Princesa de los lobos

Capítulo 50

Me separo de mi padre cuando los gritos de los recién salidos del escondite, me llegan fuertemente a mis oídos.

— ¡Princesa Erin — el grito de Gael hace que una sonrisa se extienda en mi rostro, junto a él viene la pequeña Lis.

—Niños — me terminó de alejar de mi padre y rápidamente me acerco a ellos dos — ¿Se encuentran bien?

Ambos niños asienten con sus pequeñas cabecitas.

—No ha parado de llorar — Gael me muestra al pequeño cachorro, el cual poco a poco abre sus pequeños ojos.

—Muchas gracias por cuidarlos — a los dos les regalo una sonrisa llena de cariño.

—Ya ha comido el libro princesa — anuncia la niña sonriendo mientras lo acaricia.

—Gracias Lis, eres la mejor — le acarició el cabello.

Tomo el libro en mis manos y lo mismo hago con el cachorro. Me doy la vuelta y me encuentro con la mirada de mi padre, el cual sonríe con amor.

— ¿Quieres que te ayude con el libro? — Pregunta mientras estira su mano, el mencionado se aferra con fuerza a mi muñeca — bien — ríe — creo que llevo al lobo.

Le doy una mini sonrisa de agradecimiento. Lentamente mi mirada se va a un chico que creo, es miembro de la manada de mi mate, él tiene su mirada fija en mi libro, se gira en mi dirección con su ceño fruncido.

Mi mirada fría le deja en claro que aparte su mirada de él. Su alfa, mi mate, le da una mirada llena de odio, lo cual le deja en claro que aparte ahora su mirada de dónde no debe tenerla.

— ¿Todo bien? — Luke se acerca a mí.

—No le quiten la mirada a aquel chico — ordenó de forma discreta mientras lo señaló, este rápidamente lo mira — estaba mirando el libro. Recuerda que ellos ya intentaron una vez robarnos el libro, dudo que todos los integrantes se hayan rendido en conseguirlo.

—Los tendremos a todos vigilados, no te preocupes — gruñe en un susurro este.

Mi mate está hablando con el joven de forma muy molesta, lo regaña. Si la distancia no fuera tan grande, podría fácilmente oír lo que le está diciendo.

De reojo veo como todos comienzan a caminar en dirección a la cabaña, dejo de mirarlos y me encaminó con ellos. Creo que lo mejor ahora es comer algo o beber, también supongo que mi padre querrá hablar de algunas cosas, yo lo quiero hacer. También tendré que enfrentarme a mi mate.

—Han hecho un excelente trabajo en la reconstrucción del lugar — mi padre le da un pequeño golpe en la espalda a Luke.

—Me alegra saber que le ha gustado como ha quedado todo aquí alpha — responde este mientras sonríe ampliamente —, todos los chicos se han esforzado en hacer muy buenas viviendas para todos.

—No tengo duda de aquello — sonríe — son los mejores en construir casas, siempre lo han sido — asegura — por cierto, ya no es necesario que me llames más alpha — Luke lo mira sin comprender nada.

— ¿A qué se refiere con eso? — los tres detenemos nuestro andar, el pánico está refregando en los ojos del lindo chico.

—Luke, tú ya no eres parte de mi manada — mi padre comienza a caminar, yo también y por último lo hace el pelinegro —, ahora eres el beta de la manada de mi hija, a la única que le debes decir alpha es a ella — sonríe y se da la vuelta para ver al joven — ¡Vamos, no me mires así! — de burla por el rostro de Luke, el cual es todo un poema — relájate.

Sin perder más tiempo, seguimos caminando hasta que entramos a la cabaña. Los dirijo a la sala de estar, que queda más allá de la cocina y de la biblioteca. Dana, la cual se ha unido en el camino a nosotros, es la última en entrar y es ella la encargada de cerrar las puertas de vidrio, causando de esa forma que el grito de los niños no se escuche tan fuerte.

Unos segundos después, la sala de estar se llena de las personas con las que tenemos que hablar, entre ellos está mi mate sin nombre, el cual toma asiento a mi lado.

— ¿Se te ha perdido algo? — pregunto sin mirarlo.

—Si — siento como se acomoda en el asiento — a mi hermano mate ¿La has visto por alguna parte? — con solo oír el tono de su voz, se sabe lo feliz que se encuentra.

—No — lo miro —, aunque creo haber oído que se encuentra en China ¿Por qué no la vas a buscar ahí y regresas hasta haberla hallado? — el deja que un risa ronca se escape de sus labios.

Desvío mi mirada cuando algo dentro de mi interior de revolvió con violencia al oír su risa. Me gusta. Definitivamente me gusta la risa del chico a mi lado.

—Se me ha olvidado presentarme — se levanta de su asiento y toma mi mano —. Mi nombre es Rhys, su mate, un gusto princesa Erin — dicho eso, besa mi mano con delicadeza.

Un, dos, tres, me derrito.




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