Miro el asiento vacío de Wayberly mientras tomo mis libros y cuadernos; la ausencia de ella cada hora para mí es un infierno; ya no tengo a alguien de quien contarle mis cosas, de pasar la tarde hablando tonterías y por supuesto, de reírnos de cuando Avery y Holliday empiezan a pelear por algún reto que se han hecho y no quiere dar a conocer quien fue la perdedora.
Suspiro resignada y salgo del salón para encontrarme con Avery y Holliday quienes están secreteando mientras que sólo paso a su lado y termino por poner los ojos en blanco tratando de imaginarme que algo deben de estar planeando. No me interesa mucho integrarme en sus asuntos, porque para empezar a ninguna de las dos les agrado y para terminar, tampoco ellas me caen muy bien de lo que digamos.
Al irme a mi habitación, me dejo caer en mi cama, observo como Neil entra sin avisar y se da cuenta del desorden que he ocasionado tirando los libros y cuadernos por un lado, los zapatos tirados a medio camino y mi cabello se ha estropeado al haberme tirado y arrastrado en la cama.
—Esto es peor que ver mi habitación cuando era un adolescente —reí.
— ¿Alguna noticia? —negó.
—Sé que ahora que Way se fue te sientes un poco sola y como Xavier ahora se la pasa en su despacho trabajando pensé que si querías salir un rato —me levanté y aplaudí.
—Es lo mejor que me has dicho hasta ahora —él sonrió.
—Entonces, ¿qué esperas? —me animo.
Tome los primeros zapatos que encontré hasta empezar a caminar con Neil por todos los pasillos, él me empezó a mantener al tanto de todo lo que ha encontrado sobre la información de él y que la mayoría de cosas ya están casi eliminadas, a su vez, que por la mañana recibió una llamada de Wayberly mencionando que ya ha llegado a Hungría, eso hizo que me quedará más tranquila como también, le dije a Neil que no sé sienta mal porque pronto la volverá a ver, lo cual, no lo negó y en vez de seguir hablando de cosas tristes nos pusimos a bromear y contar sucesos que él se ha enterado.
Me encantaba poder ver a mi mejor amigo recuperado, necesitaba verlo feliz y despreocupado, ya que en las últimas semanas se le ha visto demasiado cansado para enfrentar todos los problemas que le ha ocasionado Lucas, aún no le quiero comentar acerca de lo que Lucas me contó como también de sus amenazas, ya que no deseo ponerlo en alerta y sin añadir, que vaya a decirle a Xavier, porque conociendo a ambos, los dos se pondrán a la defensiva al ver que Lucas empieza de nuevo a fastidiarnos a todos.
—Kiara —me doy la vuelta al ver quien me llama.
Me detengo y me doy cuenta que es Avery quien se acerca a mí con brazos cruzados, manteniendo un rostro serio.
— ¿Qué quieres ahora? —digo sin ánimos de pelear.
—Hablar contigo —mira a Neil —a solas.
Neil y yo nos damos una mirada cómplice y asiento para que nos dejé a solas, sólo veo que en su rostro me dice que tenga cuidado con lo que ella me diga, así que al ver que su sonrisa se borra para luego darse la vuelta e irse a algún lugar del castillo.
— ¿Qué quieres decirme? —digo con el mismo tono de voz que usa ella.
—Acompáñame —arqueo la ceja.
— ¿A dónde? —digo sin moverme.
—Tú solo obedece —negué.
—No me moveré de aquí sin que me digas donde vamos —dije sin reservas.
—Confía en mí —solté un ruido de mi boca.
— ¿Confiar en ti cuando me has tendido varias trampas? —ella murmullo unas palabras.
—Bien. Iremos a la sala de té, es mejor que hablemos ahí, aquí cualquiera nos puede interrumpir —no quiero ir a ningún lado pero si es importante lo que debe decirme no me queda de otra que seguirla.
—Está bien. —Fue lo último que dije hasta seguirla.
Camine detrás de Avery hasta que ella abrió la puerta de la sala de té y me hizo pasar a mi primero para después ser ella la siguiente, no estoy segura de lo que quiere hablar conmigo pero debe de ser muy importante para que sólo estuviéramos las dos y a la vez, en un lugar donde nadie nos interrumpa.
Me senté en una de las sillas que adornan la mesa para después ver como ella llamaba a una mucama y hace que nos lleve dos tazas de té con unas galletas de mantequilla, estuvimos en silencio durante un par de minutos mientras la mucama deja un platillo de galletas al centro de la mesa y dos té a nuestros lados; no estoy segura de querer comer algo de la mesa pero también tengo que reconocer que no puedo ser maleducada en cualquier momento que deseé. Así que partí una galleta en mitad mientras miro por toda la sala esperando que Avery hable aunque ella siga muy concentrada en su té.
— ¿Sabes por qué te he llamado? —encogí los hombros.
—Quisiera tener la idea pero de ti me puedo esperar cualquier cosa —me a recosté en la silla.
—Estoy aquí por qué quiero comentarte algo sobre Xavier. —Evite soltar un gruñido inconscientemente.
Pronto dejé de masticar la galleta para alzar mi mirada en ella, estoy debatiéndome entre mi mente y mi corazón en algo que ni siquiera me ha comentado pero que me ocasiona miedo. Por lo que sé, tanto Avery como yo somos las más cercanas a tener algo con Xavier pero a veces me cuestionó si ella sabe cosas que yo no sé aún sobre Xavier mientras que sigo esperando que las cosas entre nosotros vayan de una forma calmada.