A ti, que lees con cicatrices y sueñas con lunas. Que buscas refugio en las palabras y que cargas con recuerdos como espinas; bellos, afilados, imposibles de arrancar.
A ti, que sigues en pie, aunque el mundo haya querido quebrarte.
Que esta historia te encuentre. Que la oscuridad no te asuste. Que la sangre te recuerde quién eres.
Y que la luna… siempre te guie de regreso a ti.