Princesa Juliana: El poder de la soberana

Capítulo 15

Los disparos provenientes del equipo que actúa como señuelo, Julia los escucha nítidamente, de igual manera que el sonido de las espadas chocando. Sin embargo, nada la perturba. La doceava tiene sus sentidos estables, no hay temblor, no hay miedo. Lo único que ella sabe es que está lista para seguir órdenes al pie de la letra. Así que, la razón de su tranquilidad, no es de su completo conocimiento. Bien podría ser porque poco a poco ha ido entendiendo su nueva normalidad, porque su psiquis es cada día más estable o en última instancia, debido a que Erich es quien comanda la misión y sabe que nada fallará estando él al mando. Sea como sea, nunca ha estado tan calmada y eso es fenomenal.

―Despierta ―amonesta Miu, dándole un suave golpe en la cabeza a la doceava―. Erich quiere nuestra ubicación, ya me ha gritado porque tú no contestas.

―Lo siento ―musita, cierra los ojos y mueve su cabeza de un lado a otro, antes de llevar sus manos a un auricular de su oreja y contestarle al hombre que en esta ocasión no es su maestro sino su superior militar―: Teniente coronel Kirchner, lamento…

―Cinco segundo ―determina él con la frialdad que ocupa cuando está trabajando―. Tú y Miu, abran paso al segundo grupo como les indiqué anteriormente, sirvan de distracción. No se duerman. Josiah les cubrirá la espalda como francotirador y Yerik, lo hará al frente, pero eso no significa que puedan bajar la guardia. ¿Comprendido?

La joven asiente a la orden, luego observa a Uchida y mueve su cabeza. Ambas, empiezan a contar mentalmente para hacer las cosas en sincronía y evitar un castigo posterior. De modo que, cuando el tiempo llega a lo indicado, dejan sus escondites, empiezan a correr hacia el frente y al encontrarse con los enemigos y parte de los aliados, se paran firmes. Con habilidad, la doceava princesa desenvaina su espada y un movimiento perfecto, en simultaneidad con Miu y su Kusarigama, envuelve en poder psíquico su arma y arroja ésta hacia un grupo de hombres y mujeres que se disponían a ir por ellas.

El efecto del ataque se observa de inmediato. Un radio de al menos once metros queda despejado en el momento justo para que el equipo dirigido por Luke Dalley, entre a la zona donde se supone que hay un establecimiento de la Insurreción. De manera que, Julia sonríe de orgullo cuando observa pasar al joven porque sí, le costó mucho aprender algo básico, pero lo ha logrado.

―No te alegres, si no fuera por mí, no lo hubieras hecho.

La doceava suspira con cansancio, pero mientras se enfrenta con la espada a una joven un poco mayor que ella, le brinda la razón a Miu. Después de todo, la efectividad del ataque, ha sido en gran medida por la japonesa ya que, debe admitirlo, su poder psíquico no es tan fuerte como para lograr algo de esa magnitud. Por lo cual, sigue peleando, en tanto observa cómo un par de personas que se acercan a su área, caen al suelo, batidas por las balas siempre certeras de Josiah Grimaldi. De ahí que, sabiendo que su retaguardia es cuidada, Julia se centra en un combate tranquilo. Y es que, no es una máquina de guerra como sus compañeros. No, claro que no. Si algo ha entendido, es que no es fuerte, tampoco sobresaliente en asuntos de técnicas y por ello, va a lo seguro, a usar una buena defensa en tanto tiene la oportunidad de observar algún error en su contrincante y… Ahí está, Julia lo mira en un segundo.

Una pequeña abertura sale a relucir en la muchacha morena y en un pestañeo, la doceava aprovecha incluso hasta su estatura, para moverse rápido, colocarse detrás de la mujer y asestarle un fuerte golpe en la nuca con el pomo de su arma.

―Yerik ―llama para que el muchacho haga lo que sabe debe ejecutar, pero como no la escucha y no por estar ocupado, puesto que se haya extrañamente como perdido, decide volver a decir―. ¡Yerik!

El chico de cabellos plateados vuelve en sí, asiente con rapidez y una especie de cuerda de fluido psíquico, es colocado sobre la mujer que yace inconsciente.

―Te encanta perder el tiempo y los recursos, ¿no? ―Habla Miu, cerca de Julia, empujándola un poco, para encargarse de la tercera persona que va contra la princesa, sabiendo que apenas puede encargarse de una―. Mira y aprende, un arma se utiliza así.

Sin darle tiempo a respirar, Miu clava su hoz en el cuello de un hombre y como si se tratara de un animal y no de una persona, arrastra el cuerpo inerte hacia sus pies, haciendo que una horrible repulsión se apodere de Julia. Pero antes de que alguna reacción se encuentre en la muchacha, tres explosiones sucesivas en diferentes lugares, desvían la atención de los grupos concentrados en el área.

―¿Una emboscada?

La pregunta de Yerik no es escuchada a totalidad por la doceava princesa, pues ésta se encuentra ocupada analizando la escena. Esto, porque para ella es más trascendental estudiar el lugar exacto de los estallidos y de ser posible, comprender el número de las bajas. Así, pronto se encuentra con algo que la desestabiliza un poco, y es que, como lo ha temido, un punto de ataque ha sido el sitio donde se ha dirigido el grupo de Luke, el otro, desde donde Erich está erigiendo sus órdenes y el último…

―Sí y no. Lo que se escuchó fue un ataque de Luke. Siento a muchos más enemigos que antes. Por lo cual… Él debió de defendernos antes de recibir el golpe de la emboscada, pero… Hay un grupo de al menos cincuenta, viene de ese lado… ―Señala la princesa, encestándole otro golpe a un enemigo para lograr dirigir su dedo hacia donde siente la presencia de otras personas―. Creo que es el norte o sur, o quizás…




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