Princesa de los lobos

Capítulo 01

Me duelen las piernas, las cadenas lastiman mis muñecas, mi estómago exige comida y mi garganta esta seca por falta de agua. Ya no aguanto más, quiero salir, no quiero estar aquí. Intento moverme pero se me es imposible. Estoy demasiado débil como para intenta huir.

— Veo que ya has despertado — lo miro y en sus ojos veo burla y superioridad ante mí.

Él me ha tenido prisionera durante mis dieciséis años de vida. Él es el hombre que arruinó mi vida, él es mi padre.

— Necesito alimentarme — le hablo apenas en un susurro.

Él me sonríe con hipocresía y se agacha del otro lado de las barreras, las cuales me impiden matarlo en este preciso momento.

— Estás muy mal, mi pequeña hija — me sonríe con burla — lástima que tu inútil madre no te ha podido venir a dar de comer.

Es verdad, mi madre hace cuatro días no viene a verme, ella se ha preocupado por mantenerme viva en este infierno.

¿Qué le hizo este desgraciado?- gruñe mi loba interior.

— ¿Qué le has hecho? — lo miro con mis ojos entrecerrados.

Él agranda más su sonrisa, maldito hijo de puta ¿¡Qué le ha hecho a mi madre!?

— Ella está bien — se pone nuevamente de pie — solo que está algo adolorida - sonríe con maldad — tal vez no se pueda levantar en un par de días.

Una lágrima cae por mi rostro, él al momento que la ve se pone serio.

—¡¡No llores!! — Me toma del pelo por entremedio de los barrotes — ¡Todo esto es culpa tuya!

Nunca he entendido porque a este hombre nunca le he agradado. Pero por lo poco que he podido escuchar de algunas personas o hasta de mi madre, es por el simple hecho de que soy una loba blanca al igual que mi madre.

— No me lastimes por favor — suplico.

— Eres muy débil — gruñe y me tira lejos de él.

Solo me puedo quejar, él abre la puerta de la jaula y entra a paso decidido.

Sin pensármelo dos veces me trasformo en mi loba y me abalanzo hacia él. Se impresionó de primera pero pudo esquivarme, cosa que molestó a mi loba.

Déjame sacarle la cabeza- suplica esta en mi interior.

— Eres una maldita — gruñe este, sale nuevamente de la jaula y cierra la puerta de esta con un enorme candado de plata. — Adiós, pequeña hija mía.

Me trasformo nuevamente en humana y caigo rendida del cansancio, lo último que alcanzo a ver es a mi "padre" salir del calabozo donde me tiene atrapada.

(....)

Alguien me acaricia la mejilla haciendo que abra mis ojos rápidamente. La persona delante de mí me sonríe con ternura, es una mujer, tiene un olor singular, es una humana, pero no una humana ordinaria, es una bruja

— Todo va a estar bien — me habla con cariño — yo te ayudaré a salir de aquí — mira para todas partes y después dice unas palabras en otro idioma.

¿Ella nos salvará?
No lo sé ¿Debemos confiar en Ella?
No nos queda otra opción.
Tienes razón.

— Todo estará bien pequeña — me toma en sus brazos y a paso lento camina hacia la gran puerta.

— ¿Tú quién eres? — pregunto apenas en un susurro.

— Yo soy la bruja de la manada de lobos blancos y usted es nuestra princesa — no entiendo lo que dice pero mis ojos empiezan a pesar, así que le restó importancia.

¡¡vampiros!! — es lo último que escucho antes de caer en un enorme sueño.

(....)

— ¿Segura que es ella? — la voz de una joven hace que me ponga en alerta pero sin moverme de mi sitio.

— Claro que es ella, tiene sangre de Alfa — la voz de la mujer del calabozo se escucha algo alejada.

¡¡Despierta!!
Ya estoy despierta.
¡¡Entonces levántate!!
Es fácil decirlo, no hacerlo.

Intento abrir mis ojos lentamente pero se me hace imposible, un pequeño gruñido se escapa de mis labios haciendo que unas pisadas se escuchen acercándose a donde estoy.

— Creo que se quiere levantar — habla la joven de hace rato.

— Déjale espacio — la reprende la mujer del calabozo.




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