Princesa Fugaz (libro 1) (terminado)

Capítulo 3

Ha pasado un mes desde que me arrodille, un mes en el que no he dicho nada y en el que no me he defendido.

Voto la basura que han puesto en mi bolso, abro el enorme botadero y tiro ahí la basura.

—¿Quieres que te ayude?

Oigo a mis espaldas.

No me giro, ya se quién es.

—Anwen, déjame ayudarte, sé que he sido un idiota, pero…

—No, Andrew ya no somos amigos, somos más como unos desconocidos, no quiero que me ayudes —digo cortante y me alejo, sabiendo que tengo sus ojos mirándome.

Dejo algunas cosas en mi casillero, Sebastian y Lane se ponen junto a mí.

—¿Tu madre también es así de estúpida como tú?, pues al solo ver su rostro puedo decir que es más estúpida que tú.

Cierro de golpe mi casillero.

—¿Ya la vieron? parece ese tipo de sirvientas que se le insinúan a su jefe, parece más fácil que Anwen, hasta parece una put…

Los oigo y no puedo soportar que se burlen de ella, oírlos hablar de lo que más amo en el mundo me sobrepasa.

—¡Idiota, no vuelvas a hablar así de ella! —le planto un golpe en la cara al modelo dorado, Sebastian.

—¡¿Maldita?! ¡¿Cómo se te ocurre siquiera tocarlo?! —chilla Lane.

Sebastian no dice nada, continua con el rostro hacia un lado, su piel broceada esta enrojecida en la zona del golpe y el pelo rubio que siempre este peinado hacia atrás ahora le cubre los ojos.

Lane intenta curarle, miro la sangre salir de sus labios, y luego miro mi mano, que parece latir.

¿Qué he hecho? Lo más probable es que me expulsen a pesar que me estaba defendiendo, pero nadie me creía, nadie confiaría en mi en esa escuela.

—¡¿Crees que esto se quedara así?! Te acusare con la directora y tendrás que volver al basure…

—¡No! ¡No! ¡No!, tú no te vas a meter en este problema yo me cobrare esta —dice Sebastian amenazante, se limpia la sangre son su pulgar-

—Has lo que quieras.

Digo intentando mostrar seguridad y me alejo.

Mi cuerpo entero tiembla, temo que mis piernas me traicionen.

Una vocecita dentro de mí me reprocha lo que acabo de hacer y me anuncia que esto solo me pondrá en el centro de atención de Sebastian y eso solo significaba problemas.

Mientras me dirijo al comedor veo un cartel en lo que varios alumnos se arremolinan.

“Abiertas las inscripciones para el club de natación”

Suspiro desilusionada, me gustaría aprender a nadar, sin embargo en esa escuela el hecho que aún no aprenda a nadar podría ser utilizado en mi contra

Tomo asiento en una mesa vacía y comienzo a comer mis alimentos.

—Te llamare “mano de hierro” —dice alegre una chica pelirroja y pecosa, con el pelo desordenado y corto.

Se remanga las mangas de la ropa deportiva que lleva.

La reconozco, es mi compañera que casi todos los días viene con ropa deportiva a clases y con la que nunca he intercambiado una palabra.

La miro confundida, parpadeo varias veces, no puedo asimilar que alguien me hable.

—Creo que esa no fue una manera muy amistosa de presentarme ¿verdad?

Sonríe.

Suki estira la mano

—Mi nombre es Suki Meet,

—Anwen Clive —estrecho su mano.

—¿Sabes? esperaba que hicieras lo que hiciste hoy, me enfermaba verte todos los días dejando que te molesten era muy molesto, Mano de hierro.

—¿Mano de hierro?

—Si —dice con la boca llena—. No sabes cuanto me reí cuando vi el rostro perfecto de Sebastian con ese moretón y quejarse como un bebe con sus amigos.

—¿Te refieres a Holder y Alston?

Suki traga y dice:

—A pesar que Alston es mi cuñado, no puedo soportarlo, con eso que menosprecia a los que no tienen dinero, me irrita.

—¿Este casado con tu hermana? —pregunto incrédula

Suki suelta una carcajada.

—Espero que no, pero mi hermana está loca por él, apenas logro que saliesen y en cuanto a Holder… Holder es…

Su mirada se suaviza un momento, pero luego dice:

—Holder es un idiota.

—¿Te llevas mal con él?

—No, de hecho, sí que nos llevamos bien, es un amigo de la infancia, pero me indigesta que siempre haya estado enamorado de Evangeline, Evangeline esto, Evangeline aquello. ¡Uf! es completamente irritante.

Medito un momento.

—Te gusta —concluyo en voz alta.

Suki casi se atraganta y toma de su vaso de agua.

—Perdóname, no quería decirlo en voz alta, si no es cierto…

—No, claro que no, él no me gusta, y si fuera así él nunca se fijaría en alguien como yo. No, no me gusta y tenlo claro, no.



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En el texto hay: principes, primer amor, insituto

Editado: 31.12.2022

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