Primero loco que cuerdo Vol.6

Capítulo 3: La amistad es más fuerte que la distancia

La convivencia con dos mujeres a la vez puede ser el sueño de muchos, y una pesadilla para otros, en mi caso, representa la ruina absoluta.

Tanto Lily como Emilia trajeron sus cosas hasta mi casa, y el caos se ocasionó desde el primer día.

En primer lugar, solo teníamos una habitación disponible para las visitas, y es justo ahí donde dormiría Emilia, pero con Lily dentro de la ecuación, se vieron obligadas a compartir habitación.

Lily dijo que podría quedarse en mi cuarto ya que somos novios, pero nuestros padres se opusieron rotundamente, diciendo que permitir semejante cosa, solo provocaría que nuestras hormonas juveniles salieran a la luz.

Lily no entendió lo que eso significaba, pero yo me tomé la molestia de explicárselo, haciendo que esta se sonrojada como un tomate.

Por el lado de Emilia, a ella no le molestaba compartir habitación, diciendo que de ese modo, le sería más fácil vigilar a Lily para que no se le adelantara.

Por mi parte, yo comenzaría a dormir cerrando mi puerta con llave, no por Lily, sino por Emilia, ya que no era capaz de fiarme de ella, y menos si estaré vulnerable por estar dormido.

En cuanto a los usos del baño, hemos fijado un horario estricto, en el que ellas entrarán primero, y yo después de ellas, sin excepción.

Mis padres tienen su propio baño en su habitación, por lo que no están obligados a seguir un horario.

En cuanto al desayuno, el almuerzo y la cena, Emilia decidió tomarlo como su responsabilidad, ya que ella era la invitada en esta casa, sin mencionar de que no se fiaba de Lily para esa labor.

A decir verdad, y aunque me cueste admitirlo, Emilia tenía muy buena mano para la cocina, siendo capaz de preparar lo que sea haciendo que parezca verdaderamente fácil.

Ella dice que al pasar tanto tiempo sola, terminó desarrollando habilidades para la cocina, limpieza del hogar, y demás, señalando que es capaz de cuidarse sola, aunque sus tíos no piensen lo mismo.

Lily y yo sentimos cierta lástima por el tipo de vida tan solitaria que ha llevado, decidiendo darnos la oportunidad de tratar de entender su punto de vista sobre las cosas.

Después de todo, Emilia no es una mala persona, simplemente carece de la experiencia de la buena convivencia con otras personas, fuera del ámbito laboral.

Así fue como pasamos nuestro primer día juntos.

Comenzando con la tortura del segundo…

Temprano por la mañana, lo primero que hice al abrir los ojos, fue levantarme de un salto cayendo al piso de mi habitación, luego de haber escuchado un vidrio romperse.

Salí corriendo pensando que se trataba de una emergencia, pero cuando llegué a la cocina, me encontré una escena bastante “peculiar”.

Emilia y Lily estaban en el suelo de la cocina, amarradas juntas con lo que parecía ser una cuerda para saltar, mientras que a un lado de ellas, se hallaban los restos de un par de platos rotos.

Había restos de harina y huevos por todos lados, sin mencionar que la tetera de agua terminó de calentarse, y su silbido rompió el silencio de la escena.

“Ni siquiera me voy a esmerar en saber qué estaban haciendo para terminar así.”

Fui a un lado del corredor para traer la escoba y el recogedor, pasé por un lado de las chicas, e inmediatamente comencé a limpiar los platos que se rompieron.

Ellas me miraron con evidente confusión, como si se preguntaran “¿Porqué limpia en lugar de ayudarnos?”. Pero yo simplemente las ignoré.

Procedí a limpiar el resto de la cocina por mi cuenta, mientras que ellas seguían mirándome con incredulidad.

Apagué la cocina, limpié los estantes, lavé los utensilios que fueron utilizados, y finalmente me dediqué a buscar algo en el refrigerador para desayunar.

—¡¿Cuanto tiempo planeas dejarnos así?! —preguntó Emilia, claramente irritada.

—Hasta que aprendan a llevarse bien.

—¡¿Insinúas que esto comenzó por una pelea nuestra?!

—No lo insinúo, estoy seguro.

Aunque no era muy común en ella, Lily trató de manipularme para obtener ventajas sobre Emilia.

—Timy… —Lily me llamó, poniendo ojitos de cachorro castigado—. ¿Tampoco vas a soltarme a mí, a tu linda e indefensa novia?

—No.

—¡¿Porqué?!

—La pelea fue entre las dos, y entre las dos lo van a resolver. Es mi última palabra.

Terminando con esa discusión, fui hasta la sala con un plato de cereal con leche, mientras encendía la televisión para ver las noticias de la mañana.

La nieve estaba próxima a desaparecer por completo, pero el clima frío continuaría por un tiempo más.

“No me quejo.”

Dieron un resumen de lo sucedido en la telenovela de ayer.

“Lily seguramente ya la vio.”

Pasaron las imágenes de una manifestación de personas que se manifestaron como muestra de su indignación por tantas manifestaciones.

“¿Qué dijo?”

Y culminó con un informe detallado sobre el juego de anoche, donde los gatos aplastaron a las águilas.

“¿Porqué el afán de ponerse nombres de animales?”

Habiendo terminado de comer, y ponerme al día con las noticias, decidí regresar a la cocina, donde volví a encontrar a las chicas en la misma situación.

Nuevamente las ignoré, y procedí a lavar lo que usé para desayunar.

En esta ocasión, ninguna dijo nada para que las liberara, y yo tomé la decisión más razonable y lógica posible.

—Iré a tomar una ducha y cepillarme los dientes. Llámenme cuando hallan arreglado sus diferencias.

Con eso claro, simplemente me retiré, dejando atrás a ese par.

Casa de Tomas - Cocina

Una vez que Tomas se retiró de la escena, las chicas se quedaron completamente solas y atadas en el suelo de la cocina, incapaces de recuperar su libertad.

—¿Qué estuvimos haciendo para acabar así? —preguntó Emilia, mirándose a sí misma con confusión.

Las chicas se hallaban espalda con espalda, incapaces de ver la cara de la otra.

Verán, lo que sucedió fue lo siguiente.




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