Padre entra a la habitación junto con Nicole. Ellos, desde la sala de observación, han escuchado toda la conversación entre Julia y su madre. Al mirar a los dos personajes, la pequeña abraza inmediatamente a Caroline y se dedica a observar a estos con miedo.
―¿Quién es usted? ―Pregunta la niña con temblor en su voz―. ¿Por qué dijo eso?
―Odio las presentaciones, pero supongo que no hay otra opción. ―El sujeto da un paso adelante para presentarse―. Mi nombre es Keith Dalley, soy líder de la séptima familia protectora de la princesa Juliana, más escucharás que todos los de la familia me llaman Padre. ―Señala a la mujer a su lado―. Ella es Nicole Carroll, miembro de la segunda rama de la séptima familia.
Julia mira desconcertada a su madre ya que lo único que para ella fue descifrable de la presentación del individuo, fueron su nombre y el de la señorita Carroll. Claro está, que también eso de que él es un líder. No obstante, lo demás ha sido incomprensible. El aspecto de las familias y de las ramas, es lo más extraño que ha escuchado en su vida.
―¿Por qué estoy aquí? ―Interroga con temor, acerca de aquello que siente es lo único que puede preguntar.
―Hija ―llama su madre―, ellos saben que la princesa Juliana está en ti. Esa es la razón por la que te trajeron; ellos también tienen poderes como los tuyos.
―Exacto. Sabemos que eres el nuevo contenedor de la princesa y como te dije anteriormente, llegó el momento en el que empieces a trabajar para nosotros. ―El sujeto toma una pausa para acercarse a la niña―. Sé que la noticia es inesperada, pero debes entender que tienes una gran responsabilidad en nuestro imperio. En estos momentos, eres una pequeña niña débil, pero algún día, la princesa Juliana podría tomar tu cuerpo y gobernar el mundo.
Los ojos de la joven madre de Julia vuelven a llenarse de lágrimas mientras abraza a su hija y es que lo peor del secreto se ha revelado. Después de todo, cabe la posibilidad de que Julia algún día pueda desaparecer; bien sea porque su majestad tome el control de ella o porque… Caroline ni siquiera quiere pensar en ello pues sea como sea, solo puede percibir el porvenir de la pequeña, como un futuro lamentable.
―¿Cómo? ¿De qué está hablando?
―Sabes perfectamente a lo que me refiero. Eres inteligente y dudo que no comprendieras mis palabras. ―Keith le dedica una mirada de fastidio―. Por el momento, serás presentada como la doceava princesa Juliana y cuando estés lista, te entrenaremos para que tus poderes evolucionen y asumas tu papel en la organización. Luego, dependerá de ti el que Juliana te posea. Así que ―pronuncia y dirige su mirada a la rubia―, Nicole, lleva a la niña a una habitación digna mientras convoco al consejo y posterior, lleva a Caroline a su casa y proporciónale una remuneración por todos los años que ella y Grayson, han cuidado de la princesa.
Acto seguido, la señorita Carroll hace una reverencia mientras Padre empieza a caminar hacia la puerta. Por otro lado, Caroline aprieta sus puños al ser ofendida. ¿Por qué siempre piensan que pueden comprar todo con dinero?
―¡Quiero irme con mi mami! ―Expresa molesta Julia en tanto se separa de los brazos de su madre.
Su madre la observa impactada. ¿Acaso su hija tiene el valor de protestar?
―No te puedes ir, éste es tu lugar ―dice el líder enojado, deteniéndose ante la rebeldía de la niña―. ¡Deberías estar contenta! Tus padres vivirán una buena vida con el pago que recibirán por sus servicios.
―Padre, por favor, yo soy la madre de Julia, déjame quedarme con ella ―suplica para que no las separen y traga grueso antes de declarar―: No me opondré a las órdenes de la familia.
―No, conoces las reglas. ―La voz del hombre se vuelve más gruesa―. Tu hija debe vivir aquí y tú no puedes quedarte con ella porque fuiste exiliada y porque, para empeorar, tu esposo no pertenece aquí. Por lo que, en resumen, ni tú ni él, tienen permitido acercársele.
―Pero ella puede elegir ―objeta―, tiene el poder para que sus palabras se cumplan. Las órdenes de Julia son ley, ella es la princesa y…
―Padre, Caroline tiene razón. ―Señala Nicole interviniendo y ganándose las miradas de desconcierto de los dos adultos―. Digo esto porque la doceava es una niña pequeña y a diferencia de las otras princesas, depende de su madre por completo puesto que nunca las han separado. De modo que, creo que sería una verdadera molestia para nosotros el encargarnos de su cuidado a partir de ahora. Estoy segura que no lo único que haría, es llorar todo el día.
Ahora las miradas se dirigen a Padre esperando una respuesta positiva a la petición; para las mujeres, es más que obvio que él no dejará que una desterrada y su familia vivan en la mansión, pero al menos esperan que deje que Julia regrese a su casa.
―No puedo dar una respuesta. La decisión se tomará en conjunto con los demás miembros del consejo. Si ella desea irse a casa con sus padres, puede pedirlo en la reunión. Caroline―se dirige a la madre―, puedes quedarte con la princesa para tranquilizarla, pero solo hasta que se tome una sentencia definitiva respecto a la guardia y custodia de la doceava.
El hombre sale de la habitación sin más demora, con la seguridad de que los demás miembros del consejo lo apoyarán. En cambio, en Caroline reina la intranquilidad. No hay nadie en quien confíe; alguien que le provea un voto a favor de mantener a su hija a su lado.
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Editado: 22.09.2022