Princesa Fugaz (libro 1) (terminado)

Capítulo 18

Me han puesto un vestido blanco corto junto a una chaqueta rosa y el pelo como siempre en una coleta.

Veo el desayuno del hospital, no tengo hambre.

—¿No te gusta la comida de Hospital? —pregunta Holder dandole un bocado al suyo.

—Lady Anwen está a dieta —comenta la señora Donovan—. Casi nunca come.

Holder me observa minuciosamente

—¿Haz estado a dieta? ¿O te has estado sintiendo enferma?

Holder se levanta de su asiento y me toca la frente

—No, no estoy enferma —alejo su mano.

—¿Sabes lo importante que es el desayuno?

—Lo sé, no soy una niña —digo dándole un bocado al cereal, no quiero escuchar su regaño.

—El desayuno es una de las mayores fuentes de energía del día.

—Estoy comiendo.

—Muy bien, de ahora en adelante tratare de revisar que comas todos los días, la falta de comida puede terminar en bulimia o otros trastornos digestivos.

—No creí que supieras tanto sobre esos temas.

—Un familiar muy querido empezó así —baja la cabeza y su entusiasmo anterior disminuye.

Recuerdo las biografías que hicieron de la Condesa Mary: la hermana de la reina y lamento haber echo que recuerde el suicidio de ella.

—Ok, ok, comeré.

Holder sonríe.

—Buena niña —vuelve a soltar una risa y come vigilante a que yo también lo haga.

Nos dirigimos a la salida del hospital.

—Hay una gran cantidad de periodistas y señorita Anwen —dice la señora Donovan—y Príncipe Holder, pero en espacial te lo digo a ti Anwen, cuando salgamos por favor no contestes a las preguntas del atentado y si los periodistas insisten demasiado, díganles que todo está bien.

Asiento.

Nos asomamos a la puerta del hospital y los flashes se disparan, una infinidad de preguntas se hacen al mismo tiempo.

—Son demasiados —digo, poniendo mi mano en el pecho cuando siento mi corazón pesado—. Ellos siempre están…

—Yo también siempre estoy aquí —dice Hoder y me toma de la mano, me dirige al auto y esquivamos con maestría las preguntas de los periodistas.

—Misión cumplida —dice Holder cuando subimos al auto.

La comisura de mis labios se elevan al tenerlo de mi lado.

 

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En la puerta del orfanato hay una gran cantidad de niños con una pancarta que dice:

«Este no es un castillo, pero es un hogar con mucho amor. ¡Sean bienvenidos

¡»

Corro hacia ellos y los abrazo, los periodistas no están invitados aquí adentro, deben quedarse afuera, al menos ahora puedo comportarme como soy.

—Hola, pequeño —acaricio la cabeza de uno de los niños.

—Mi nombre es Sebastian —dice el pequeño que lleva una cicatriz en el rostro.

¿Cómo alguien tan pequeño podía tener una cicatriz así en la cara?, cuanto a de haber vivido.

Holder está saludando a otros niños y luego se acerca a mí.

La psicóloga del lugar nos dice:

—Su padre se lo hizo por no querer ir a pedir caridad, tuvimos que rescatarlo.

Acaricio al pequeño, su padre le golpeaba… a mi memoria vienen las imágenes de mi en el suelo y acurrucándome para defender mis órganos vitales y evitar que mi padre los golpee.

—¿Y su madre? —pregunto angustiada.

—Su madre vino aquí en busca de ayuda, ella ahora está siendo capacitada en actividades donde pueda salir adelante y pueda irse con su pequeño. Dijo que ella amaba más a su hijo que a su esposo

Una lagrima escapa de mis ojos.

Me pongo de cuclillas y le abrazo.

—Fuiste muy valiente —le digo.

Holder toma al pequeño del suelo y le monta en la espalda. El pequeño ríe a carcajadas.

—Vamos pequeños imaginemos que somos caballos —dice y los niños le siguen.

—No conozco ni un solo caballo —dice una niña.

—Les prometo que los invitare a el palacio ¿Quieren conocerlo?

Los niños contestas un «si» al unísono.

—Cuando sean mis invitados especiales les mostrare todos los caballos que quieran —dice—, ahora vengan conmigo, tenemos regalos para ustedes —dice y se van a otro salón corriendo.

La psicóloga directora del orfanato ríe contenta.

—No me imagine que el príncipe sea así de alegre. En la televisión parece algo…

—¿Amargado? —rio.

—Si, no lo digo por ofenderlo.

—Yo también creía que era así el día que lo conocí, pero las apariencias engañan.



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En el texto hay: principes, primer amor, insituto

Editado: 31.12.2022

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