Primero matrimonio, después amor.

Un buen esposo.

Me siento tan avergonzada bajo sus atentas miradas que me disculpo para ir al baño como forma de escapar.

- Me puedes indicar dónde está el baño por favor Eugene.

- Por supuesto que sí, entras y es a la izquierda.

- Muchas gracias.

NARRA IKER:

No esperaba que Amanda fuera a decir esas palabras, sin dudas me dejó con la boca abierta y más por la expresión que hacía cada vez que decía esas palabras sobre nosotros.

- Es ella verdad, la chica de la que siempre hablas luego de regresar del retiro empresarial.

- ¿Tan obvio soy?

- Te conozco bien amigo y ella es bonita.

- Es más allá de lo físico, aunque no lo creas Amanda es muy inteligente, también es muy trabajadora. Solo le falta un poco de empujón para decidirse a realizar sus metas.

- ¿Cómo fue que la convenciste para que te tomara como su esposo?

- Ella misma te lo respondió.

- No me creo que esa linda señorita te propusiera casamiento aunque tampoco es tan dificil de entender. Naciste con el don de la belleza maldito desgraciado, pero si es inteligente como dices dudo que fuera ella quien te lo propusiera primero.

- Retuérsete de la envidia porque así fue y la mujer que siempre quise conocer vino a mí por voluntad propia.

- Entonces cuando le dirás la verdad detrás de ti porque tarde o temprano se enterará y más cuando tu mamá regrese.

- Todavía tengo tiempo.

La verdad es que yo siempre vi a Amanda. La podía notar a la distancia siendo tan inmensamente ella con su futura de liderazgo motivando a la demás personas a seguir adelante aunque inevitablemente fuera ella la que se quedara atrás, y esa noche cuando la vi en el bar sabía que era mi oportunidad de acercarme a ella y conocerla en persona.

De intentar tener una oportunidad de que supiera que yo existía.

Pero todavía tengo un gran secreto guardado. Así que no puedo desperdiciar el tiempo que nos queda antes de que mi familia intervenga y antes de que la suya comience a fastidiar.

Poco después la vemos llegar con su cara lavada, pero aun algo roja.

- Iker no me siento muy bien.

- ¿Te duele algo?

- Así es, por favor vamos a casa.

- Entiendo, nos vemos amigo.

- Espero que para la ceremonia formal si me invites. Nos vemos Amanda y recuperate.

- Muchas gracias por todo Eugene y me disculpo por ser tan descortés.

- No pasa nada, adiós chicos.

Amanda se aferra a mi brazo y camina lento lo que comienza a preocuparme. Pensé que solo estaba fingiendo un malestar para ya no sentirse avergonzada, pero ahora ya no estoy tan seguro.

- ¿De verdad te sientes mal?

- No es tan grave.. Recibí una visita inesperada y mecesito llegar a casa cuanto antes.

¿Visita inesperada? A qué se refiere con eso.lLa ayuda a subir al taxi y salimos de inmediato al departamento. Ammanda sigue caminando extraño mientras se oculta detrás de mi espalda en todo momento.

Al entrar corre al baño mientras yo me quedo del otro lado de la puerta esperando saber que esta pasando.

- Iker me puedes hacer un gran favor.

- Te escucho.

- Puedes ir a mi cuarto y buscar en mi.. Maldición mis cosas no están aquí todavía.

- ¿Qué necesitas Amanda?

Su silencio me comenzar a poner los pelos de punta, toco suave la puerta hasta que ella responde.

- Puedes pedir a la farmacia unas toallas sanitarias y de entrega inmediata.

- ¿Toallas sanitarias?

- Estoy con mi periodo.

Maldición me debo de haber visto como un completo idiota. Pero cómo se supone que yo sepa de estas cosas y mucho menos que las tenga en mi casa.

Pedirlas a la farmacia no es gran molestia, pero creo que prefiero ser yo mismo quien las busque para que se sienta más cómoda y segura.

- Dime la marca que usas.

- Son las xxx comunes. Pide varios paquetes por favor.

- Entendido prepárate una ducha y relájate hasta que estén aquí.

- Muchas gracias.

Anoto la marca en mi celular y tomo las llaves del auto listo para salir, al llegar a la farmacia le pido a la chica del mostrador varios paquetes mientras ella me ve algo extraña.

- Qué otra cosa me recomiendas para que mi esposa se sienta bien.

- Puedes que sufra de cólicoAsasí que esta bolsita resulta muy útil para las mujeres. Unicamente la tienes que colocar unos minutos en el microondas para que tome calor suficiente.

- Quiero una.

- También unos tés o medicamento para aliviar el dolor.

- ¿Algo más que necesite?

- Por lo general ropa cómoda.

Ahora que lo recuerdo Amanda todavía no trae nada de su casa. Reviso los pasillos y encuentro algo de ropa interior al igual que unas pijamas. Todo va directo al carro.

La chica de la caja también se me queda viendo extraño al notar mis compras. ¿Es que acaso los hombres no suelen hacer esto por sus esposas?

Ahora que lo recuerdo a mi hermana le encantaba comer chocolate en sus días. De regreso a casa pasó por una pastelería, se supone que las mujeres le gusta que las consientan en sus días y yo como un buen esposo tengo que cumplir con mi deber y hacerla sentir cómoda y tranquila.

Llego y todo esta en silencio, al acercarme a la puerta escucho el correr del agua.

- Amanda ya conseguí todo lo que necesitas. Te lo dejo en la puerta.

- Muchas gracias, Iker.

NARRA AMANDA:

Espero escuchar sus pasos alejarse para abrir disimuladamente un poco la puerta y veo frente a mí tres grandes bolsas llenas de todo lo que puedo llegar a necesitar.

Esto es mucho más de lo que le pedí, pero me alegra ver que se esforzó en pedir todo esto para mí.

Luego de alistarme salgo a la cocina y veo una gran torta de chocolate sobre la mesa junto a las llaves del auto.

- ¿Acaso tú fuiste por las compras?

- No tenías casi nada lo que me lleva a que tenemos que ir por tus cosas.

Siento una gran emoción en mi pecho. Nunca imaginé que un hombre pudiera tomarse estas molestias, digo es la primera vez que a mí me sucede y mis amigas por lo general dicen que sus novios las dejan solas porque se vuelven un poco insoportables.




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