Princesa Juliana: El despertar de la heredera

Capítulo 4

―¿Por qué tardaste tanto? Desde hace media hora te estoy esperando.

―Tú tienes la culpa por avisarme en el último momento ―responde Yerik con pasividad, acercándose a Josiah mientras termina con un juego de guerra en su celular―. Además, necesitaba desayunar. Yo no puedo vivir sólo con un café y una repostería por la mañana.

―No lo digas así. El café con bollería, para un italiano, es considerado un desayuno completo y fundamental.

―Pues los nutricionistas opinan lo contrario. Y a mi parecer, ustedes son unos adictos a la cafeína que corren el riesgo de terminar con muchas enfermedades por su hábito. ―Guarda su juego y abre la puerta de la sala de entrenamientos mediante el escáner del código del aparato para que ambos pasen―. ¿Cuál era la urgencia? Si es para que te preste la tarea de química, sabes que no lo haré.

El joven de cabellos plateados se sienta en un sillón. Josiah arrastra otro y lo coloca frente a su amigo para sentarse y verlo cara a cara, a la misma altura.

―Sabes perfectamente que si te pido la tarea de química es porque no te gusta explicarme. Pero no te preocupes, esta vez la hice sin problemas. En fin, el asunto es otro. ―Su actitud de reproche la cambia a una de ansiedad la cual hace que hable con verborrea―: ¿Lograste dormir anoche? Yo no pude hacerlo. Me estuve preguntando por el nuevo. ¿Y si es hombre? ¿Qué haremos si también se enamora de la princesa y se postula como nuestra competencia? ¿Qué medidas tomamos en ese caso? Porque recuérdalo, lo único que podemos aceptar es que ella escoja entre alguno de nosotros dos.

Yerik se muestra más tranquilo en comparación a Josiah. Sin embargo, no es como si no compartiera el pensar de Grimaldi. Él también, desde que recibió el mensaje de Erich, ha estado pensado en la posibilidad de la añadidura de un compañero varón, de las repercusiones de esto y del acuerdo entre caballeros establecido entre Josiah y él. Un pacto, que se remonta a no hace tanto tiempo, pero que ha significado mucho para ambos.

Así, Sóbolev recuerda como si hubiese sido ayer, el día en que Josiah le encaró y expuso sus sentimientos hacia Su majestad, explicando que también se había percatado que Yerik sentía lo mismo. Claro está, que a diferencia de Grimaldi quien dijo que estaba enamorado, Sóbolev no pudo hacer otra cosa que admitir que sentía cierta atracción por ella. Esto, porque para Yerik, la palabra «amor» tiene un gran peso y en ese momento e incluso ahora, no cree que sus emociones lleguen ni a la décima parte de lo que significan esas cuatro letras.

Pero retomando el tema de ese día… El odio y enemistad descritos en las novelas, películas, series y hasta video juegos, que nace del amor que comparten dos amigos por una mujer, no se dio en ellos. ¿Por qué? ¿Será porque sus sentimientos hacia ella no son tan fuertes? Por supuesto que no. La respuesta, aunque simple e imposible para un sinnúmero de personas, es que tanto Josiah como Yerik comparten una amistad que ni mil mujeres son capaces de romper. Ambos han sido golpeados por períodos de angustia indescriptibles, pero soportables gracias a las manos que se han tendido con amor entre ellos para levantarse.

Por tal razón, en buenos términos, consintieron cortejarla hasta que llegara el instante en que ella escogiera entre alguno de los dos y aunque aún siguen esperando por ello, se sienten tranquilos al saber que el afortunado y desafortunado, aceptarán los términos descritos en su acuerdo y seguirán con la amistad que han mantenido todos estos años, sin ningún tipo inconvenientes. ¿Cómo pueden estar tan seguros? Porque se conocen como si fueran hermanos y saben que no pueden vivir separados.

―Es mejor que nos mantengamos positivos y pensemos que será una mujer ―comenta sabiendo que lo ideal es darle otra cosa a cavilar a su amigo―. Imagina sólo los beneficios de que haya otra chica en el equipo. Uno tal vez sea, que la princesa se exprese en mayor medida y…

―Sea comunicativa, sonría a menudo y salgamos todos juntos a distintos lugares ―expresa Josiah emocionado como nunca antes―. Pueda que se muestre indiferente con nosotros porque somos hombres, pero con una chica, todo cambiará.

De pronto, la efusividad de Josiah se detiene y vuelve a cambiar su estado por una meditación profunda. Yerik lo observa, sin tener una idea de su silencio.

―¿Sucede algo?

―Erich.

―¿Cuál es el problema con él?

―¿Cómo me preguntas eso? ¡Es hombre! ¡Hombre como nosotros! ―Exclama levantando sus brazos como si la respuesta fuera completamente lógica―. Aún si no existiera la probabilidad de otro integrante en el equipo, Erich es hombre y nuestro contemporáneo. ¿Qué son tres años de diferencia? Aparte de eso, la princesa es hermosa y si juntamos todo eso, existe una combinación peligrosa.

―Quédate tranquilo, Erich no se fijará en ella ―replica Yerik con seriedad.

―¿Por qué? Dime que es homosexual, por favor.

―No, no lo es ―refiere, pero decide reformular, al analizar con cuidado lo conversado con su prima―. No que yo me dé cuenta. Lo que quiero decir, es que Kira me dijo que las prioridades de él no son las sentimentales.

―Eso no me convence ―Niega Josiah cruzándose de brazos―. ¿Sabes que están de moda las relaciones pasionales entre maestros y alumnas? La literatura juvenil está siendo invadida por ese tema.




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