Princesa de los lobos

Capítulo 18

Luis baja rápidamente de la camioneta y se transforma en un lobo blanco con negro, Luke hace lo mismo pero antes me da una escasa mirada.

— Esconde ese libro y no salgas por nada en el mundo — ordena. Se aleja de mí y se convierte en un lobo café oscuro.

Los cinco lobos se empiezan a gruñir unos con otros.

¿Enserio Luke cree que no sabemos defendernos?
Nos has tomado como unas inútiles muy pronto querido Luke.

— No dejes que nadie, pero nadie, te tome querido libro — le doy un rápido beso en la coronilla o por lo menos creo yo que es la coronilla y lo escondo debajo del asiento.

Bajo rápidamente de la camioneta y camino a pasos decididos hacía donde están ellos. Estos cuando ven que voy en su dirección se transforman rápidamente en humanos, al igual que los otros tres chicos.

— ¿Qué es lo que se supone que haces? ¿No te he dicho que te quedes dentro? — Luke me mira entre molesto y desesperado.

— Jamás me vuelvas a tomar como una niña pequeña que no puede hacer nada más que solo mirar ¿Entendido? — le doy una mirada llena de molestia, sé que él me quiere cuidar, pero no me gusta que me trate de este modo. Enfocó mi mirada en los otros tres jóvenes — ¿Quiénes son ustedes?

— Nosotros querida "Alfa de la manda Luna Blanca", — tras decir aquello, sonríe con burla — somos los guerreros de su padre, el alfa de la manada colmillo de acero — mi sangre hierve, las ganas de convertirme en loba y matar a estos hijos de puta se hacen presentes.

¿Asique aquel hombre me busca? Muy mala decisión querido, por aquello perderás a tres de tus hombres.

— ¡Tenemos ordenes de llevarla! — grita el mismo chico — y si pone resistencia tendremos que atacarla, ¿Entonces? ¿Lo hacemos por las buenas o por las malas? — me sonríe con hipocresía.

Me transformo rápidamente en loba y los chicos a mi lado hacen lo mismo.

— Veo que será por las malas entonces — sonríe el mismo chico.

Se vuelven a transformar en lobo los tres y nos empiezan a gruñir.

— Que lástima, se tendrán que ir con las manos vacías — les hablo telepáticamente.

— Yo no estoy muy seguro de eso, querida alteza — su tono de voz es de clara burla. Maldito.

Nosotros nos abalanzamos hacia ellos y ellos hacia nosotros. Agarro del cuello al chico que habla todo el rato y lo arrastro un poco, para luego tirarlo lejos, él se recupera enseguida y se me tira enzima, los dos caemos pero el queda arriba mío he intenta atacarme, sus intentos son en vano, pues me lo saco de arriba y ahora soy yo la que está encima de él, lo muerdo fuertemente del cuello haciendo que chillido de dolor se escape de sus labios, la sangre no tarda en salir de su cuello. Este se remueve intentando zafarse de mi agarre, lo cual es imposible. Lo suelto solo cuando me doy cuenta que este ya no vive.

Me giro en dirección hacia las dos chicas. Luke y Luis aún siguen luchando ¿No sé supone que ellos tienen más experiencia que yo? Un asqueroso olor me llega a mis fosas nasales. Aquel asqueroso aroma viene desde la camioneta, arrugo mi frente y me encaminó hasta ella. Un hombre, bueno un anciano mejor dicho, busca desesperadamente algo dentro del vehículo. Al notar que aún no se ha dado cuenta de mi presencia, me transformo en humana para así, de ese modo, pueda hablar.

— ¿Quiénes es usted? ¿Y qué es lo que está buscando? — al oírme se sobresalta haciendo que se golpee con la puerta a su lado.

Los chicos se hacen presentes a mis lados. Estos miran al anciano con desprecio.

— Es una simple rata de alcantarillas, no te preocupes, esto no te dolerá — Luis sonríe cínicamente y da dos pasos hacia al frente.

El anciano, el cual ya se encuentra completamente fuera del vehículo, queda blanco como el papel de una croquera. Antes de que mi compañero se convierta en lobo, pongo mi mano frenándolo.

— Te he preguntado ¿Qué es lo que estás haciendo aquí y que es lo que buscas? ¿Me respondieras por las buenas o por las malas? — dicho eso, me convierto en loba y comienzo a mostrarle mis dientes.

El pobre hombre abre sus ojos con miedo. El poco color que aún le quedaba en el rostro, ha desaparecido.

— ¡Si digo algo me matarán! — grita aterrado mientras mueve sus manos de un lado a otro. Esta nervioso.

— Y si no lo haces también — la voz de Luis sale tranquila, como si no fuera nada del otro mundo lo que estamos haciendo.

Tras segundos de silencios, en los cuales los ojos del hombre reflejan miedo, me aburro y me tiró arriba de él, le tomo el cuello con mis patas y acerco mi rostro al de él.

— A mi no me jodas viejo verde, si no me dices que es lo que haces aquí y quien fue la persona que te mandó te voy a sacar la cabeza lenta y dolorosamente está más que claro que él si me ha podido entender, pues ha abierto aún más sus ojos.

— Y-yo... — suelta un gemido — me envió el alfa de la manada sur este.

¿El alfa de la manada sur este?




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