Observé como mis padres siguen sintiéndose fascinados con todo lo que está en su alrededor, mi primo le explica a mi hermano quien es cada uno de los invitados mientras que mi hermana sigue agarrando varios bocadillos de la mesa. Verlos a todos en un día tan especial para mí es como tener el mejor premio del mundo en estos momentos, muchas personas se han acercado a mí para felicitarme por la presentación que he hecho sobre el tema del “Lago de los Cisnes”, además de obtener halagos tuve algunas críticas constructivas de las cuales tome en cuenta, sé que mi baile no ha sido perfecto pero intenté acoplarme tanto a la emoción que estaba viviendo en el momento que al fin y al cabo termine por sentirme orgullosa de mi trabajo.
Después de estar en el teatro nos fuimos a la Casa Primaveral un hotel enorme en el cual se celebró la fiesta, como siempre en el lado Norte; así que en la cena, mi familia se quedó impactada de ver que se sirven tres tipos de platos la entrada, el plato normal y el postre, al final hasta Johann pidió de nuevo otra ronda de postre. Mi familia quedo encantada con la cena pero al parecer algunas personas no están muy contentas de tener que mezclarse con personas de la clase pobre, aun así ese no fue motivo para no festejar.
Además termine por conocer los padres de Wayberly como también ella conoció los míos y sin esperarse a que sucediera otra cosa, los padres de Way—El rey Augustus y la reina Ellie—se sentaron en la misma mesa en donde se encuentran mis padres y por si fuera poco ambas familias se quedaron hablando por un largo tiempo haciendo que Way y yo sonriéramos de felicidad al ver que nuestra familia se lleva mejor de lo que esperábamos.
Como siempre mi mirada no se quitó de la familia real, el rey no se separa de su esposa, a pesar que la reina Valentina se le ve mejor aunque se le vea su cansancio; mientras que al lado de ellos, tienen la presencia de otros reyes, en donde en esa misma mesa se encuentra Lucas que está al lado de sus padres y su hermano mayor, Sebastián.
Lamí las comisuras de mis labios en el momento en que termino de comer el helado de fresa que ha sido como postre; me doy cuenta como mi familia se entretiene escuchando la música de la orquesta mientras algunas veces mi padre saca a bailar a mi madre y Martín deja que Sofía ponga sus pies en sus zapatos negros, todos se ven felices hasta mi hermano quien le sonríe a varias chicas que pasan a nuestro lado; no entiendo cómo puede ser así, si él odiaba a los de clase alta y de un momento a otro está coqueteándole a esas chicas adineradas y por si fuera poco invitó a algunas a bailar creándoles una ilusión en donde no las volverá a ver.
Lo que resto de la noche, baile unas cuantas veces con Xavier así como él también sacó a bailar a mi madre y a mi hermana, me quede mirando todos aquellos momentos en los cuales mi familia sonríe y actúa de la manera más normal a pesar que no lo fuera por tener tantas cosas y personas diferentes en su alrededor, no es que fuera del otro mundo interactuar con personas nuevas pero es que no se trata simplemente de mantener una buena conversación sino que es demostrar quién eres en realidad, hasta puedo decir que hubo momentos en que todas las clases se mezclaron y no vi ni una señal de discriminación entre aquel mundo que separa la riqueza y la pobreza.
Mi padre tuvo el valor de invitar a la reina Valentina a bailar, fue un instintivo motivo por el cual ahora comprendo su carácter potencial como también la imagen muy impactante que tuve en el momento en que el rey Arturo me invito a bailar. Una sonrisita armoniosa hubo en el rostro de Xavier antes de finalizar con un guiñó y tomar de su copa de vino mientras ve como su padre y yo bailábamos. Agradezco que el rey Arturo en todo momento fue una persona respetuosa que solo considero mantener una mirada cálida aunque preocupante a su vez, y por supuesto, supe cuál es la razón del miedo que reflejan sus ojos.
Al finalizar la fiesta, me tuve que despedir de mi familia. Ellos por la mañana partirán de nuevo a Hillburg Prince mientras que yo debo de ir en un auto particular con las otras participantes de la competencia, ya que es obligatorio que regresemos junto con los reyes al castillo. Con una felicidad que me llevo en el corazón, me despedí de todos hasta entrar al auto y luego a los minutos quedarme dormida hasta llegar al castillo.
(…)
Le di unas miradas a Wayberly antes de cortar la conversación que estoy manteniendo con ella desde la mañana, está actuando de una manera muy extraña que fue notorio que en ningún momento me está prestando atención, así que decidí dejar de hablar para verla mientras espero que reaccione pero aún con los minutos pasando ella sigue solo moviendo la cuchara de su té mientras deja ir varios suspiros y luego cambia de un lado hacía el otro su mirada como si estuviera queriendo asimilar todo el remolino de pensamientos y emociones que debe de tener en su cabeza. No quise interrumpirla pero está muy claro que me preocupo por su estado y más porque debe de ser sobre su enfermedad.
— ¿Way? —Levantó su mirada despacio.
—Lo sé, perdona por no escucharte —se sinceró.
— ¿Sucedió algo anoche? —hizo una mueca.
—No pero… —parece ponerse tensa en cada minuto.
—Confía en mí. —Puse mi mano sobre la suya.
—Bien, pero no te asustes.
Me llevó a su habitación mientras que de un pequeño cofre saca un sobre en el cual antes de dármelo pensó durante unos segundos si hacerlo o no, pero al final me lo dio hasta que se sentó en una esquina de su cama esperando que abriera el sobre y empezara a leerlo, por dentro hay algo que me detiene, tengo miedo de leer lo que dice aquella hoja que hasta mis manos han empezado a temblar. Unos segundos me tarde en meditar si debo o no hacerlo pero me di cuenta que no puedo rechazar este momento que durante meses le supliqué a ella que me contará la verdad y si lo ha llegado a hacer hoy es porque ha tomado una enorme decisión que además de que pudo haber cambiado su vida ahora cambiara la mía.