Doy vueltas de un lado hacía el otro mientras a cada segundo miro por la puerta en donde se encuentra Kiara en este momento, tanta es mi preocupación por ella, que no puedo quedarme tranquilo un instante o por lo menos, sentarme y esperar que den alguna que otra noticia; pero estoy aún tan abrumado con lo del disparó que temó que cualquier cosa le llegue a suceder.
No debí permitir que ella se interpusiera en mi camino, eso solo hizo que empeorará las cosas, ella enferma y ahora con una bala que podía terminar con su vida… No creo que las cosas podrían terminar peor.
Dejo ir un suspiro al pensar en todo lo que hemos llegado por las tonterías de Lucas, si por lo menos me hubiera quedado tiempo de enfrentarlo y partirle la cara, me hubiera ahorrado una parte de mi furia, pero nada de eso tan siquiera podía haberme hecho sentir mejor después de todo el daño que le ha hecho a Kiara, a su familia y también, a mi madre; de todos modos, qué tiempo me iba a quedar, si la única preocupación que tenía en ese momento fue salvarle la vida a Kiara, pero en vez de eso, solo dejé que su cuerpo se debilitara más.
Quizás no pude salvar a mi madre de él pero intentaría hacerlo con Kiara, no la puedo perder ahora y más, cuando necesito que se recupere; lo que le hice no tiene perdón y sea cual sea su decisión conmigo, aceptaré. No me gusta tomar las cosas a la ligera pero en verdad, no tengo muchas alternativas después de haberle dichos muchas porquerías en su cara, las cuales no merecía y no solo eso, desconfíe en ella y la hice pasar un mes entero sufriendo; y eso que todavía arriesgó su vida por mí… Es algo que no cualquier persona haría por otra y más cuando se trata de ella quien aún lo hizo después de haberla herido por completo.
Me acaricié los ojos y hubo un breve momento en el cual me senté antes de ver aparecer a Neil, Gavril, otros guardias y por último mi padre; todos me daban una mirada de preocupación pero no hubo palabras de las cuales responder o apoyar, por el simple hecho que tengo miedo que mis propias pesadillas se hicieran realidad.
Neil fue el primero en acercarse a mí y la verdad, es que no me tardé mucho tiempo en caminar hasta él y abrazarlo; tomé unas enormes bocanadas de aire cuando mis lágrimas empezaron a salir, no quería que nadie me viera llorando pero es muy doloroso conservar aquel dolor sin dejarlo salir por un momento. Tengo esa necesidad de que alguien me dijera que todo estaría bien, que Kiara seguirá viviendo y si es posible, que las cosas cambiarían pero también había una parte de mí que va a detestar si me dicen una mentira.
Yo quiero que todos los hechos sean reales o por lo menos, manejados a mi gusto, pero existen cosas en la vida que no nos pertenecen y una de ellas, es que querer controlar la vida de una persona, retenerla para que no muera y por si fuera poco, hacer que sin importar de los errores que uno cometa, que esa persona siempre se quedé a nuestro lado. Pero es demasiado pedir para una persona que ha hecho más de lo que uno puede llegar a esperar.
— ¿Cómo esta ella?—me separé de Neil al escuchar su pregunta.
—No hay noticias, está en el quirófano. Parece que la bala traspasó demasiado su cuerpo. —Me tragué los sollozos que están próximos en llegar.
—No te desanimes pronto, ella vivirá—me puso una mano en el hombro como apoyo.
—No quiero ser negativo, Neil. —Me quite algunas lágrimas de los ojos. —Se veía demasiado mal para decir que vivirá.
Neil hizo una mueca y sin decir algo más, de nuevo me abrazo, sinceramente no quería ser siempre negativo pero uno de mis defectos es ver la realidad de las cosas aunque no me gusten y lo peor de todo esto, es que me daña saber que hasta el momento, no puedo hacer nada por Kiara. Tampoco me gustaba la idea de plantearme suposiciones futuras que pueden llegar a ser ciertas pero debo de estar preparado para cualquier noticia.
— ¿Dónde está mi hermana? ¡Necesito verla!
Miré detrás de mí y me encontré con Johann quien ha llegado hecho una furia y lo puedo ver en su rostro, detrás de él vienen sus padres y Martín, quien intentaba detenerlo pero no se lo permitía su hijo y primo. Todos se encontraban muy mal, sus ropas, sus rostros, todo me decía que habían estado en el mismo lugar donde Lucas tuvo a Kiara como prisionera, solo que con la diferencia que ellos se encontraban un poco más sanos que ella, eso me hizo darme cuenta de lo mucho en que ellos también estuvieron enfrentando en los últimos días.
— ¡¿Qué es lo que le has hecho a mi hermana?!
Ni siquiera llegue a reaccionar en el momento en que Johann me dio un golpe en la cara con su puño, mi cuerpo pronto se desplomó en el suelo y apenas pude detenerme para que mi cabeza no fuera golpeada. Observé como Johann no se detuvo, agarró el cuello de mi camisa, para hacerme levantar hasta dejarme contra la pared; hubiera tratado de defenderme si no fuera porque estoy en shock con las reacciones agresivas que él tiene contra mí en este momento.