Llegamos al hospital. Ambos: Holder y yo llevamos nuestro uniforme escolar, las cámaras nos fotografían cuando entramos.
La corona a separado un ala entera del hospital solo para Andrew.
—¿Cómo sucedió? —pregunta Holder cuando vemos a la reina esperando afuera de la habitación de Andrew.
Evangeline se acerca y extrañamente Holder no corre hacia ella.
—La bala estaba dirigida a su corazón. Felizmente solo atravesó su hombro —llora, su maquillaje se ha corrido y la tiara en su cabeza esta chueca. Supongo que el evento que habría ese día ya no se realizara.
—Todo sucedió muy rápido —continua Evangeline—. La noche de Halloween , nos indicaron que se sospechaba que los rebeldes se colarían en nuestras actividades próximas, por lo que al día siguiente decidimos que nuestra visita a un pequeño pueblo cerca de aquí seria lo último que haríamos —se paraliza, sus ojos se abren más— en medio de la multitud un hombre se acercó muy cerca de Andrew, él le estrecho la mano y el hombre…. Le apunto directamente, grito «por la igualdad y libertad» y disparó. La sangre de Andrew salpico en mi —llora Evangeline.
¿Qué hubiese sucedido si lo mataban? No hubiese visto nunca más su sonrisa. De solo imaginar lo que le a pasado me mareo.
Holder me sostiene para que no lo haga
—Andrew está siendo atendido por los mejore médicos —dice Holder dulcemente—, se rcuperara.
Asiento, eso es cierto, esos médicos no podrían permitir que algo malo le pasase a Andrew. Andrew estará bien me convenzo.
La puerta de la habitación de Andrew se abre y sale el rey.
Hago una reverencia, mientras que él dice:
—Andrew no asistirá al evento, pero dará un discurso.
—Sufrió un atentado, Andrew no puede…
Mi boca es más rápida que mi raciocinio.
—La niña tiene razón —dice la reina—. Andrew, podría colapsar, no debe…
—¡Entiéndelo! —grita el rey—. ¡Andrew será el próximo rey!, ¡tiene que ser fuerte!
La reina se queda en silencio reflexionando.
—¿Por qué le tiene que pasar esto a mi hijo?, pudo ser a otro —se lamenta la reina, mirando a Holder.
Entrelazo mis dedos con los suyos, Holder no parece comprender por qué lo hago, aun así, también entrelaza sus dedos con los míos.
—¿Puedo verlo? —pregunta la reina.
—Yo también quiero ir —dice Evangeline.
—No, Andrew a tenido fiebre y pesadillas. Al único nombre que llamo fue…el tuyo.
El rey me mira firmemente.
—Puede que si vas a verlo Andrew pueda mejorar. Debes ir a verlo —ordena.
Andrew solo me llamo ¿a mí?, me suelto de Holder sin dudarlo y camino en dirección a la puerta de Andrew, no me importa nadie de los que están aqui, ahora me importa la salud de Andrew, necesito verlo bien.
—¿Por qué no me llamo a mí? soy su prometida, ¿no está preocupado por mí? —dice entre sollozos Evangeline.
El rey me abre la puerta y entro en la habitación con el corazón en la boca.
Andrew apenas abre los ojos, parece cansado. Tiene el hombro izquierdo y parte de su pecho vendado.
—Eres tú —ríe—. Debo estor soñando.
—Si, si soy yo —corro hacia él y le tomo la mano—. ¿Ves? soy real.
Estoy a punto de llorar por verlo relativamente bien.
Andrew ríe y suelta un quejido.
—Soñé contigo tantas veces, que no creo que seas real. ¿Sabes? soñé que te casabas con Holder, a sido la peor pesadilla que e tenido.
Suspiro, yo también e soñado con Andrew y Evangeline casándose, sé que es una pesadilla terrible y que los sentimientos que se sienten son reales. Imagino lo que a sentido, además mi boda esta más próxima que la de Andrew.
—¿Como te fue en tu viaje? Vi a mucha gente en los aeropuertos recibiéndote.
—Cansado —dice pesadamente.
Esta pálido y apenas puede hablar.
—No deberías dar el discurso —le digo.
—Debo de hacerlo, es lo que un rey debe hacer —dice determinado.
La puerta se abre de repente entra Evangeline junto a la reina, Holder entra detrás de ellas, ve mi mano entrelazada con la de Andrew.
Me suelto de ella y me pongo de pie para darle espacio a Evangeline y la reina.
—¡Andrew! — se acerca su madre, dándole un beso en la frente y abrazándole— Me tenías bastante preocupada.
—No pasa nada —dice Andrew con una media sonrisa.
Cuando la reina y Evangeline le abrazan Andrew suelta un quejido de dolor.
—Está bien, ya no te abrazaremos tan fuerte —dice la reina y separa a Evangeline de Andrew.
—Lamento haberte asustado —le dice Andrew a Evangeline.
—Tengo unos moretones, no sé si me dejaran ponerme vestido, en todo lo demás estoy bien. Temí que murieras, temí que ya no fueras rey.