Capítulo 1: Nada mejor que un día de playa

El día de San Valentín fue hace poco, y según tengo entendido, todos nuestros amigos tuvieron un día maravilloso. Incluyendo a Emilia, que si bien la pasó sola en su habitación, me dijo que logró terminar su campaña y discurso para postular en un futuro a la alcaldía de la ciudad.

Yo no soy nadie para juzgarla, por lo que no le tomé demasiada importancia, y simplemente la felicité por ello.

Otra cosa que supe, y que no me sorprendió en lo absoluto, fue el hecho de que Marco y Rin se han convertido oficialmente en una pareja formal, y si se están preguntando, cómo lo supe.

Bueno, la respuesta se resume en Emilia, quien luego de planear su campaña, se puso a hablar y hablar sobre su entorno, soltando esa información como si fuera cualquier cosa.

Si lo piensas bien, ya todos suponíamos lo que Rin sentía por Marco, pero lo que sorprendió a todos, fue que Marco correspondiera a esos sentimientos, ya que siempre se mostraba como alguien desinteresado sobre ese tema.

Pero bueno, si ellos son felices, solo podemos estar felices por ellos.

Otra cosa que llegó a mis oídos, fue el hecho de que la familia de Leo se iría de viaje, principalmente por motivos de negocios.

Eso solo significaba que Leo volvería a estar solo junto a los empleados de su casa, pero a diferencia de antes, eso ya no lo pone triste.

Rody y la señora Susan son como sus abuelos, sin mencionar que el resto del personal son como sus tíos, primos, y demás familiares para él, por lo que ya no se siente tan solo como en el pasado.

Otra cosa que podría reportar sería que… ¿Recuerdan que el padre de Alicia y el padrastro de Álex, el señor Mario, fundaron un restaurante como copropietarios?

Bien, pues aquel restaurante en particular, se ha ganado tan buena fama, que ya han aparecido en la portada de una revista local, celebrando que un crítico disfrazado de civil fue al lugar, y le otorgó la calificación de “cuatro tenedores”.

Yo soy un ignorante sobre cómo se clasifican esas cosas, pero según tengo entendido, es casi una calificación perfecta, por lo que era una razón para estar felices.

La revista resaltó principalmente la calidad de la comida, ya que era catalogada como “un manjar” por los clientes; además, el servicio también era excelente, ya que los meseros sabían tratar con los niños, eran dedicados a su trabajo, y demostraban una cortesía que te hacía sentir bienvenido.

El ambiente también era cómodo, con una mezcla de colores que te hacían sentir relajado, y una iluminación regular, donde no te deslumbraba los ojos, pero tampoco te hacía forzar la vista para ver algo.

Un negocio muy bien establecido si me preguntan, y haciendo uso de sus contactos, mi madre fue contratada por ellos para hacerles una campaña publicitaria, además de estar en negociaciones con los Kitan para tenerlos como principales inversionistas.

Le espera un gran futuro a ese restaurante, y mis padres están planeando una gran cena familiar en aquel lugar, obviamente en compañía de Lily y sus padres.

Ellos ya se consideraban como familia, pero luego de que Lily les mostró el anillo que le di, y contarles sobre la futura promesa de hacerla mi esposa, terminaron dando por hecho que lo somos.

No se detuvieron a la hora de hacer bromas al respecto, y hasta el día de hoy los sigo aguantando desde que me levanto hasta la hora en que me voy a dormir.

El peor de todos es mi papá, quien no duda en sacar el tema a flote solo para volver a bromear sobre eso.

Y ahí es donde entra mi mamá, quien al ver que mi padre se estaba pasando de la raya conmigo, lo hizo poner un alto bajo la amenaza de “no enterrar la marmota” por el resto del año.

Lily no entendió aquella referencia, pero por desgracia yo sí, teniendo que soportar aquella imagen mental en mi cerebro.

Bueno, creo que es momento de pararnos en el presente.

Justo ahora me encuentro en el asiento trasero de una camioneta, acompañado de todos nuestros amigos, mientras nos dirigimos a la playa.

Lo sé, puede haber sido algo demasiado repentino, pero esto fue lo que sucedió.

En un principio fue la amiga de Diego quien lo invitó a ir juntos, pero sintiéndose extremadamente nervioso por ello, terminó invitando a su primo Julio, y a su novia Luz, con la excusa de salir los cuatro.

Lamentablemente para ellos, Julio le contó sobre eso a Álex, y este a su vez se lo comentó a Leo y Alicia.

Al final Leo se lo dijo a Érika, y Alicia se lo dijo a Lily, donde está última me lo dijo a mí.

Todo fue una cadena sin fin, y antes de darnos cuenta, todos habían sido invitados.

La pequeña Lía también vino con nosotros, lo que no molestó a nadie ya que era una niña bastante ruidosa, pero divertida.

Los miembros del consejo estudiantil también vinieron con nosotros, y si se están preguntando quién los invitó, bueno, fue Lily.

Ella pensó que sería más divertido si pudiéramos ir todos juntos, y llamó por teléfono a Emilia y Rin, quienes aceptaron la invitación a la playa, y Marco vino porque Rin lo obligó a venir, ya que este no es el tipo de lugar al que iría voluntariamente.

Aún así, eso no fue todo, ya que aún faltaba presentar a dos personas más. Nuestros queridos profesores de la preparatoria Taiyo, el maestro Éduard, y la maestra Elizabeth.

Nuestros padres nos dieron el permiso de hacer este viaje, pero no querían enviarnos sin un adulto responsable, y luego de pensar y pensar, las votaciones quedaron divididas.

Los chicos votamos por el profesor Éduard, mientras que las chicas votaron por la maestra Elizabeth, y como ellas son más que nosotros gracias a Emilia y Lía, al final ganó la maestra.

Sin embargo, ella no quería venir con nosotros ya que se sentiría mal yendo a la playa para divertirse, mientras que el pobre del profesor Éduard se queda solo en casa, por lo que lo convenció para venir con nosotros.

La camioneta está siendo conducida por el profesor Éduard, y ahora que hablo de esto, debo mencionar que este vehículo en particular le pertenece a los Kitan, quienes también financiaron nuestro viaje con la comida suficiente, y tiendas de acampar nuevas para todos.