Princesa por Elección (libro #3)

Capítulo 13

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—Ya no llores, si sigues así, te vas a deshidratar. —Stephene intentaba consolarme.

—No puedo, es difícil pensar que yo maté a un hombre inocente—quite las demás lágrimas de mi rostro.

Si, lo sé. Es demasiado extraño pensar que en el mundo de las almas perdidas se puede llegar a llorar, yo pensaba que eso no se podía hacer pero cuando Stephene apareció en mi sueño y trató de ayudarme con ese dolor que no se marchaba de mi pecho, fue imposible seguir mordiéndome el labio inferior y seguir tragándome los sollozos en el momento en que mis lágrimas se fueron deslizando por varias parte de mi rostro; apenas Stephene me había podido calmar dándome palmaditas en la espalda y unos cuantos abrazos secos, varias veces me pidió disculpas por no ser tan cariñosa pero mencionó que al estar sola en ese mundo, no había conocido el afecto y el amor de las personas. No podía juzgarla porque vivir en un mundo en donde solo puedes ver lo que hacen los demás en la tierra y no poder hacer algo igual que todos ellos, me hace darme cuenta que es tan horrible sentirse solo.

— ¿Por qué crees que fue Lucas?—Me parecía extraño que a veces a Stephene se le prohibiera ver algunas cosas del mundo de la tierra.

—Me amenazó de nuevo y dijo que si me seguía entrometiendo en sus asuntos pagaría las consecuencias—le conté la breve historia que Lucas me había dicho.

—Y ¿en qué asunto de él te entrometiste hoy?—preguntó con interés.

—No sé… solo le ayudé al padre de Avery porque lo había dejado moribundo—es de lo único que mi cabeza puede recordar.

—Es exagerado que solo por eso te haya querido hacer daño—dijo con extrañez.

—Es el único motivo que encuentro para que él haya querido dispararme. —Limpié mis lágrimas.

—Que idiota, a este pasó si él sigue provocándote miedo, no podremos continuar con la misión—dijo ella derrotada.

—Lo sé, me preocupa que él vuelva a atacar—la miré—no importaría si él me hace daño a mí, pero no quiero que toque a mi familia ni a Xavier—Stephene se sorprendió con lo que dije.

—No digas tonterías, Xavier y… yo te necesitamos. Debemos impedir que Lucas siga haciéndote daño y que a la vez, dejé de lastimar a otras personas. —Mencionó Stephene.

—Pero, ¿cómo haré eso?—Stephene empezó a pensar.

—Veré que puedo hacer, por ahora, no tengo mucho por lo cual proponerte. —Asentí a sus palabras. —Ahora despierta o pensarán que has tomado pastillas para no despertar. —Reí.

—Nos vemos, Stephene.

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Sentí como mis ojos ardían y a la vez pesaban por haber llorado mucho en la noche, me di cuenta que después de todo, a pesar de haber huido temprano del lado Oeste y llegar rápido al Sur; hacía que me sintiera insatisfecha por no haberme quedado en el funeral del soldado y yo estar muy cómoda en un hotel intentando olvidar lo sucedido lo cual se me hace imposible.

Aún llevaba el vestido puesto y me imaginaba que mi maquillaje aún está corrido por haber derramado tantas lágrimas, me acaricié el cabello y luego raspé mis ojos con el dorso de mi mano para levantarme y darme una ducha.

Entre al cuarto de baño para desvestirme y luego entrar a la ducha, apenas el agua empezó a caer por mi cuerpo cuando vi, como las gotas de sangre que habían quedado pegadas en mis piernas y en mis manos pronto desaparecían y ya no se dejaban ver.

Un nuevo sollozo apareció en mí y no pude dejar de pensar en que ese soldado había salvado mi vida pero yo no pude salvar la suya, lo había visto sangrar, agonizar y morir que no hice nada para detener el sangrado de la bala en su pecho. El doctor había dicho que las oportunidades de vida eran pocas pero yo siempre creía en las esperanzas y en los milagros y estaba claro que si yo hubiera hecho algo por él, quizás ahora solo estuviera debatiéndose por seguir viviendo.

Le di un golpe a la pared y mis lágrimas se desvanecían junto con las gotas del agua de la ducha, me sentía mal que no podía calmar ese dolor fuerte de mi pecho. Quería olvidar todo pero se me complicaba no pensar en el pasado; de cómo sus ojos sacaban lágrimas, de cómo su respiración se volvía agitada y de cómo susurraba unas pequeñas palabras diciendo que le dijera a su esposa lo mucho que la amaba.

Tengo mucho miedo y estoy aterrada en tomar decisiones precipitadas sin antes pensarlas detenidamente. He sido tonta en muchas cosas pero ahora yo no sabía si lo que hago está bien o mal. Nada más quería huir y no volver a revivir ese momento, pero de todas formas, creo que eso no ayudaría en nada.



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En el texto hay: principe, princesa, corona

Editado: 21.04.2021

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