Annabeth yacía en la bañera que sus dos mejores amigas habían llenado con agua caliente y baño de burbujas. Se sentía mal por abandonar a Percy como lo había hecho pero estaba herida, asustada y preocupada. Por mucho que él le dijera que no debía preocuparse eso no iba a hacerla sentir mejor. Las lágrimas rodaban por sus mejillas mientras imaginaba todas las horrorosas posibilidades de lo que podría suceder en el desafío. Y él espera que no me preocupe, como si pudiera, pensó ella.
Permaneció en la bañera hasta que el agua se enfrió. Mientras se vestía y peinaba sus rizos estaba tratando de decidir si debía ir con Percy o simplemente a dormir. Si fuese honesta consigo misma haría lo que cada pedazo de ella estaba ansiando hacer. Encaramarse a su regazo y dejar que él la abrazara, pasar con él tanto tiempo como fuese posible. En realidad era algo verdaderamente obvio, por mucho que amara a Thalia y a Piper, un príncipe rumano y, como cosa del destino, su alma gemela estaba esperando por ella. Sabía lo que Thalia diría, algo como "Si no vas con él mejor piensa que yo sí lo haré", sip, mmm, eso es lo que ella diría. Ok, con la decisión tomada, se guiñó así misma en el espejo mientras daba la vuelta para salir del baño. Antes de que fuera abajo con Percy, Annabeth asomó la cabeza por la puerta de su dormitorio para agradecerle a Piper y a Thalia y dejarlas saber que estaría en el piso de abajo. Pero incluso antes de que pudiera abrir la boca para hablar ellas ya estaban respondiendo sus pensamientos no expresados.
De nada, te amamos, nos amas, somos las mejores amigas de siempre, y toda esa sensiblería dijo Thalia sin levantar la mirada de la revista que estaba hojeando.
Sí, estamos bien con que vayas abajo con Percy, no eso no herirá nuestros sentimientos, y todas sabemos que si tú no lo haces, entonces Thalia lo hará dijo Piper con un guiño.
Totalmente de acuerdo añadió Thalia en su justa medida.
Ok, ustedes dos son las mejores amigas de siempre. Lo digo en serio. Volveré en un rato comenzó Annabeth.
No te apresures por nuestra cuenta, sabes que querremos detalles, y si regresas aquí arriba sin algo jugoso yo podría simplemente lanzarte por la ventana, ¿alguna pregunta? dijo Thalia de nuevo sin alzar la vista.
No has averiguado de esa medicina de la que hablamos, ¿verdad? le preguntó Piper sarcásticamente.
Detalles, ok, lo tengo dijo Annabeth mientras daba la vuelta para irse.
Justo cuando alcanzó el borde de las escaleras y comenzó a bajar escuchó a Thalia gritar.
No creas que no sabré si estás mintiendo, sé en cuantas bases has estado, tú rubia puritana. Seré capaz de distinguir la realidad de la ficción. Dijo Thalia
Oh ya cállate sermoneó Piper.
Annabeth se echó a reír y sacudió la cabeza; sabía que lo que Thalia realmente estaba haciendo era tratando de aligerar su humor. Thalia sabía cuán cabeza caliente podía ser Annabeth y si fuese hacia Percy previamente alterada sería difícil para ella tranquilizarse y ser razonable. Sólo que la razonabilidad no era uno de sus puntos fuertes, para su frustración.
Mientras caminaba hacia la sala de estar vio que Percy todavía estaba en el sofá. Sus brazos estaban extendidos a cada lado en el respaldo del asiento y su cabeza estaba recostada hacia atrás. Sus ojos estaban cerrados y puesto que su respiración era tan lenta y pareja, era difícil decir si estaba despierto.
Me gusta el aroma de tu champú dijo Percy repentinamente.
Sorprendida por sus inesperadas palabras Annabeth trató, sin éxito, de suprimir el chillido que surgió de ella. Percy no se había movido, ni había abierto sus ojos. Simplemente continuó ahí sentado todo tranquilo y sereno. Annabeth puso los ojos en blanco y rodeó el diván para sentarse. Percy lentamente levantó la cabeza y clavó la mirada en Annabeth con esos penetrantes ojos verdes, su pulso se aceleró y su respiración se volvió algo superficial. Tenía que alejar la mirada de él antes de que hiciera una tonta de sí misma por babear.
Seeh eso sería tan lindo Annabeth resopló para sí misma.
¿Estar cerca de mí te repugna Luna? le preguntó Percy.
Annabeth supo que debía parecer confusa, porque francamente lo estaba. ¿Cómo era posible que pudiera pensar que él le repugnaba? Si acaso era ella la que debía ser rechazada.
¿Por qué me preguntas eso? le preguntó.
No conozco otra razón para que mi compañera pudiera elegir sentarse lejos de mí en vez de hacerlo a mi lado le dijo Percy, sonando tan formal y anticuado.
Oh *lánzame un hueso Percy dijo Annabeth con obvia exasperación. ¿Se te ocurrió que tal vez sólo necesito un poco de espacio porque se me hace difícil pensar cuando me acerco a ti? Dijo Annabeth
Percy sonrió obviamente satisfecho con su comentario, luego se levantó lentamente, alzándose en toda su estatura de modo que Annabeth tuvo que inclinar la cabeza hacia atrás para mirarlo. Él caminó alrededor de la mesa de centro que separaba los dos sofás y se sentó cerca, corrección pensó Annabeth, se sentó muy cerca de ella.
Así que, ¿estás teniendo dificultades para pensar ahora mismo? le preguntó en voz baja. Con un suspiro tembloroso todo lo que Annabeth pudo hacer fue asentir.
¿Por qué viniste aquí abajo meu inimă? No creí que quisieras estar cerca de mí le dijo Percy.
Annabeth intentó deslizarse un poco para alejarse de él pero fue en vano porque él simplemente se deslizó con ella. Maldito werewolf terco.
Al principio no quería estar cerca de ti Annabeth notó que su cabeza bajó ante esas palabras y rápidamente explicó. No quería estar cerca de ti porque no quería escucharte decirme que no me preocupara o que todo iba a estar bien. Luego me di cuenta de que en realidad nada de eso importa, lo que importa es estar contigo, pasar tiempo contigo. Odio cuando estamos separados, lo siento si eso suena muy desesperado, pero es la verdad. Dijo Annabeth