Princesa de los lobos

Capítulo 22

— La comida esta exquisita ¿No lo crees Erin? — la voz de Marta hace que salga de mis pensamientos.

— Así es — me aclaro la garganta mientras intento sonreír — eres increíble en la cocina Aldam.

No pude dormir mucho al final, aquellos ojos azules zafiros estuvieron en mi mente durante mucho tiempo. Luego llegó Axlin anunciando que era hora de cenar. Asique aquí estoy, muerta del sueño, comiendo una muy rica sopa carne preparada por la dulce Aldam.

— ¿Alguien ha visto a mi abuela? — Dana aparece por la puerta — no la he podido encontrar en ninguna parte. — me atragantó con mi comida.

— ¿Ya fuiste a verla a su habitación? — Axlin pregunta fingiendo indiferencia. Claramente ella es mejor que yo es esto de las mentiras.

— Su habitación está con llave — Aldam le deja un plato de comida delante de ella — se me es imposible lograr abrir la puerta. — deja que un suspiro se escape de sus labios y comienza a jugar con la cuchara.

— Cuando yo lo vi, se veía muy mal. — levanto la cabeza y mis ojos conectan con los de ella — Le dijimos a Sean que la suba a su habitación. — el nombrado asiente con su cabeza.

Dana bufa y todos nos quedamos callados.

— Ya verás que cuando se sienta un poco mejor, va a salir sola de la habitación — le doy una sonrisa de medio lado.

— Eso espero. — susurra —. No me gustaría que nada le pasase.

Desvío mi mirada de Dana y la enfocó en la persona que ha comenzado a sollozar. Lis tiene la cabeza gacha mientras juega con sus manos.

— Tranquila pequeña — Aldam se gira en su dirección y le hace pequeñas caricias en su espalda — ¿Qué es lo que te ocurre? ¿Por qué lloras?

— Lis — la llamo — ¿Me puedes acompañar? — intento que mi voz sea suave, no quiero que la pequeña crea que me he molestado por algo. Está asiente con la cabeza lentamente y se levanta de su asiento, yo hago lo mismo.

Ambas subimos las escaleras en completo silencio, lo único que se oía eran los pequeños sollozos de mi compañera. Me encaminó hasta mi habitación y la niña solo me sigue de cerca. Le abro la puerta para que esta entre y eso es lo que hace.

— Siéntate pequeña. — le señalo la cama con una sonrisa, está obedece sin decir palabra alguna —. Ya sé todo lo que ha pasado todo con la anciana, el porqué de su muerte y también sé que todo lo que Gael me ha dicho es verdad — los ojos de la niña se abren con violencia mientras que sigue dejando que lágrimas bajen por sus mejillas — ¿Tu sabes que es peligroso que aquella mujer siga aquí? ¿Verdad? — Lis asiente con la cabeza mientras juega con sus manos — que bien que ya sepas aquello. No quiero que sufras aún más cuando... bueno ya sabes.

— Ya... — se queda en silencio unos segundos — ya se a qué es lo que se refiere luna. — Toma una gran bocanada de aire y se limpia sus ojos, al igual que sus mejillas — solo quiero pedirle una cosa.

— La que sea.

— Quiero que la bruja que está en el interior de la abuela de Gael sufra mucho. Quiero que llore de dolor, tal y como lo hizo la anciana cuando está la mató.

— Te prometo que así será — susurro. Admito que esta niña es alguien bastante vengativa ¿Quién se lo podría imaginar? Claramente yo no.

(...)

— ¿Le darás eso? — pregunto mientras miro fijamente las manos de Axlin, en ellas tiene un pequeño envase con un contenido verde.

— Así es — susurra — solo tenemos que ponerle en la comida al igual que en el té. — Levanto una de mis cejas sin comprender — Solo es por si no llega a comer una de las cosas, ya sabes, por si eligieron el té antes del pie.

— Comprendo.

Axlin toma la bandeja con comida en sus manos y comenzamos a subir las escaleras rumbo a la habitación de la anciana. Esta es la mejor hora para hacer nuestro cometido, pues los demás han salido todos. Busco la llave que tengo en mi bolsillo de la habitación y la abro lentamente. El cuarto está completamente a oscuras, torpemente logro prender la luz.

— ¿Anciana? — la llamo mientras la busco con la mirada.

— ¿¡Qué hacen aquí!? — grita una voz lejana.

— Tranquila — Axlin camina unos cuantos pasos hacia al frente — solo hemos venido a dejarle algo de comer, Dana ha tenido que salir o si no estoy segura que ella se la habéis traído. — la castaña deja la bandeja con comida en una mesa que se encuentra cerca de la puerta —. Ella está muy preocupada por usted, es por eso mismo que nos ha pedido que la cuidemos bien durante su escasa ausencia.

— ¿Se encuentra usted bien? — hablo ahora yo.

— No sabía que te importara. — responde con clara burla en su tono de voz.

— Claro que me importa, todos los miembros de mi manada me importan — mi voz sale calmada y con educación.

— Bueno, le dejaremos aquí su comida por sí le llega a dar hambre. — Axlin le dedica una sonrisa — espero que se mejore, y si necesita cualquier cosa me llama, yo vendré enseguida a ayudarla en lo que pueda.




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