Princesa Fugaz (libro 1) (terminado)

Capítulo 5

—¿Robar? ¿Por qué soy pobre? Nunca en mi vida he robado y tampoco robaría sabiendo que voy a ser la principal sospechosa.

—Cariño, si lo tienes tu, por favor devuélvelo.

Evangeline suelta unas cuantas lagrimas

—Te ayudare si necesitas dinero, por favor necesito ese móvil.

—Nunca he robado, lo juro por mi vida.

—A lo que vale tu vida es igual a nada —replica Lane.

—Escuchen —Andrew me toma de la mano y se coloca frente a mi—. Anwen nunca ha robado ni robaría, yo creo en ella.

Andrew me mira fijamente y yo presiono su mano.

—Es verdad, a pesar que conozco poco a Anwen no creo que sea ese tipo de chica —da un paso adelante Suki.

—Suki ¿Qué? ¿La conoces de hace unos días y ya confías en ella? —suelta Holder.

Suki se encoje de hombros.

—Andrew, ¿por una cara bonita vas a dejar de lado tus tan arraigados valores de honestidad?

—Esto no tiene que ver con caras bonitas, Holder, la conozco desde que que somos pequeños y se muy bien que ella no robaría.

—Andrew, necesito esa información, ahí tengo información sobre el ducado de mi familia y algunas fotos personales, por favor ayúdame.

Suplica Evangeline, entre sollozos.

Holder la abraza y ella se acurruca en él.

—¿Dónde están las pruebas?, si la van a acusar háganlo con pruebas —dice Crystal nerviosa.

—Correcto, vamos a ver lo honesta que es esta niña —Holder saca su móvil y después de hacer algo se lo coloca en la oreja.

—¡Yo no he robado nada!, ¡óyelo bien niño, y nunca lo voy a hacer! —digo con determinación.

El sonido de notas de El himno de la alegría de Beethoven sale de la mesa en la que yo estaba.

Crystal se acerca y levanta mi bolso, busca en él y saca un celular violeta.

—¿Seguirás pregonando que no eres una ladrona? —Holder sostiene el celular.

Las miradas se centran en mí, ¿cómo llego eso ahí?, comienzan a murmurar y a mirarme con repulsión.

Evangeline va a su móvil.

—¿Qué pensabas hacer? ¿venderlo a los periodistas? —dice amenazadoramente Holder y se va acercando a mi— ¿sabes cuanto ibas a dañarla?

—Hay una explicación coherente para esto. No puedes acusarla —dice Andrew, colocándose frente a mí.

—¿Qué pruebas más quieres? ¿Una grabación donde este robando?

—Lo voy a repetir, nunca he robado y no lo voy a hacer —una lagrima escapa de mis ojos.

—Cariño, si necesitas un poco de dinero, yo te lo doy —dice Evangeline—, te voy a ayudar.

Evangeline busca en su bolso y saca un fajo de billetes.

¿Quién anda en esta época con un fajo de billetes como ese en su bolso?

—¡Oh!, pudo haberse robado más cosas —dice Lane y revuelve mi bolso tirando todo lo que hay en él.

—¿Qué haces? —corro hacia las cosas que caen.

Lane le tira mi bolso a Alston, él lo atrapa entre risas y lo lanza hacia Lane nuevamente, una cuponera sale disparada, junto a todos los cupones.

—Pobrecita, hasta cupones tiene que guardar para poder comer —pronuncia con lastima Lane.

Me pongo de cuclillas y Andrew también, ambos levantamos mis cosas del piso.

—No me importa si me creen o no, lo voy a decir hasta el cansancio —digo, ahora sin lágrimas, me pongo de pie— no me he robado nada, lo más probable es que lo haya hecho la misma Evangeline —aclaro.

—Cariño, me duele oírte hablar así.

Holder toma el dinero que tiene Ezlyn en la mano y me lo tira a la cara.

—¿Quieres dinero?, ¿eh?, puedes recoger todo ese dinero, quédate con él.

—¡Holder! —grita Andrew, está siendo sostenido por Suki, Crystal y Alston— ¿por qué no te enfrentas a mí?

Los billetes caen en cámara lenta, y en medio de ellos puedo ver los ojos azules de Holder clavados en mí y viéndome con desprecio.

Mi vista se nubla y una lagrima rueda por mi mejilla. Nunca he visto tantos billetes juntos, pienso en todo lo que podría hacer con él, quizá mi madre pudiese poner una escuela de piano y yo irme de aquí.

Doy unos pasos firmes y le planto la bofetada más fuerte que he dado en mi vida.

—¡Nunca e tenido esa cantidad de dinero en la mano, pero para hacerlo pienso esforzarme¡, nunca voy a robar, ¿sabes? no me importa si me crees, porque la opinión de personas tan vacías por dentro no me importa.

Me doy la vuelta y salgo de esa fiesta.

—¡¿A dónde vas ladrona?!

—¡Ladrona!

Oigo decir de diferentes voces.

Andrew me alcanza.

—Yo creo en ti, es imposible que tu hayas robado.



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En el texto hay: principes, primer amor, insituto

Editado: 31.12.2022

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