Princesa Blanca

MUDANZA DEL ALFA

JOSEPHINE

La canción que suena por los auriculares es una de mis favoritas, la tarareo, la disfruto mucho, tengo los ojos cerrados los abro hasta que siento que el auto se detiene y efectivamente estoy en el lugar correcto, abro la puerta del auto para irme sin embargo soy halada por el conductor que me ve con seriedad, le sonrió, pero me quita los audífonos.

-despídete – su voz es un gruñido

-Adiós – hablo con chulería y el gruñe más fuerte – adiós Damián – le digo y escucho un ronroneo y sonrió porque Diago me ve con enfado, pero antes de que pueda reaccionar el me besa, me quedo de piedra, pero el exige que le responda el beso, lo hago y luego de un rato me libero y salgo corriendo del auto.

Siento mi rostro arder camino abanicando mi rostro con mi mano y es Lys quien me ve -¿Qué rayos te pasa? – niego con la cabeza porque no tengo la intención de dar explicaciones

Entramos a clases y me concentro en ellas para no ganarme las reprimendas de mi abuelo, las clases después de un rato son aburridas, me distraigo en lo que intenta que aprenda porque lo único que esta en mi cabeza es el beso que me dio Diago y también el que nos dimos hace unos días en el prado, estoy distraída que no me percato que se llevan mi comida por primera vez en mucho tiempo no me interesa solo bebo agua es entonces cuando mis amigas me ven y toda pregunta

-¿Qué te pasa? – las veo de una en una y luego suelto

-esta mal querer tener sexo con tu mate – ellas me ven atónitas y pregunta

-¿Cuándo encontraste a tu mate? – niego con la cabeza

-Yo no lo encontré el me encontró – abren los ojos y me ve con enfado – lleva viviendo en mi casa unas semanas

-Mierda, es Wolf – grita Lys, asiento con la cabeza

-con ese hombre seria pecado no querer tener sexo – dice Sasha y de mi garganta sale un gruñido – tranquila mujer que solo te estoy dando permiso para que te comas a ese lobo

-pero te aseguro que te va a doler y mucho – habla Zoé y yo me quedo boca abierta – imagínate lo grande que lo ha de tener – continua y mis amigas ríen a carcajadas – te dolerá

-mira será mejor que te prepares para eso – las veo con los ojos abiertos y Lys se pone como papel al escuchar las palabras de Sasha

-¿Cómo sabes eso? – preguntamos las tres a Zoé, ella se pone roja como un tomate y luego se hace la desentendida – nada, nada contesta – ella nos ve y luego dice

-eso lo se por los libros – todas reímos a carcajadas, ninguna le cree sin embargo lo dejamos pasar, termínanos de comer nos dirigimos al baño luego cada quien a su respectiva clase, las que me corresponde por la tarde son menos aburridas que el de la mañana, aun con eso a su favor me duermo en la ultima clase y soy despertada por un grito de la profesora que me ve con enfado, trato de responder la pregunta sin éxito, con paso lento y en estado de resignación salgo de la escuela y veo el auto de Diago estacionado en el parqueadero, me subo rápidamente, lo saludo al momento queme coloco el cinturón de seguridad y el hombre a mi lado me ve de manera extraña, no hago contacto visual en ningún momento solo veo la calle por la ventanilla y luego noto que no vamos a casa, pero debo admitir que no tengo ni fuerza ni ánimos para discutir, cierro los ojos y me dejo llevar hasta que siento que me mueve porque cree que estoy dormida.

-no te preocupes que estoy despierta – hablo, abro los ojos y noto que nos encontramos en una zona exclusiva es hasta ese momento que lo veo - ¿Qué hacemos aquí?

-Vengo por mis cosas – su respuesta no es algo que esperaba

-Vas a ir de viaje – asumo que como mi abuelo viaja por asuntos del colegio el hace lo mismo por sus negocios, por alguna extraña razón siento una punzada en el corazón no le prestó atención - ¿Por qué estoy yo aquí? – su sonrisa se hace grande

-simple – habla relajadamente – quiero que conozcas mi casa y que me ayudes a empacar – lo veo por uno segundos, no tengo claro que responder, cuando creo que se que debo de contestar ante sus palabras el se baja del auto, lo rodea y luego abre la puerta de mi lado, extiende su mano para que la tome, con cuidado bajo del auto, nos quedamos de pie el uno frente al otro sin movernos por unos instantes logro escuchar su corazón y una voz en mi cabeza que susurra un “te amo” la sorpresa es mucha que no me muevo trato de volver a escucharlo eso no sucede, me convenzo a mi que no lo imagine, doy un paso a mi lado derecho cierro la portezuela, Diago reacciona y me sigue señala la casa, es muy grande para una sola persona, abre la puerta me deja ingresar primero.

La sala es la que nos da la bienvenida son sillones de cuero negro, las paredes están pintadas de azul cielo y unos toques blancos los muebles son de color oscuro, tiene una mesa de centro de vidrio, una chimenea que divide este ambiente del otro atrás, es muy amplio el lugar, camino a uno de los sofás y coloco mi mochila – ¿vives solo? – cuestiono, no espero una sonrisa, pero llega

-Si, esta es mi casa – asiento con la cabeza

-Yo te espero aquí – le anuncio y me siento en el sofá mas grande de la sala veo que tiene un par de libros sobre una mesa que esta entre los sillones tomo uno de ellos y es un libro de economía, es un tema un tanto aburrido para mí, luego tiene uno que tengo la impresión de haberlo visto en algún momento, al momento que leo el titulo lo recuerdo lo estudiamos el año pasado, como parte de mitología, es un libro que habla de seres sobre naturales – ¿Qué tanto de este libro es falso y cierto? – me ve con una sonrisa en sus labios

-es un treinta/setenta - asiento con la cabeza – ven acompáñame – niego con la cabeza – bien entonces si necesitas algo estoy en la parte de arriba – comienzo a leer el libro solo para recordar lo que me han dicho, pero ahora con otra perspectiva con una que tiene claro que todo lo que esta dentro es cierto, en algún momento necesito ir al baño por lo que busco uno en la planta baja, suspiro porque no hay ninguno, ¿Cómo es posible que una casa tan grande no tenga un baño cercano?




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