Princesa Juliana: El poder de la soberana

Capítulo 27

―¿Mi collar cuenta como objeto personal? ―Pregunta la doceava a las mujeres que se colocan frente a ella. Una, que sostiene una especie de bandeja y la otra una Tablet que según puede entender la dignataria, sirve para llevar control de los objetos y sus respectivos dueños―. O, ¿podría…?

―En su caso, haremos una excepción ―sentencia la fémina y Julia echa un vistazo a los demás jóvenes que la rodean―. Su collar, majestad, es una parte de sí. Puede quedarse con él porque es señal de su poderío y porque lo necesita para mantener su transformación. Por lo demás…

―Está bien, solo tengo otra pregunta más y le entregaré lo que pide.

Los labios de Julia se mueven con sigilo, tratando de ejecutar una entonación baja y a la vez clara para no repetir algo de lo que debe guardarse con sumo cuidado. Así, en cuanto lo hace y recibe una respuesta al respecto, coloca su celular y otro par de cosas que lleva en sus bolsillos sobre la bandeja. Al instante, siendo la última en cumplir la ordenanza, las mujeres notifican al hombre que se haya sobre la tarima. Éste sonríe con satisfacción y los altavoces, vuelven a encenderse.

―Agradezco su cooperación, jóvenes ―dice con una sonrisa, moviendo de una forma elegante el vestido amarillo―. Ahora, presten atención. Quizás, algunas de las cosas que mencionaré no sean diferentes a las pautas de exámenes pasados, pero les aseguro que, si son buenos jugadores, si aman la competencia, estarán felices con la forma de operación que he planteado en esta ocasión.

Unas pantallas dispuestas en el escenario se encienden y figuras tridimensionales aparecen a la vista de todos, unas que se asemejan a las que son usadas en los videojuegos de guerra.

―Una batalla por equipos, en modo supervivencia, es lo que los espera ―enuncia el sujeto y las pantallas empiezan a proyectar imágenes consecutivas de avatares peleando, usando armas de fuego, armas blancas y bombas, en lo que parece, una lucha sin cuartel―. Pero lo que hará interesante esto, es nuestro sistema de puntos. Como sabrán, el examen de especialidad está proyectado para ser realizado durante un periodo de cinco días. Aquí, en el lugar que todos conocemos y veneramos por ser el sitio sacrosanto donde su majestad, la original princesa Juliana formó su imperio y nos brindó parte de su poder… ―Otra pausa, una donde Julia siente que los ojos azules se dirigen hacia ella―. En fin, se hizo la elección de este territorio, no solo para rendir culto a nuestra soberana sino como una forma de festejar la presencia y participación del doceavo contenedor de su majestad en este magno evento, después de haber transcurrido casi dos décadas desde el día glorioso en que contamos con un honor similar.

El hombre enmudece. Nadie gira hacia la última fila donde se haya la princesa, pero eso no evita que el ambiente se torne asfixiante y que una alarma se dispare en la joven mencionada. Y es que esto, el señalamiento repentino después de ser desplazada a un rincón, la pequeña insinuación de aquello que ha tratado de ignorar como es el hallarse en un lugar estrechamente ligado a Juliana y, sobre todo, la mención implícita realizada de Daina Kirchner, no le agrada. Con todo, trata de mantener su rostro inmutable.

―Pero volviendo al tema ―continúa el sujeto, como restándole importancia a lo anterior―, esta será el área marcada para la batalla, donde lucharán por puntos que los colocarán más cerca de sus aspiraciones. Así, los puntos de los que les hablo son importantes y, para lograr aprobar, necesitarán obtener el monto que se encuentra en la pantalla.

Respiraciones ahogadas se escuchan al instante. ¿Cómo podría ser diferente? El monto de un billón de puntos, es una cantidad exorbitante para muchos.

―Pero qué… ―musita una joven castaña que se haya frente a Julia―. Ahora comprendo por qué le dicen el genio creador de juegos. Gana millones creando juegos imposibles, ¿no?

Un muchacho de cabellera oscura le responde a la muchacha, pero Julia ignora la respuesta positiva de éste, cuando el sujeto llamativo que se sitúa al frente, continúa con su exposición.

―Reconozco que la cifra es increíblemente excesiva, que suena ridícula, pero es muy fácil llegar a ella. No sucumban al pánico. No entrarán al juego sin nada, ustedes contarán con una cantidad “x” de puntos, al iniciar esta prueba ―determina y hace una señal con la mano hacia un sujeto que se sitúa a su par―. Colóquense los relojes inteligentes.

Cientos de dispositivos se elevan por los aires y todos éstos se posan frente a cada recluta, los cuales colocan en sus muñecas de forma pronta, los relojes.

―Al encenderlos por primera vez, será visible en la pantalla, la cantidad de puntos con los que iniciarán. El puntaje será diferente para cada uno y éste fue asignado tomando en cuenta distintos parámetros como la posición social; es decir, la rama a la que pertenecen, si son candidatos o no al liderazgo de sus linajes y de ser así, cuál es su colocación hereditaria ―pronuncia despacio y Julia y Miu, intercambian miradas―. Por otro lado, también se ha considerado su desempeño en las fases anteriores de esta evaluación; la puntuación que se les dio en los ámbitos de intelligentia y passionis. En resumen, esto determinará aquello que les servirá de arranque. Sin embargo, como es obvio, aunque algunos contarán con un inicio fuerte determinado por sus logros y cuna, no será suficiente para alcanzar la meta brindada.

»¿Cómo alcanzarán un billón de puntos? Fácil, con las bien conocidas batallas por equipo. En éstas, deben considerar que cada pelea ganada, les harán acreedores de un quince por ciento más de puntos en el modo general y un cinco por ciento, en el formato individual. Lo último que he mencionado, es válido por cada integrante que venzan por separado.




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