Princesa de los lobos

Capítulo 06

Me despierto gracias a un olor a vainilla intenso. Algo adormilada me levanto de mi cama y me miro en el espejo. Miro mi rostro detalladamente, es como ver a mi madre en éste, pero claro que la mujer que se reflejaba en el espejo no es ella si no yo.

Me arreglo un poco el pelo y bajo las escaleras lentamente. El olor a vainilla se hace cada vez más fuerte y eso provoca siento nerviosismo dentro de mí.

¿Quién podrá ser? — pregunta Itzel.

Mi loba está muy nerviosa y eso hace que yo también lo éste. Me acercó a la puerta y tras tomar una gran bocanada de aire giró la manilla. Cuándo la puerta se abre puedo ver a una mujer de melena rubia y un pequeño niño de castaño cabello. Ellos se dan la vuelta para mirarme mejor y yo solo los observó. Al lado de la mujer está Sean, el lobo blanco.

—Es un gran orgullo al tenerla frente a mí, princesa Erin — quedo completamente helada, no sé qué decir ni que hacer

Me quedó en silencio, siento todas las miradas en mí, dios esto es muy incómodo!!

—No es necesario que te inclines para hablar conmigo — digo lo primero que se me viene a la cabeza en estos momentos.

Todos me miran con una ceja levantada.

—Princesa Erin, ella es mi mate y madre de mi hijo, Aldam — me señala a la chica.

—Un gusto.

—El gusto es mío.

—Y este es mi pequeño hijo, Ian.

—Hola pequeño — le sonrió.

—Es usted una chica muy linda — el niño al darse cuenta lo que ha dicho queda rojo como un tomate y agacha la cabeza.

—Ese ha sido el mejor cumplido que me han dado en toda mi vida — le acarició la cabeza y él me sonríe ampliamente.

—Síganme, los llevaré a su habitación — Axlin guía a la familia escaleras arriba.

—No lo haces para nada mal — mi "tío" me da otro cumplido más.

—Gracias, supongo — hago una mueca algo extraña.

Me siento con ellos en los sillones y mi estómago empieza a quejarse en petición de que le dé algo de comer.

—¿Dónde puedo buscar algo de comer? — los miró algo tímida.

—A hora que lo mencionas, yo también estoy muerta de hambre — me paro junto a Marta y juntas caminamos hacia una puerta que hay ahí.

La puerta lleva directamente a una cocina muy grande y bonita. Me siento en un banquillo y miro a Marta abrir una puerta ploma de una enorme caja.

—¿Qué es eso?

—Esto querida mía es un refrigerador — lo muestra con ambas manos — y sirve para tener todos los alimentos en excelentes condiciones.

—Aaah — hablo con asombró.

Marta se pone a preparar cosas a las que realmente no les estoy prestando mucha atención, mi mente en estos precisos momentos está en cualquier parte menos en esta cocina.

¿Cómo se opera una manada?
Si te soy totalmente sincera, no lo sé
¿Y a hora?
¿Esperamos a nuestro padre?
¿¿Esa sería una opción, pero y cuándo empiecen a llegar más lobos blancos?? Ya no van a entrar en esta casa
Buen punto..... ¡¡NO SE QUE HACER!!

—¿Erin? — Miro a Marta que me mira algo preocupada — ¿Estas bien? — pregunta cuando sabe que tiene toda mi concentración en ella.

—Sí... ¿Por qué?

—No me respondías lo que te estaba diciendo y no dejas de mover tus pies — me sonríe con algo de molestia.

—¿Te molesta el ruido?

—No sabes cuantas ganas tengo en estos precisos momentos sacarte tu píes — me sonríe forzada.

Una sonrisa maliciosa se forma en mi rostro y ella lo nota. Con mi otro píes empiezo a golpear el suelo causando un ruido, no tan molesto, pero para ella sí que lo debe ser.

—Basta por favor — lloriquea falsamente.

—¿Qué pasa? — mi "tío" entra a la cocina.

—Erin me está molestando — me acusa como cual niña pequeña — no deja de hacer ruidos con su pies y yo odio ese ruido

—Entiendo — mi "tío" me mira serio — a que no me ganas.

Dicho eso empezó a hacer ruidos con sus pies haciendo que Marta se agarre su pelo con frustración. Yo lo imitó y empiezo con ambos píes a hacer ruido.

—¡Basta! — los dos paramos de golpe y miramos a Marta con una sonrisa inocente

—Que sensible — canturrea mi "tío"

Los dos nos ponemos a reír mientras Marta nos fulmina con la mirada. Tomo uno de los bocadillos que esta estaba preparando y me lo meto a la boca. El hambre que me perseguía durante más de cuatro días de comer aún me persigue y eso que está mañana cuándo Axlin con Marta y los demás me rescataron comí mucho al igual que mi loba interior que no se llenaba nunca.

Los dos nos ponemos a devorar de los esquistos bocadillos mientras yo pienso en cómo mantener a una manada.

Caminó hacía el living nuevamente y ahí está el pequeño hijo de Sean, Ian.




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