Como si tanto lo deseara el viernes ha llegado con tanta rapidez que ni siquiera yo lo vi llegar, el tiempo en que he pasado estudiando y practicando el baile de ballet ha hecho que mis horas se agoten de una manera muy acelerada, si antes pensaba que el trabajo se llevaba todo mi tiempo y no tenía descanso, no me imagino lo que sería tener obligaciones en el castillo siendo una princesa.
Los últimos días he querido ver a la reina Valentina pero el tiempo parece no estarle proporcionando una recuperación, ya que en vez de eso, sigue estando encerrada en aquella habitación privada de la enfermería, lo cual solo el rey Arturo y Xavier son los únicos que pueden llegar a verla, debido a que cuando he tratado de ir a verla, los guardias no me han dejado pasar por el estado grave en que se encuentra, más porque no puedo suplicarle a ellos porque rápido hacen que me retire sin poder pronunciar las palabras mágicas para que me dejen verla; aun así, por medio de Xavier, le he estado enviando tarjetas para animarla y no hacer que se sienta desesperada por curarse o ver de manera negativa su estado de salud.
Con respecto a Xavier, no se ha dejado ver desde hace días aunque me llegó el rumor que el día de ayer tuvo una pelea con Lucas, lo cual ambos llegaron a golpearse tan fuerte que cada quien tuvo sus par de moretones y por supuesto, un castigo del rey por haber montado un espectáculo entre varios empleados. Anteriormente no tuve tantos detalles muy específicos de la razón por la que se dio la discusión pero como no me gustaba que la historia quede a medias, persuadí a Neil y la verdad, es que no me agrado para nada lo que descubrí…
Mi querido tutor parece que le contó a Xavier que Lucas había entrado a medianoche a mi habitación haciendo que tanto yo como nadie se diera cuenta desde que horas estaba presente, observándome o haciendo lo que hubiera estado haciendo en mi habitación mientras dormía y no solo eso, Neil hasta le tuvo que mencionar sobre el beso, las caricias y la cercanía que tuvieron nuestros cuerpos, y por supuesto, Xavier no le agrado nada de lo escuchó, por tanto, no se quedó con los brazos cruzados, haciendo que al encontrarse con Lucas en los pasillos, se diera la peleada y todo terminase mal. Y cuando menciono la palabra “todo” hasta Neil fue quien se llevó un buen golpe con una almohada de mi parte por no haberse callado la boca y evitar que eso sucediera.
Neil me comentó que Xavier solo obtuvo un moretón en su pómulo mientras que Lucas ahora tiene un ojo morado, sin embargo, el rey Arturo quien no le gusto saber lo que había sucedido en uno de los pasillos del castillo, a ambos los mandó a llamar y les dio un castigo, el cual consistió en dejarlos en el calabozo por una noche. Y aunque la idea no fue la mejor elegida, a uno lo tuvo que dejar en el calabozo mientras que el otro durmió de nuevo en el sótano oscuro del castillo. Me sentí culpable de todo eso por ser la principal participante de esto pero sé que por el bien de Xavier no debo de abrir la boca y más porque ahora veo que Lucas está sacando varias cartas debajo de la manga de su camisa para hacerlo enfandar con facilidad.
Observé los dedos de Wayberly pasan por mis labios quitando un poco el labial suave que ha llegado a ponerme para esta ocasión, trato de quedarme callada para evitar decirle que no me ponga tanto maquillaje en el rostro para no verme como un payaso; me siento extraña en dejar que ella como amiga me ayude en lo que sucederá en la noche, habérselo contado fue una enorme sorpresa tanto para ella como para Neil, quienes dijeron que sería una buena oportunidad para que Xavier y yo termináramos revelando lo que en verdad sentimos sobre el uno hacia otro, pero aunque ellos piensen que eso pueda llegar a suceder, en verdad, yo solo veo una oportunidad más para conocerlo, ya que aún es pronto para hablarle de mis sentimientos y de tomar una sola decisión que cambiará en toda perspectiva mi futuro.
Me encuentro muy nerviosa, que a veces no sé cómo poder calmarme al sentir como mis manos sudan o mi corazón no deja de latir agitado, pienso por un momento sobre si Xavier tendrá los mismos síntomas que tengo ahora mismo pero al final, esa duda termina de disiparse por empezar a tener escalofríos por pensar en todas aquellas ideas que él puede tener para dejarme sorprendida está noche.
Wayberly me ha estado acompañando desde después de la cena para ayudarme sobre la ropa que me usaría, añadiendo el peinado, los zapatos y por si fuera poco el maquillaje. Sigo sin entender mucho sobre la mezcla de glamour y belleza que ella como princesa tienen y se le da pero como sabe que soy una persona sencilla, doy gracias que no se puso a darme tips de cómo comportarme o que usar para cualquier ocasión. Sencillamente ella decidió lo más cómodo para mí y no tengo la manera en como agradecérselo.
—Ya está. —Se alejó de mí.
Abrí los ojos y me miré al espejo de mi tocador para darme cuenta la nueva imagen que estoy viendo al frente. Todo es distinto de como Calvin me maquilla, los tonos suaves en mi piel resaltan y más el labial rosa hace que mis labios se vean muy naturales.
—Wow. —Fue lo que apenas salió de mi boca.
Un destello de orgullo brilla en los ojos de Wayberly haciendo que ponga las manos en mis hombros y sonriera de la felicidad al ver cómo he quedado, en realidad, Wayberly tiene su toque único, ha hecho que mi cabello quede ondulado como suele ser y el vestido que ha escogido con los zapatos quedan a la perfección.
—Faltan diez para las once, será mejor que me vaya antes que Xavier me encuentre aquí. —Empezó a tomar sus cosas.