Princesa de los lobos

Capítulo 34

Hace un rato he reunido a todos los miembros de mi manda para anunciar que Luke es el nuevo beta, al principio no se habían tomado bien la noticia, pero cuando esté les dijo que su mate era Dana, todos parecieron aceptar la idea. Dana por otro lado quedó completamente impactada, pues ella claramente no se esperaba una noticia como está, mucho menos delante de toda la manada, fue tanta la sorpresa que salió corriendo presa del pánico, claramente Luke fue tras ella.

Ahora nos encontramos en el supermercado con Axlin, Marta, el pequeño Ian, Gael, Adam, Javiera -una de las chicas chefs- y por último Fred y Sean también nos acompañan haciendo el papel de guardias.

— ¿No creen que son muchas cosas? — pregunta Fred mientras hace una ligera mueca al ver los cuatro carritos que arrastran por los pasillos las chicas.

— Tenemos que alimentar a más o menos unas cien personas, las cuales comen el doble de lo que deberían ¿Y tú preguntas si esto es demasiado? — Marta le da una ligera mirada llena de frustración.

— Bueno, perdón — susurra este mientras levanta ambas de sus manos en señal de rendición.

— ¿Con qué dinero pagaremos todas estas cosas? — pregunto mientras las miro.

— Antes de la muerte de tu abuelo, dejó grandes empresas funcionando y esas son las provenientes de todo el dinero que usamos para la comida y cosas por el estilo — responde Marta ante mi pregunta mientras pasa las cosas por la caja de pago — empresas que tarde o temprano tendrás que manejar — me da una mirada de reojo mientras sonríe de lado.

— ¿No crees que hubiera sido una buena idea haberme dicho todo esto antes? — bufo mientras me cruzo de brazos a un lado de ella.

— Yo también te quiero — me lanza un beso causando que niego con la cabeza mientras sonrío de medio lado

Una vez ya todo pagado, nos encaminamos rápidamente a la furgoneta, tras poner todo en ella nos montamos en esta y nos vamos rumbo a la manada, donde me imagino nos esperan con ansias.

La carretera está completamente cacha, lo cual me causa un poco de nervios provocando que mis vellos se erice con violencia. Siento como Itzel comienza a ponerse nerviosa dentro de mí.

— Detén el vehículo — gruño, logrando que Fred pegue un brinco en su puesto.

Todos me dan miradas confundidas, pero aun así el chico me obedece y se aparca a un lado de la carretera.

— ¿Qué pasa princesa? — pregunta de manera alarmada Javiera.

— Algo anda muy mal aquí — susurro mientras les hago un movimiento de mano para que guarden silencio y comienzo a olfatear el aire, a la misma vez que me bajo del vehículo — solo bajen los que son buenos luchando — ordenó, los niños se quedan ocultos en ella.

Javiera y Fred ocultan mejor a los niños, de reojo veo como estos le pasan cosas para que se defiendan, claramente Gael, el cual es el mayor, entiende que es lo que está pasando.

— Son vampiros — habla Sean por mi mente.

— Ya sabía yo que algo malo estaba ocurriendo aquí — gruño en modo de alerta.

Un asqueroso olor llena mis fosas nasales, causando que la arrugue. El olor es a podrido, pero demasiado fuerte.

— ¿No te gusta el olor lobita? — habla un joven con burla, el problema es que puedo oírlo pero no verlo, aparte el mal olor causa un poco de inquietud en mi ser.

— Odio el olor a muerto — gruño en respuesta.

De la nada tres jóvenes con la piel blanca como la nieve aparecen justo delante de nosotros, lucen molestos.

— ¿Sabías que es hiere nuestros sentimientos? — habla el chico del lado derecho. Tiene los ojos mieles, su cabello es negro y es alto, demasiado.

— ¿Sabías que eso a mí me da igual? — contra atacó mientras me cruzo de brazos y achino mis ojos en su dirección.

El joven que se encuentra al medio me sonríe de oreja a oreja, este tiene el pelo castaño, sus ojos son de un color gris intenso, se ve claramente que está en forma y al igual que su compañero, es alto.

— Ya sabía yo que tenía carácter — habla el chico del lado izquierdo. Rápidamente reconozco su voz, él fue el que hablo primero — me debes dinero Gabriel — sonríe mientras mira al chico del lado derecho, el cual se encuentra haciendo un puchero.

— Esto es injusto— el chico de nombre Gabriel gruñe mientras se cruza de brazos.

— Tienes que cumplir tu promesa ¿Ni es así? — los ojos del chico del lado izquierdo rápidamente conectan con los grises del de al medio.

— ¿Porque mejor no dejan de hablar estupideces y se concentran en la misión? — responde claramente molesto por todo esto.

Ambos chicos ponen los ojos en blanco y miran para diferentes lados.

— Aburrido... — canturrean ambos a la misma vez.

El chico de al medio bufa agotado y mira al cielo buscando una solución a sus problemas.

— ¿¡Por qué me castigas a si gran señor de los vampiros!? — grita levantando ambas manos hacía el cielo.

Bien... Esto me está causando clara incomodidad, ellos realmente son raros ¿Y se supone que hay que tenerlos más respeto por ser vampiros? Claro, como no.




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