Capítulo 19

Un ruido me despierta.

Levanto la cabeza en dirección del ruido, veo a una pelirroja de pelo corto buscando entre mis cosas.

—¿Suki?

—Anwen —sonríe y saca una libreta de mi escritorio—, vine a buscar esto —se acerca a mi—. Te ves mal —bromea—. Nadie puede venir a verte la señora Donovan lo prohibió.

—¿Sabes si mi madre estuvo aquí?

—Si, vino cuando te trajeron, pero como te dije la señora Donovan esta algo especial, apenas me dejo buscar mi cuaderno de apuntes.

Las luces ya están encendidas y afuera ya a oscurecido.

—Ya me siento mejor —me pongo de pie—. Me pondre mi pijama supongo que ya me meteré a la cama.

—Ya estas con pijama.

Miro mi cuerpo. Si es cierto, supongo que la señora Donovan me a cambiado.

—Estoy algo despistada.

—Anwen, espero que lo que te diga no lo tomes a mal, pero no te vuelvas a acercar a Alston.

—¿Alston?

—Crystal esta algo celosa, ella siempre a sido insegura, no quiero que…

—Entre Alston y yo no hay nada, apenas nos dirigimos la palabra —sonrío.

Un golpe seco en mi balcón me hace girar, la manecilla de este se abre y alguien entra.

—Anwen, ya pedí los informes de los alimentos que haz estado comiendo, el medico dijo que si sigues así podrías terminar con un cuadro de anemia. No dejare que te vuelvas a saltar una comida más…

Corre hacia mí y me abraza.

—Si algo te pasa ¿qué haría yo solo? —su voz parece angustiada—. Si algo te molesta te protegeré. Si quieres que haga algo por ti lo hare.

No sé qué hacer, me quedo quieta, pero siento la necesidad de soltarlo, sé que si lo rodeo con mis manos no querré separarme de él.

—Solo hazme reír como hoy —rio.

Suki hace un sonido con la garganta, Holder y yo nos separamos.

—La señora Donovan fue a traer tu cena, ya estará por llegar.

El teléfono de Holder suena y él contesta.

—¿Evie? hoy no puedo…

—Ve —quiero que mi boca se cierre que no diga lo que estoy diciendo, pero lo digo. Necesito que se vaya para dejar de sentir lo que estoy sintiendo—. Ve, la señora Donovan ya está por venir, me regañara si te encuentra aquí.

Holder parece pensárselo.

—Me tienes que prometer que te comerás hasta el último bocado de tu cena.

Asiento, con una sonrisa.

—Lo hare. Ve, Evangeline te debe de necesitar.

Holder sale por el balcón.

—Ustedes se han vuelto cercanos ¿no?

—A veces siento que yo me estoy ena…

—Espero te recuperes, el club de judo me tiene muy ocupada, debo regresar al entrenamiento —dice apurada y sale de la habitación.

Me quedo de pie con las palabras en la boca.

La señora Donovan entra en la habitación trayendo la cena, seguida de mis doncellas.

—Se que su Alteza Real Holder estuvo aquí.

Pone un plato de ensaladas y otro de algo que parece papilla.

—El vino a…

—Y también estuvo aquí Su Alteza el Príncipe Andrew, de donde sea que haya estado detuvo sus actividades, vino y se le permitió apenas unos segundos verte.

—¿Él estuvo aquí?

Sonrío al imaginármelo preocupada por mí.

—Borra esa sonrisa. Estas castigada, no debes recibir visitas.

—¿Por qué lo estoy?

La señora Donovan prende el televisor, a pesar que dice que no se debe cenar con el prendido.

Veo en las imágenes el desmayo y como Holder va hacia mí. La señora Donovan cambia de canal y pone otro, en ese están mostrando la escena del niño del orfanato, alguien nos gravo y lo público. En otro conversan de los sentimientos que demostramos Holder y yo sin tener miedo a el protocolo de la corona.

—¿Viste alguna noticia del Príncipe Andrew y señorita Evangeline?

Niego con la cabeza.

—Se supone que el día de hoy ellos se reunirían con altos mandos militares, sin embargo, todos los canales les dedican horas y horas de contenido a ustedes. No —corrige—. Horas y horas de contenido a ti, por qué Holder, yo lo conozco desde que nació y él contigo a cambiado, él ahora se dedica a protegerte y tengo miedo que tú en algún momento le vayas a hacer daño-

Veo por primera vez el su rostro un poco de emoción, casi van saliendo lagrimas

—No me atrevería a dañarle —le digo segura de mis palabras, me pongo de pie y le acaricio el hombro.

—La corona no está muy contenta con tu protagonismo, por eso me pidieron que por hoy al menos no salgas de tu habitación para que reflexiones —explica ya calmada—. Ahora come, porque si no lo haces el Príncipe Holder se molestará.