Princesa Juliana: La maldición de la corona

Capítulo 12

―Señorita, Padre la está esperando.

Nicole camina acompañada por la ama de llaves de la casa principal de la séptima familia. Se detienen al frente de una puerta. La acompañante de la agente hace una reverencia y se retira. Luego, la señorita Carroll entra al despacho y se acerca al escritorio donde se encuentra sentado el señor Dalley.

―Buenos días, Padre ―dice ejecutando una reverencia.

―Buenos días, Nicole. ―Señala una silla frente al escritorio y ella se sienta―. Ayer no logré atenderte. ¿Qué era lo sumamente importante que tenías que informarme?

―Se trata de la doceava. Ella obtuvo contacto directo con la princesa Juliana.

―¿A qué te refieres específicamente con contacto directo?

―Ambas tuvieron una conversación dentro del inconsciente de la doceava. Nadie sabe esto más que Julia y yo, ni siquiera Caroline o Grayson están enterados. Le explicaré los detalles.

Con cautela, ella narra los acontecimientos según lo que Julia le informó. No obstante, algo que resalta en la escena es que, a diferencia de Nicole, el señor Dalley no parece sorprendido por los hechos contados.

Una vez terminada la narración de la agente, el líder del séptimo linaje se levanta de la silla y se dirige a una ventana. Durante unos minutos mantiene la mirada fija en el jardín.

―En la reunión con el consejo, durante un corto tiempo, la princesa Juliana poseyó a Julia. Fue notable. Los ojos negros de la doceava cambiaron a un color verde. Pero fuera de eso, ahora tú dices que su majestad se comunica con la niña. ―Toma una pausa y se gira para mirar a Nicole―. ¿Consideras que además de un llamado de atención, el motivo por el cual se comunicó con Julia fue para buscar venganza?

―No lo creo. Julia fue clara cuando me mencionó que la princesa estaba molesta porque ella no la trataba con el debido respeto.

―Pero la princesa Juliana es muy rencorosa y tú sabes a la perfección que en su anterior contenedor sufrió mucho. Lo razonable sería que buscara venganza por el maltrato sufrido.

―Lo sé, pero no creo que eso sea posible. Sin embargo, aunque la situación fuera diferente, no tenemos que preocuparnos. La intranquilidad debe sufrirla la primera familia ya que ellos fueron los culpables del sufrimiento de su majestad.

El último comentario de Nicole está lleno de rencor y sin poder ocultarlo, se levanta de su asiento. Ella no puede estar sentada cuando se hace referencia a un tema tan delicado como la muerte de la anterior princesa. Así que, en un momento, recordando aquel evento que sucedió hace siete años, introduce su mano en el bolsillo derecho de su chaqueta de cuero color negra para sujetar con fuerza un amuleto.

―Ayer estuve en una reunión con el consejo ―menciona el señor Dalley cambiando de tema―. La primera familia está renuente a dejar en manos de alguien más el entrenamiento de Julia.

De inmediato crece la preocupación en Nicole. Ella sabe que la primera familia no cesará hasta cumplir sus planes y esto a la verdad no sería visto como malo, si ella no tuviera claro lo que le harán a Julia una vez que esté en sus manos.

Keith se acerca a Nicole quien tiene la mirada perdida. Se sitúa a su lado, coloca su mano en su hombro y susurra palabras a su oído. Luego, retira su mano del hombro de la joven y se dirige a su escritorio donde nuevamente se sienta.

―Con respecto al atentado perpetuado, la investigación ha sido cerrada. No se descubrieron las identidades de los agentes ni se encontró ninguna relación que nos lleve a la ubicación de la base secreta de la insurrección.

―Entiendo, pero considero que mi equipo debe continuar a cargo de la seguridad de la princesa.

―Por supuesto, nuestro deber es cuidar a la niña. ―El hombre abre un libro y empieza a escribir―. En la próxima asamblea trataré de que alguien de nuestra confianza se encargue de la doceava. Concéntrate en enseñar a la princesa lo esencial de la organización y ayúdala a controlar la ergoquinesis.

―Como usted ordene, Padre.

Aceptando las órdenes de su superior, Nicole hace una última reverencia antes de marcharse. Pero antes de que ella llegue a la puerta, un individuo parte del sitio. El intruso se mantenía entre las sombras y escuchó la conversación que se mantuvo en la oficina sin que el líder de la séptima familia o la señorita se percataran de su presencia. Así, el sujeto camina hasta un lugar seguro, saca un celular del bolsillo de su pantalón y llama a alguien.

―Señor, Nicole Carroll acaba de tener una reunión con Keith y le ha proporcionado información importante para usted. ―Toma una pausa y continúa―: Julia Byington ha mantenido contacto con la princesa Juliana, ambas han entablado una conversación. ―Guarda silencio―. Por supuesto, seguiré vigilando a la niña y a Nicole.

El individuo termina la llamada y se prepara para salir de la mansión.

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En el primer piso del domicilio de los Byington no parece haber nadie. Por ello, Nicole empieza a subir a la segunda planta donde se encuentran las habitaciones. En este instante, se encuentra inquieta puesto que desde que ha llegado a la casa y colocado su automóvil en el garaje, no ha encontrado a ninguno de sus agentes a cargo, ni siquiera en la entrada principal.




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