Princesa de los lobos

Capítulo 21

Axlin comienza a hablar en un idioma que no logro comprender. A medida que las palabras comienzan a salir de sus labios mueve sus manos por arriba del cuerpo de la anciana, sus ojos los mantiene cerrados y tras unos segundos, toma una pluma en sus manos para pasar a comenzar a escribir en una hoja en blanco que se encuentra a su lado. Jamás, en ningún momento, abrió sus ojos.

Al cabo de media hora después, la castaña al fin abre sus ojos. Cómo acto de reflejo se aleja rápidamente de la dormida mujer. Camina apresurada hacia la puerta del comedor y mira de lado a lado.

— ¡Sean! — grita fuertemente.

Arrugo mi frente confundida. No pasa mucho tiempo cuando Sean aparece al frente de Axlin.

— ¿Qué pasa?

— Necesito que lleves a la anciana a su habitación. — la señala.

— Está bien.

Sean entra al comedor y al notar mi presencia me da una mini sonrisa, yo hago lo mismo. Una vez que al fin volvimos a estar solas con la castaña, Axlin vuelve a tomar asiento donde se encontraba segundos atrás. Toma el papel en sus manos, lee lo que ha escrito y luego de un par de segundos, me hace un movimiento de manos para que me acerque un poco más a ella.

— Gael nos decía la verdad, la anciana está muerta. — quedo helada en mi puesto — la anciana murió al intentar salvar a ambos pequeños. La bruja los iba a matar cuando notó su presencia, pero justo en ese momento apareció Dana junto a Luke. Gracias a la poción, la bruja que está controlando a la anciana, también cayó dormida, lo cual me permitió ver algunos recuerdos. — mi mirada está fija en ella, pero la suya está fija en la hoja que aún sostiene en sus manos —. Aún podemos matar a la bruja. Tal como hicimos para dormirla, podemos hacerlo para matarla. Tenemos que darle algo de comer o de beber, obviamente con magia, en fin, tenemos que hacer lo mismo. — su mirada se encuentra con la mía. En sus ojos se puede ver un rayo de esperanza.

— Está bien, lo dejaré en tus manos entonces. Aunque no quiero que hagas nada ahora, es una orden, quiero que vayas a descansar un poco. — la castaña asiente con la cabeza mientras que se pasa una de sus manos por su cabello.

Cuando ya me encuentro sola en el comedor, dejo que un suspiro se escape de mis labios. ¿La bruja ya les abra dicho a los lobos dónde es que vivo? Si es así ¿Cuándo vendrán a matarnos? Y sobre todo ¿Quiénes son esos lobos que me quieren muerta?

(...)

— ¿Saben bien? — miro fijamente a mi libro, que por cierto ya se encuentra mucho más calmado que antes.

Una vez que termino de darle de comer, me levanto del suelo de la habitación y me recuesto en la cama con el libro a mi lado.

— No sabes la alegría que me da al saber que al fin se dónde vives — una ronca voz masculina se escucha en mi cabeza — debes tener cuidado, hay muchas manadas diferentes que quieren atacarte, cabe decir que mi manada también era una de ellas, pero ya no más — me levanto de golpe y comienzo a mirar en todas las direcciones.

Un exquisito olor inunda mis fosas nasales. Giro mi cabeza en dirección a la venta que se encuentra detrás de mí. En los árboles puedo ver claramente la silueta alta de un hombre.

— Eres aún más hermosa de lo que mi inepto hermano me menciono. — su voz suena claramente emocionada.

— ¿Tú quién eres? — sé que en su mente, mi voz a salido en apenas en un susurro.

— Créeme, pronto ya lo sabrás. — sigo con mi mirada fija en aquella silueta, pero ahora puedo ver claramente sus ojos; azules zafiros.

Aquella silueta desaparece por arte de magia. En un abrir y cerrar de ojos, ya no se encuentra más ahí.

Me vuelvo a acomodar mejor en el la cama. Me tumbo en ella y mis ojos rápidamente comienzan a pesar. Me dejó caer en el profundo sueño pensando en aquellos ojos azules zafiros.




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