Capítulo 39

Le miro entrar, su mirada se clava en mí.

Abro mi libro, e intento cubrirme la cara con el pelo, finjo que leo a pesar que mis pensamientos se concentran en cómo hacer para romper con él, para no abrazarlo, para que el no escuche como mi corazón se rompe.

—¿Estas bien?, pase toda la noche buscándote —me toma del brazo, me hace poner de pie y me abraza.

Su voz es angustiada, enjuago una lagrima en mis ojos, quiero rodearlo con los brazos, pero me freno, no puedo, no debo.

Todos en el salón de clases nos ven, otros murmuran.

Le alejo de mí.

—Por favor, no me vuelvas a tocar.

Evito mirarle.

—¿De que hablas? ¿Estas jugando? No es divertido.

Levanto la mirada, para decirle que deje de molestarme que se aleje, si le seguía a otro lugar me quebraría y no podría hacerlo.

Aprieto mis manos.

—Quise hacerte sentir como se siente que te dejen plantada frente a tanta gente.

Su rostro parece desencajado, el salón entero guarda silencio.

No puedo soportar su expresión y salgo de ahí.

—Espera, ¿no puedes decirme algo así e irte como si nada?

Holder me toma del brazo en medio del pasillo y me abraza por la espalda.

Ya no puedo, las lágrimas comienzan correr.

—¿Por qué siento que te perderé para siempre si te dejo ir?

Su voz parece rota.

Alejo sus manos con violencia de mí. Me giro haca él.

Esta destrozado.

Cómo ese chico, el chico perfecto para mi es…

No soy capaz de decirlo.

Evangeline está detrás de Holder expectante, esperando el momento exacto para ir hacia él. Quizá si lo terminaba de romper el volvería a amarla y seria feliz con ella, solo talvez podría hacerle un favor.

—Tendrás suerte si alguien te ama de verdad, te arrastras por alguien que no siente nada por ti —sonrío, sé que todas las personas a mi alrededor oyen lo que le estoy diciendo, quiero dañarlo para que me odie, a pesar que lo que estoy haciendo me hace odiarme a mí misma.

Ódiame.

Ódiame.

Ódiame, por favor.

—¿Todo este tiempo pensaste así? Eres una grandísima actriz. Cada maldita vez que te veía ver las estrellas, te veía a ti como si fuese esa estrella que vino a mí. Estaba equivocado.

Asiento.

—La estrella de la que hablas brilla por alguien más.

Me giro e intento alejarme, pero las lágrimas estallan en mí.

Alston esta justo frente a mí, ve mis lágrimas y se acerca.

—Se que lo que estás haciendo lo estás haciendo por algo —se acerca y me abraza. Intento no romperme.

—Anwen, ¿por quién es que brillas?

Me giro hacia Holder, viene hacia nosotros.

—Por mi —dice Alston, me toma del rostro y me da un beso, suave, plano, apenas toca mis labios con los suyos.

Está ayudándome, ayudándome a alejar a Holder, comprende que necesito su ayuda.

Holder le toma de la chaqueta del uniforme y le da un golpe que lo deja en el piso.

—¡Creí que eras mi amigo y terminaste enamorándote de mi novia!

Corro hacia Alston.

—Holder, cálmate nunca te e visto así —dice Evangeline.

—¡Idiota! —le grito a Holder—. ¿Estás bien? estas sangrando —le digo y trato de ayudarle a levantarse.

—No pudiste haber fingido todo este tiempo —Holder tienen lágrimas en los ojos—, tus caricias, tu sonrisa, tu mirada, no pudiste haber fingido todo y te conozco, sé que mientes y sé que algo debe de haber pasado entre ayer y hoy para que cambiaras de esa manera. No me voy a rendir.

Ahora si le e roto.

—¿No fui suficiente para ti? ¿No fue suficiente mi amor?

—Nunca fuiste suficiente. Si nos volvemos a ver quiero que hagas como si no me conocieses porque yo hare eso.

Un nudo en mi garganta se forma y me alejo con Alston.

—Gracias, —le susurro a Alston y comienzo a llorar.

Solo vere a Holder en mis sueños y poco a poco también lo borraría de ahí.

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Saco mi última maleta y Alston la pone en el maletero de mi auto.

—Holder comento que te estaba enseñando a majear —ríe

Es la primera vez que yo recuerde que me sonríe y su sonrisa es agradable.

—Si, si no fuera por él no hubiese podido sacar mi licencia —rio recordando sus lecciones—, aunque le di mucho trabajo, había momentos en los que se rendia, pero continuaba.