Princesa Juliana: El poder de la soberana

Capítulo 32

Los ojos negros se abren despacio. Primero, porque la poseedora de dichos orbes siente los párpados demasiado pesados como para ejecutar un movimiento rápido y segundo, por el dolor que percibe no solo por la luz del sol que golpea sus pupilas, sino por la que siente en cada parte de su cuerpo.

―¡Yelena, Yerik! Despertó. ¡La princesa despertó!

A pesar del cabestrillo que Josiah trae puesto, de la incomodidad emergida por éste además de la que podría resultarle de la herida ya curada que posee en su hombro donde hace horas se le extrajo una bala, el muchacho italiano sonríe y se arroja hacia el sitio donde Julia permanece acostada, con una máscara de oxígeno en su rostro.

―Maldito idiota, ¿qué haces? ―Suelta Miu enfadada, sujetando a Josiah por el cabello para tirar un poco de sus hebras rubias, antes de que este se eche sobre la princesa―. ¿Tienes idea de lo mucho que me duele la cabeza? Pedazo de estúpido, tuve una concusión, no una pequeña herida de bala. Así que, guarda silencio porque tus gritos me perforan el cerebro. ―Se queja, masajeándose su sien y cuando dirige su vista a la doceava, agrega con cierto asombro―: Es cierto, Blancanieves despertó.

―Por supuesto que sí. Por eso estoy festejando.

―¿Ah, sí? Pues, ¡cállate por ella! Casi muere, debe de tener la cabeza peor que yo. No la molestes, imbécil.

Lo que sigue a continuación. Julia apenas lo escucha. Si hay algo en lo que Miu tiene razón, es que su cabeza está echa un lío. El cuerpo también, es obvio. Pero lo más importante, es su estado mental, el hecho de que tiene dificultades para centrar sus pensamientos, sus memorias y… El vértigo es espantoso, las ganas de vomitar aún más y por ello, aunque comprende que podría ser parte de la rutina para medir su condición y gnosis las preguntas que Yelena le hace y unas cuantas, que un cansado Yerik también pronuncia, las aborrece.

―Está orientada en persona ―señala la chica de cabellos castaños claros cuando la joven que Julia reconoce como Zelinda, se acerca a ella―. Reconoce quién es, a los que tiene alrededor y eso es bueno. Continuaré con lo siguiente porque no me gusta que muestre poca reacción ante nosotros. ―Se acerca a su paciente con algo de duda y sigue con el interrogatorio―: Doceava, ¿sabe qué día es hoy? ¿Dónde estamos?

Julia cierra los ojos y piensa, con todas sus fuerzas lo hace, pero sigue aquello que no le gusta, un vacío espantoso que le da miedo.

―No se preocupe, tranquila. Y, dejemos eso a un lado. ¿Qué es lo último que recuerda?

Un golpe fuerte, casi como el de un relámpago es lo que cruza la memoria de Julia y por lo cual de inmediato, al repasar con sus ojos a Josiah, Yerik y Miu, siente deseos de llorar. Por lo que, ¿eso significa que recuerda? Claro, la última memoria está latente y fresca en su cerebro. Así, casi puede ver a sus compañeros llenos de sangre mientras ella los mira de lejos, con un dolor profundo en su alma y en su mente.

―Todo lo que pasó. El examen y…

La doceava se interrumpe a sí misma. No porque apenas pueda respirar, debido a que por fin se percate de que la presencia de Yelena y compañía está fuera de lugar, ni por alguna otra cosa. No, eso sería bueno hasta cierto punto. El problema es que la princesa se ha detenido porque ha comprendido que ha mentido. Quizás, no a conciencia, pero lo ha hecho. Esto, porque no es cierto que lo recuerde todo. En realidad, lo que hay en su mente son trozos disgregados de situaciones, fragmentos de conversaciones que al no estar completas son como partes de un rompecabezas con infinitas piezas faltantes. En resumen, ella solo tiene ideas vagas de cosas dolorosas las cuales la colocan en una posición alarmante, incómoda y angustiosa.

―De acuerdo y, ¿por qué no alguno de ustedes que tenga la suficiente inteligencia como para no arrojarse hacia ella o gritarle le pone al tanto de la situación? Porque, aunque no lo haya pedido, creo que debe estar al día. Después de todo, es la estratega, ¿no?

Yelena camina a un lado para tomar cierta distancia y tanto Sóbolev como Zelinda la siguen. En cuanto a Yerik, que se dirige con un par de pasos temblorosos, la pregunta es: ¿Por qué marcha con las mujeres? ¿Será acaso para recibir orientaciones? En efecto y por ello, Miu y Josiah que se quedan al lado de la princesa se observan e intercambian miradas hasta que, por fin, él se levanta para ir a sentarse a la sombra de un árbol lejano.

―Supongo que me toca a mí, gracias.

El sarcasmo es dejado a un lado por Miu. A continuación, elabora un resumen preciso y conciso del panorama. De manera que, expone la forma en que los alumnos de Kira llegaron hasta el sitio donde ellos se hallaban inconscientes, cómo recibieron una misión explícita de salvamento (ya no una que se activó de la nada ante un acontecimiento cualquiera), donde se les dio la ubicación también exacta del grupo que pasaba un momento crítico. Asimismo, Uchida detalla el procedimiento que siguieron para prestarles atención médica, cómo les fue colocada nanotecnología de última generación en sus cuerpos la cual cuenta con la ventaja de incrementar su efectividad cuando se embulle poder psíquico en los pacientes. Además, se detalla cómo Yelena consideró recuperar primero a Yerik para usar sus habilidades y cómo tras hacer esto, ambos se centraron en reanimar a la japonesa, a un Josiah mal herido al que incluso le hicieron una mini operación por el asunto de la bala, para finalmente, terminar el proceso de recuperación con la doceava que, en dos ocasiones, hizo pensar a todos que moriría por una dificultad en la coagulación de su sangre.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.