Princesa de los lobos

Capítulo 75

Guardo la carta en mi bolsillo, me humedezco mis labios y lo miro una vez más. La carta me ha dejado un poco sensible.

—Bien, entontes ¿vas a aceptar nuestra ayuda? — no entiendo muy bien porque le da tantas vueltas al asunto, es solo decir sí o no, nada más.

—Nunca se me paso por la cabeza no hacerlo — susurra — los estaremos esperando mañana a primera hora en medio del bosque, ahí mismo donde nos encontramos con tus compañeros.

Dejo que mi mirada viaje por la ventana, Axlin está terminando de hacer su magia. Ella solo quiere saber si es que el hombre es de confianza o no.

—Bien — respondo tras unos segundos en silencio — nos veremos ahí entonces.

— ¿Usted también ira? — pregunta sorprendido ante el hecho de que también me encontrare ahí.

—Claro que iré, es mi madre la que está en peligro, este es su rescate, quiero estar ahí cuando sea libre.

— ¿Pero... y si el alpha se entera e intenta hacer algo en su contra? — El temor se refleja en su mirada — usted corre peligro en aquel lugar.

—Yo corro peligro en todas las partes a las que voy — sonrió de medio lado — iré a aquella manda sí o sí.

Me levanto de mi asiento, le doy una última mirada y me marcho dejándolo ahí confundido. Axlin se acerca rápidamente a mí, al igual que los demás. Todos caminamos hasta llegar al vehículo.

—Estaba limpio — susurra.

Arrugo mi frente y aplano mis labios. Estaba segura de que aquel hombre estaba tramando algo, dentro de mí sentía eso, pero al parecer me he equivocado. Aun así, no tengo del todo claro el porqué de mi enojo al saber que es una buena persona, o por lo menos, tiene buenas intenciones.

—Vámonos, no quiero estar más aquí — demando con voz firme.

Ellos, sin decir nada, acatan mi orden. Todos juntos nos subimos a los vehículos, quiero estar en casa ahora, siento que han sido demasiadas emociones en pocos segundos. La carta de mi madre aún está bien oculta, no sé si sea buena idea mostrársela a alguien, siento que es muy personal, algo entre las dos. Pero con el tiempo he aprendido a no guardarme nada. Una alpha no debe tener secretos con las personas que se supone, debes confiar.

—Dime Erin... ¿Qué es lo que ha dicho, ha aceptado?

—Mañana debemos estar en el bosque, él nos va a estar esperando ahí para llevar acabo el ataque — respondo a la pregunta de mi hermano, el ambiente se vuelve tenso en el momento que termino de hablar.

—Lamento mucho darte esta noticia — comienza mi padre, su semblante se ha vuelto frio — pero tú no iras a ninguna parte.

—Pero yo quiero ir — aprieto mis puños, no pueden dejarme fuera de esto ¡es mi madre!

—Lo sé — resopla — pero a mí eso me da igual — su voz sale ronca, al parecer se encuentra un poco molesto —. Si estás ahí y algo te llegara a pasar, tu madre jamás me lo perdonaría y yo tampoco lo podría hacer,

—Nada me va a pasar...

—He dicho que no iras — aplano mis labios, aquello lo ha dicho para dar fin a la conversación.

Durante mi niñez aprendí a no llevarle la contra a los mayores, o por lo menos no llegar muy lejos con ello, no me fue bien en eso. Sé que mi padre no me va a levantar la mano, eso lo tengo claro, aunque su mirada se vuelva dura al igual que su voz, tengo en cuenta que no me pondrá dedo encima, no tiene la pinta de ser un hombre así, pero a pesar de eso, mejor guardo silencio. Es mi padre después de todo, debo hacerle caso.

Al otro día por la mañana…

Ya todos se han marchado para el rescate de mi madre y la verdad es que me encuentro muy molesta. Anoche le di muchas vueltas al asunto, creo que no me quede dormida hasta pasada las tres de la mañana. Yo quería estar para el rescate de mi madre, no se me hace justo el hecho de haberme tenido que quedar aquí. Me quedo sentada en mi cama de brazos cruzados. He dicho michas veces que me encanta estar en mi manada y todo eso, pero en estos precisos momentos lo encuentro realmente desesperante. Quiero patear trasero.

-— ¡Me estoy perdiendo toda la maldita diversión!

Han pasado más de cuatro horas desde que ellos se han ido y aun nadie sabe nada. Me he comido la mitad de mis uñas debido a los nervios. Mi cabello está sucio por el simple hecho de que me he pasado la mano por el muchas veces en lo que llevo despierta, apenas he comido.

—No entiendo porque demoran tanto ¿no deberían estar ya aquí? — Me muerdo el labio — ¡era solo entrar, sacar a mi madre y huir!

—Ya cálmese princesa — Dana toma asiento a mi lado, ojala yo pudiera estar tan tranquila como ella — deben estar en camino. Estas cosas toman su tiempo, pero seguro que todos están bien.

—Si claro, como no — ruedo los ojos y me tomo una vez más mi cabello — lo mismo me dijiste hace media hora ¡y aun no hay señales de ellos!

—Princesa… — deja que un suspiro se escape de sus labios, he comenzado a acabar con su paciencia — entienda que los rescates siempre traen conflictos. Nadie deja que unos intrusos entren a sus terrenos sin pelear, nadie se salva de pelear.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.