Capítulo 11

—El Principe Holder, a pedido que la maestra no esté presente, a estado ensayando en su viaje.

—Aún no se bien el baile, necesito que la maestra me de…

—El Príncipe dio órdenes estrictas. Hágalo bien.

La señora Donovan se aleja poco a poco y cierra la puerta. Me pregunto hace cuanto trabaja aquí.

Oigo pasos afuera, aparte de los pasos de la señora Donovan.

Holder me a dejado todo este tiempo y ahora ordena que me quede sin profesor, ¿Qué hare si no puedo aprenderme la coreografía?

Me pongo detrás de las puertas y cuando siento que están lo suficientemente cerca, pongo uno de mis pies.

Veo a un chico rubio caer.

¡Oh, no! Chico equivocado.

Intento ir hacia Andrew para ayudarle a levantarse, pero Evangeline lo hace.

Claro, yo debo alejarme de él, ya no debo intentar acercarme.

Holder estalla en carcajadas.

—Anwen, amiga ¿Por qué juegas de manera tan peligrosa?

¿Amiga?, todo este tiempo Evangeline no me a dirigido la palabra y mucho menos nos convertimos en amigas.

—Anwen, me comienzas a caer bien —vuelve a reír Holder.

—Veo que no te agrada mi presencia —brome Andrew.

—Si, quiero ensayar a solas con mi prometido

Trato de hablar de manera amable, me cuelgo del brazo de Holder.

Holder me mira confundido.

—Entonces ¿eso quieres? —Andrew me mira desilusionado.

—Es lo que necesito.

Andrew baja la mirada.

—Andrew dejémoslos solos para que practiquen, Anwen menciono que quiere ser una gran princesa se a esforzado estos días.

—A mí me dijeron que tiene dos pies izquierdos —comenta Holder.

—No e tenido con quien ensayar —me defiendo.

—Los dejamos practicar. Evangeline y yo también tenemos que hacerlo —dice secamente Andrew— Con permiso.

Andrew sale de la habitación y es seguido por Evangeline.

—Recuérdame deberte una. Necesitaba reír.

—¿Te divierte reírte de la tragedia de alguien más?

—No, me divierte reírme de Andrew

Holder me toma de la cintura y me hace girar,

—¿Qué haces?

Sin querer le piso el pie.

—Señorita los ensayos no han surtido efecto en usted.

—He ensayado tarde y noche…

Holder me suelta.

—Iré a cabalgar, hace mucho que no lo hago, ordenaré a la maestra que venga a enseñarte, tus lecciones no te han servido.

—Espera ¿qué? debemos ensayar juntos.

Holder no me oye camina por el pasillo sin detenerse a mirarme.

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Tomo asiento en el lugar que me a sido asignado.

—Evangeline, me comento que sus maestros solo le han felicitado por su avance —la reina come un bocado.

Evangeline sonríe tímidamente.

—De hecho, me aprendí la coreografía del vals en el primer día.

—Tu padre me lo comento, dijo «mi hija es perfecta para reina, no hay cosa que no sepa hacer bien», veo alegremente que tenía razón —ríe el rey.

—Evangeline es buena, incluso en el instituto —comento.

Un silencio incomodo se cuela en el lugar.

—Eso es cierto, los maestros dicen que es muy inteligente —completa Andrew.

Todos me miran un momento y hacen como si no hubiese dicho nada y continúan con su conversación. Todos en la mesa conversan alegremente, incluso Holder a echo bromas y Andrew ha comentado sobre su viaje. Es como si no existiese ahí.

—Anwen, siendo sincera no creo que seas la esposa perfecta para Holder, pero es lo que pudimos conseguir.

Levanto la vista y veo a la reina, ¿En serio a dicho eso en mi cara?

—¿Perdón? —digo tímidamente, no creo que sea verdad lo que e oído.

—La señora Donovan, comento que tus estilistas no saben qué hacer con tu pelo y ni que decir de tus manos, parecen los de un obrero.

La reina ríe, sin querer observo mis manos.

—Anwen, ¿por qué no dices nada? cuando la reina te habla debes de contestar —la sonrisa del rostro de la reina a desaparecido—. La señora Donovan no está enseñándote bien.

Logro asentir apenas.

—Holder —dice el rey— ¿Cómo aceptaste casarte con alguien tan poco agraciada? Conociéndote como te conozco, me sorprendió que aceptaras comprometerte con ella.

Holder levanta una ceja y oye atento lo que su padre dice.