily sentada sobre su cama, observándome con una tierna sonrisa.
—Buenos días, Lily. ¿Pudiste dormir a gusto? —pregunté, devolviéndole la misma sonrisa.
Ella se movió un poco, y procedió a dar unas palmaditas sobre el espacio vacío de su cama, pidiéndome que me acercara.
No tuve ningún problema en hacerlo, y cuando estuve ahí con ella, Lily tiró del cuello de mi camisa, haciendo que me acostara sobre la cama.
Ella procedió a hacer lo mismo, y nos cubrió a ambos con una sábana cálida y acogedora, antes de acurrucarse tiernamente a mi lado.
Fue un momento tan lindo que no pude evitar abrazarla, acariciando su cabello con amor, a lo que ella respondió con un fuerte abrazo.
—Creo que voy a aprovechar el momento para dormir un poco, ¿te molesta? —pregunté, sin dejar de mimarla.
—No me molesta —respondió Lily, llevando mi mano sobre su cabello hacia sus labios, antes de darle un tierno beso—. Yo te cuidaré mientras duermes.
No aguanté las ganas de hacerlo, y le di un beso en la frente a Lily, para luego acariciar se mejilla, aceptando tranquilamente su oferta.
Con eso dicho, finalmente pude cerrar los ojos.
………
……
…
Cuando desperté, encontré a Lily aun a mi lado, abrazándome; mientras que al otro lado de la cama se hallaba Fiera, durmiendo plácidamente.
No quise moverme mucho para no despertarlos, porque sí, Lily se había dormido nuevamente, y no deseaba interrumpir el momento.
Justo entonces mi teléfono vibró, descubriendo que había recibido un mensaje de un número desconocido, y este decía lo siguiente.
「Necesito de tu ayuda, es urgente, no hay tiempo que perder. Te estaré esperando en el parque principal junto al gato de nieve gigante al medio día, no faltes. Emilia.」
Me quedé en shock por unos cuantos segundos luego de leer el mensaje.
En primer lugar, porque no sé cómo hizo Emilia para conseguir mi número de teléfono.
En segundo lugar, porque me preocupa un poco lo que sea que me vaya a pedir.
Y en tercer lugar… ¡porque viendo la hora que es, el medio día es en diez minutos, y literalmente me acaba de llegar el mensaje!
“¡Ella en verdad piensa que todos tenemos la misma disponibilidad, entiende que acaba de pasar año nuevo, ¿qué puede ser tan importante?!”
Entonces me llegó un segundo mensaje.
「Se trata de Rin, se ha escapado de casa. Necesito la ayuda de todos ustedes, por favor. 」
La situación había dado un giro inesperado, pero entendiendo que Emilia necesitaba ayuda con un asunto verdaderamente serio, no tuve más opción que aceptar.
Le envié un mensaje a Álex explicando la situación, y solicitando la ayuda de todos nuestros amigos, para luego despertar a Lily, quien al enterarse de la verdad, se levantó de la cama de un salto, cambiándose de ropa para salir.
Yo fui a mi casa a hacer lo mismo, y una vez listos, fuimos corriendo hacia el parque principal.
………
……
…
Cuando llegamos a la ubicación indicada por Emilia, nos llevamos una nueva sorpresa, y es que Rin estaba literalmente parada a su lado, cargando una enorme mochila, y con la vista perdida en el horizonte.
Nos acercamos a ellas con una expresión de confusión, y no dudé ni un segundo en exigir respuestas.
—¡¿No me dijiste que Rin estaba desaparecida?!
—Dije que se fue de su casa, no que estaba desaparecida —aclaró Emilia, colocando su mano sobre el hombro de Rin—. No sabía qué hacer, así que decidí pedirle ayuda a la persona más influyente que conozco.
—Yo no soy una persona influyente —respondí, mostrándome confundido—. ¿Porqué pensaste que lo era?
Justo en ese instante, una gran limosina negra apareció frente al parque, de donde bajaron Leo, su papá y su mamá, quienes al vernos no dudaron en correr hacia nosotros.
Leo corrió tan rápido junto a su papá, que terminaron levantando una nube de nieve al momento de frenar, cubriendo a Emilia de pies a cabeza con nieve.
—¡¿Porqué corres así?! —se quejó Emilia, levantando su puño con furia.
—¡Aaah! —gritó Leo, antes de alzar los puños con valor—. ¡Un monstruo de nieve! ¡Papá, tenemos que derrotarlo, solo mira lo horrible que es, no puede estar tramando nada bueno!
—¡Tienes razón, hijo, debemos borrarlo de este mundo! ¡Vuelve al polo norte con tus amigos, criatura de nieve!
Justo en ese instante apareció la madre de Leo, quien no dudó ni un segundo en darle un poderoso golpe en la cabeza a ese par, enviándolos directamente contra el suelo.
—¡Ya cállense, par de idiotas! —exclamó aquella mujer, mostrándose claramente irritada—. ¡¿No recuerdan que se trata de una emergencia?!
Emilia se sacudió toda la nieve, y procedió a colocarse al lado de Rin, sintiéndose más segura al estar con una practicante de artes marciales.
—No tienen nada de qué preocuparse —indicó la madre de Leo, sacando su teléfono—. Ya me comuniqué con un viejo amigo, y está preparando su flota de helicópteros para comenzar con la búsqueda, y Leonard habló con el jefe de la policía para buscar por tierra. Si su amiga sigue en el país, la vamos a encontrar.
Emilia me miró con una sonrisa ganadora, lo que me puso verdaderamente incómodo.