Princesa de los lobos

Capítulo 56

— ¡Erin! — La voz de Marta causa que un gruñido se escape de mis labios — ¡Levántate de una maldita vez!

Me remuevo incómoda en mi cama.

— ¿Por qué no puedo dormir tranquila? — finjo que lloro.

La puerta se abre de golpe y por el olor, sé que es Marta.

—Fácil, eres la alpha de esta manada y tienes muchas cosas que hacer — responde —, se supone también que debes estar levantada antes de que los demás lo hagan.

—Pero Luke es el beta... — susurro.

— ¡Deja de buscar excusa para no levantarte! — gruñe — ¡Y no porque Luke sea beta significa que puedes dormir más!

 

Tras decir aquello, se acerca aún más a la cama y me empieza a quitar las brazadas, al igual que me sacude de un lado a otro para que me levantara de una vez.

 

—Está bien, está bien — susurro — ya voy.

Cuento hasta cinco y me levanto de un salto para luego pasar a caminar hasta el baño. Oigo como Marta ríe, antes de cerrar la puerta me giro y le muestro mi lengua en modo infantil.

 

(8:45 a.m)

 

— ¡Tengo sueño! — me quejo y cierro mis ojos.

— ¡Lo sabemos! — gritan todos a coro de forma cabreada.

Desde que me he levantado, me he estado quejando del sueño que tengo, y tal vez, solo tal vez, ya todos están aburridos de escuchar mis quejas.

—Nadie me entiende... no sienten mi sufrimiento — susurro — ¡Son unos crueles insensibles! — los señaló a todos con mis dedos.

—Erin, ya cállate — Marta me lanza un trozo de pan y Dana me da una mirada llena de cansancio.

—Cuando ya no esté aquí, me extrañarán — nuevamente los señaló con mi dedo — ya lo verán, recuerden mis palabras.

Ellos solo me ignoran. Me levanto de mi asiento y salgo de la cocina meneando mis caderas, tal como una diva de televisión. Oigo como ríen por ello. Atka me sigue de cerca.

¿¡Vamos a salir!? — Atka da saltos alrededor de él mismo mientras ladra una y otra vez.

—Me gusta la idea — sonrió mientras camino hasta la puerta principal.

Una vez ya fuera, me convierto en loba y salgo corriendo con el pequeño cachorro detrás de mí. Una ternura inunda mi cuerpo al verlo de reojo. Es tan lindo, tan tierno, tan pequeño y esponjoso. Cualquiera que lo ve, siente el deseo de apretarlo contra sí.

— ¿Va a salir muy lejos princesa? — pregunta uno de mis guardias mientras me observa de forma fija.

 

—Eso haré, no regresaré muy tarde.

 

—Está bien. Vaya con cuidado majestad — responde mientras baja la cabeza.

Sigo mi camino con Atka a mi lado, ambos corremos y no paramos hasta que llegamos a la hermosa laguna. Me convierto en humana y me siento en la orilla, el pequeño se sienta a mi lado mientras me pide que lo acaricie.

—Me encanta este lugar — admiro en un susurro.

Es todo tan silencioso, es perfecto para pesar, pasar las horas — mi compañero cierra sus ojos y deja que un aullido salga de su garganta.

Siento como mis ojos brillan de emoción, él enserio es perfecto. Si tuviera alguna forma de sacarle una fotografía lo haría sin pensarlo dos veces, lástima que no tengo nada en mi poder.

Inhaló con fuerza el aire que me rodea, oigo el canto de los pájaros de forma increíble, es como si estuvieran al lado de mi oído haciéndolo, unas ardillas juegan a saltar de un árbol a otro y el calor del sol es perfecto, tanto que se me olvida que hay nieve a mi alrededor. Siento como mi mirada se nubla y mis mejillas están húmedas.

¿Qué es lo que ocurre? — el pequeño gime preocupado a mi lado — ¿Por qué llora?

¿Por qué lloro? ¿Qué clase de pregunta es esa, yo no estoy llorando...? Me pasó mis manos por mis mejillas y en efecto, están húmedas, pero ¿Por qué? Llevo mis manos a mis ojos y noto que de ahí provienen las lágrimas que tienen tan húmedas mis mejillas. Aún no sé porque me encuentro llorando.




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