Princesa por Elección (libro #3)

Capítulo 24

2 meses después.

Respiro hondo de nuevo e intento calmar mis nervios, no sé si soy la única que está nerviosa por este día u otras personas pueden encontrarse en el mismo estado que yo por diferente razón. Me muerdo el labio inferior y me sigo preguntando como está quedando mi maquillaje, hace más de una hora, Marco ha estado pintarrajeando mi cara que tengo miedo que deje mi rostro como el de un payaso. Este día será el más especial de mi vida que no debe de haber ni un error por más pequeño que sea; no es que me esperaba que todo fuera perfecto, sino que las cosas sucedieran por lo menos bien como me lo imaginaba.

Marco me tomó el mentón para después ver como se ponía en frente de mí y empezaba a girar el tapón del labial para que este saliera, el color carmesí fue el que observé pronto, estuve a punto de detenerlo pero él solo volvió a guardar el labial para reír y sacar otro de su bolsa de maquillaje. Esta vez el color del nuevo labial fue un rosa ni tan encendido, ni tan opaco. Simplemente el color fue perfecto para mi gusto.

Lo empezó a deslizar por mis labios hasta hacerme la señal que juntara ambos labios y luego los separa, lo cual hice. Se alejó a una distancia prudente de mí para después ver como pasaba sus manos hasta sus labios y tirar un beso de forma francesa y decir a su vez, unas palabras de ese idioma que me provocaron una pequeña risa.

—Divina. Como una estrella.

Me levanté de mi asiento y tomando el vestido un poco para no patearlo con los zapatos de tacón que ya llevaba puestos, me acerqué al espejo y fue entonces que me miré.

Una sonrisa traviesa atravesó mis labios haciendo que me cubriera unos segundos la boca con mis manos para después dejar que estas se quedaran a los lados de mi vestido blanco.

Cerré un par de veces mis ojos porque seguía sin creer que la persona que está en frente, a través de la imagen de aquel espejo, sea yo. Los colores matizados de la sombra de ojos me resaltaban mis preciosos ojos azules y sin lugar a dudas, aunque Marco se haya tardado mucho, el maquillaje parece natural. El peinado que Calvin me ha hecho hace que se pueda ver un poco mi espalda descubierta por el vestido, ya que el peinado lo ha hecho un poco elevado, casi como una cola de caballo alta pero más elegante.

— ¡Oh Dios! ¡Mírate Kiara!

Wayberly apareció detrás de mí y corrió hasta donde estoy, me abrazó mientras escuchaba sus sollozos los cuales me provocaron que mi corazón se encogiera.

Hace mucho tiempo que no miraba a Wayberly, es decir, desde que tuvo que regresar a Hungría para seguir con sus tratamiento; cuando le comenté a ella la noticia que me casaría en septiembre, no tardó en que le diera todos los detalles de cómo Xavier se me había declarado, por supuesto, he intentado no comentarle la parte mala de la historia sino estoy segura que hará un drama que no olvidaré. Por supuesto, a ella no la llamé solo para comentarle que sería mi invitada sino que también quería que se presentará como mi dama de honor junto con Lou.

Ambas al haber escuchado que serían mis damas de honor para mi boda, no tardaron en aceptar la oferta así que desde hace un mes, Wayberly está en el país, solo que ha seguido sus tratamientos para no atrasarlos, trayendo en sí, a su médico privado.

—Esto es lo que esperaba ver de ti. —Se alejó de mí.

—No lo hubiera logrado con tu ayuda, la de Neil y la de otras personas. —Ella sonrió.

—Kiara, nosotros solo fuimos tu pequeño empujón para llegar a Xavier. En verdad tú fuiste quien logró conquistarlo. —Asentí, tomando su palabra.

Todo había sido tan rápido que no me había dado cuenta cuando los preparativos empezaron a organizarse, luego las invitaciones de los invitados, mi madre y la abuela de Xavier quienes me ayudaron con el diseño del vestido… Hubo muchas cosas por las cuales no me imagine que pronto llegarían a estar presentes en el día de la boda.

Como siempre, mi sencillez en elegir algunas cosas hicieron que mi familia le diera otro giro a mis gustos; antes mi vestido no lo quería tan extravagante y pomposo, ahora me encontraba con un vestido que llevaba pedrería en mi cintura y mi busto y es un poco pomposo, no es que me guste, es decir, me encanta gracias a mi madre, a la abuela de Xavier, a Sasha y a Candy quienes elaboraron el vestido; aunque el córcel que tengo en mi espalda ajustaba más mi pequeña cintura haciendo que se viera más delgada de lo normal. Antes pensaba que el vestido estaba fuera de serie conmigo, más porque el velo contenía pequeños diamantes y mide diez metros de largo, lo cual no sé cómo toda esa tela entraría en la carroza conmigo. Sí, llevaré una carroza como la de los cuentos de hadas, no es que tampoco lo haya pensado, pero las primas de Xavier me lo sugirieron en vez de un carruaje que estuviera descubierto y todos me vieran en el camino. Así que por elección, elegí la carroza donde dentro por lo menos solo yo podría liberar mis nervios y nadie se daría cuenta de mis gestos. Con los zapatos no sé cuánto tiempo voy a durar con ellos, pero doy gracias que fueran cómodos como lo ha prometido Sky, Dina como siempre me puso un pequeño collar en el cuello, con unos aretes de cristal; además de ello, en el velo se encontraría la corona de diamantes blancos que usaría, algo que sin lugar a dudas había pensado de nuevo que ese objeto al donarlo, iba a poder construir muchas casas, orfanatos y una enorme parte de árboles para el medio ambiente. Pero como es mi boda y mi recuerdo, dudo que lo haga y más porque no quiero que Xavier se entere de mis ideas alocadas.



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En el texto hay: principe, princesa, corona

Editado: 21.04.2021

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