Princesa de los lobos

Capítulo 52

Tengo que admitir que me gusta, y me siento más cómoda, comiendo con los miembros de mi manada. Estar rodeada de personas que no conozco, o por lo menos no a la mayoría de ellos.

Silenciosamente me levanto de mi silla y rápidamente camino fuera del comedor. No sé si alguien abra notado mi momento de escapatoria, pero realmente no me importa mucho ello ahora. Cuando ya me encuentro en el pasillo, camino rápidamente hasta el comedor donde se encuentran los miembros de mi manada. Ahí me siento mucho más cómoda.

—Es muy feo, y de muy mala educación, salirse en plena comida sin decirle a nadie — la tranquila voz de Rhys detrás de mí, causa que pegue un pequeño brinco en mi puesto.

—Acabas de hacer lo mismo — me doy la vuelta para poder verlo —, asique no tienes derecho a juzgarme.

Sigo mi camino sin importarme lo que me dirá Rhys.

— ¿Y dónde irás?

—Eso no es algo que deba importarte.

— ¿Eres bipolar? — sonrió de medio lado aun dándole la espalda.

— ¿A qué va esa pregunta? — me detengo y lo miro con una ceja levantada.

—Ya sabes — camina rápidamente hasta llegar a mi lado — un segundo me tratas bien y al siguiente eres borde — habla con total simpleza.

—Pues... — sigo mi camino con él a mi lado — no, no soy bipolar — al fin llegó al comedor donde se encuentra mi manada.

— ¿Qué hacemos aquí? — pregunta en un susurro antes de que entremos completamente.

—Yo he venido para pasar tiempo con los de mi manada, tú has venido solo por intruso — me encojo de hombros —, ya te puedes ir, los de tu manada al notar que no estás, te buscarán.

—Lo dudo — susurra mientras se pasa una de sus manos por su cabello —. Entremos ya.

Tras decir aquello, él es el primero en entrar al enorme comedor. Mis nervios se hacen presentes al recordar algo. Si a los miembros de mi manada no les agrada no lo van a aceptar. Después de unos cuantos segundos, termino entrando yo también.

Cuando ellos notan mi presencia en el comedor, me dedican calidad sonrisas y se las devuelvo.

—He venido a felicitarlos por lo que ha pasado hace menos de una hora — junto ambas de mis palmas —, lo han hecho increíble haya afuera. Pero no solo los soldados lo han hecho excelente, las mujeres y hombres que cuidaron a los pequeños también lo hicieron bastante bien, después de todo, se aseguraron de que los niños no sufrieran ningún daño — todos me dan cálidas sonrisas — espero que sigan disfrutando de su comida. Se lo merecen.

Me doy la vuelta y me preparo para irme.

—Princesa — la voz de un guerrero hace que me detenga y me giro para poder verlo — a todos nos gustaría que se quedará para celebrar este gran triunfo que hemos obtenido el día de hoy ¿Acepta?

Me quedo quieta observándolos por unos cuantos segundos, todos me devuelven la mirada de forma ansiosa, ellos quieren las respuestas.

—Claro — sonrió — ¿Por qué no? — todos dejan que un suspiro se escape de sus labios y luego me regalan una sonrisa.

Me siento al lado de Javiera, justo en la punta de la mesa, como siempre, y a mi lado se sienta Rhys, al cual nadie ha dejado de observar. Noto como este se siente cohibido ante todo.

—Pareces una Lapa — susurro y este se acomoda nervioso en la silla.

—Solo quiero estar contigo mujer — susurra mientras sonríe.

Uno que otro anciano se acercó a mí para conversar de algunas cosas, y gustosa seguí la conversación con clara emoción en mi rostro y voz. Creo que me entretengo más hablando con las personas de mayor edad, que los que tienen una edad a la mía. Hay que admitir que los ancianos son una ternurita de personas.

—Princesa — los ojos de Luke irradian preocupación, me está observando fijamente desde el marco de la puerta que conecta el comedor con el pasillo — creí que le había pasado algo.

—No pasa nada Luke — le dedicó una sonrisa para que se calme mientras da lentos pasos en mi dirección —, solo quería pasar tiempo con ellos, me siento más cómoda aquí entre los miembros de mi manada, a estar con personas que no conozco.

—Comprendo — susurra mientras sonríe y salida a una que otra persona — aun así no debió haberse escabullido de la forma en la que lo ha hecho. Su padre ya se encontraba bastante angustiado por no saber nada de usted — no me gusta cuando Luke me habla de esta forma, formal, él lo sabe, pero tengo en cuenta que solo lo hace cuando hay más personas presentes.

—Vamos, tranquilo querido — una tierna anciana le dedica una cálida sonrisa a mi alterado beta — la princesa está bien, todos estamos bien, ahora guarda silencio unos segundos para que podamos seguir hablando — retengo las ganas de reír por el comentario.

Luke nota mis esfuerzos, los cuales no están funcionando de mucho, pues bajo la mirada y una sonrisa aparece en mis labios, de reojo lo observó y noto que sonríe de medio lado mientras niega con la cabeza.

—Está bien, no las molesto más — deja que un suspiro se escape de sus labios — en un rato más, vender a buscarla — aún tiene aquella sonrisa en su rostro.




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